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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Mas Zidane

La rueda de prensa posterior al partido mostró a un Zidane sencillo y parco en palabras. La de Artur Mas fue la de un autoinvestido "héroe de la patria"

Ángel S. Harguindey

Fueron los dos grandes temas del sábado: el debú de Zidane al frente del Madrid y la defenestración de Artur Mas de la presidencia de la Generalitat catalana, cuestiones que tienen una serie de coincidencias y divergencias destacables.

El Bernabéu recibió al nuevo entrenador con una gran ovación. Era el reconocimiento a un jugador extraordinario a la vez que el deseo de la afición de reconciliarse con su equipo. Su anterior entrenador ni supo ni quiso ganarse al vestuario ni a los madridistas. Desde una actitud stajanovista, Benítez demostró una vez más su concepto del fútbol próximo al de 11 picapedreros persiguiendo un balón.

Artur Mas, por su parte, fue despedido de su poltrona con una ovación en la Plaça Sant Jaume y unos encendidos elogios de sus correligionarios y adláteres. Ya lo dijo Rubalcaba en su día: "En España se entierra muy bien". No consiguió resolver ninguno de los grandes problemas que aquejan a su Comunidad -paro, corrupción, recortes- aunque sí logró lo impensable años atrás: la fractura de la sociedad catalana.

La rueda de prensa posterior al partido entre el Madrid y el Deportivo de la Coruña mostró a un Zidane sencillo y parco en palabras. Dijo lo que pensaba y lo que pensaba era coherente. La de Artur Mas fue la de un autoinvestido "héroe de la patria", investido a su vez de una locuacidad agotadora, como de vendedor ambulante de crecepelo.

Para Zidane el objetivo es claro: ganar un título. Para el delfín del delfín de Jordi Pujol lo es ganar la independencia. El entrenador acepta las reglas del juego comunes para todos. El político -desde su menos del 48% de los votos de las últimas elecciones autonómicas que ellos mismos calificaron como plebiscitarias- está claro que no. Pero la vida sigue: Carme Forcadell seguirá con coche oficial, los parados de larga duración seguirán parados, Artur Mas acaso visitará los juzgados y Florentino Pérez seguirá ignorando que un club es algo mas que un balance contable.

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