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El nuevo espectador de series cambia los hábitos de consumo

Las historias por capítulos se adaptan a la evolución de la televisión y al gusto del usuario Las ficciones se conciben como películas de cine de 13 horas

Natalia Marcos
La actriz Krysten Ritter, en 'Jessica Jones'.
La actriz Krysten Ritter, en 'Jessica Jones'.

Las cifras hablan. En 2014, el 51% de los que vieron la cuarta temporada de Juego de tronos en Canal + lo hicieron en el canal lineal (la televisión convencional) frente al 21% que lo hizo en el servicio de televisión a la carta Yomvi. En 2015, sin embargo, fue mayoría quien siguió la quinta entrega en Yomvi (45%) frente a los que eligieron acudir a la cita fijada por Canal + (32%). Este dato es una muestra de la revolución que está viviendo la televisión. “Ha habido un cambio muy profundo. Los espectadores pueden decidir qué ver, cuándo verlo y dónde verlo. Es la democracia de los medios”, dice Jacinto Roca, fundador y CEO de la plataforma online Wuaki.tv.

En una era televisiva en la que las series son las reinas, son precisamente las historias por capítulos las que lideran este cambio en el modelo de consumo televisivo. Los espectadores ya no quieren ajustarse a los horarios que deciden las cadenas. Ni al ritmo que marcan. Estos cambios no solo se notan en cómo se ve la televisión. También están afectando a las series desde el punto de vista creativo.

Los responsables de títulos como la reciente Jessica Jones, Daredevil, House of Cards u Orange Is the New Black son conscientes de que buena parte de su público verá todos sus capítulos en pocos días, lo que les permite desarrollar historias con una serialidad más acentuada. Ficciones complejas en las que no es necesario recordar al espectador algo que ocurrió dos capítulos antes porque lo tendrá fresco en la memoria.

La quinta temporada de 'Juego de tronos' se siguió más por Yomvi que en Canal +.
La quinta temporada de 'Juego de tronos' se siguió más por Yomvi que en Canal +.

Además, no depender de los datos de audiencia permite a las cadenas de cable estadounidenses y plataformas online apostar por series más arriesgadas. “Cuando trabajas para una cadena tradicional, quieren que la serie llegue a todo el mundo. No quieren que un superhéroe haga cosas horribles”, dice Steven DeKnight, responsable de la primera temporada de Daredevil.

La concepción de las nuevas series tiene más que ver con el cine, asemejándose a películas de 13 horas, lo que para los creadores de ficciones es un terreno nuevo y con más posibilidades, esas que exploran autores como Nic Pizzolatto en True Detective o Beau Willimon en House of Cards.

A pesar de que el maratón de series está más de moda que nunca (binge-watch, término con el que se refieren a esa costumbre en el mundo anglosajón, ha sido elegida la palabra del año por el diccionario Collins), cada vez más voces se alzan en contra de una tendencia que también cuenta con inconvenientes para creadores y espectadores. “Echo de menos tener a la gente en la misma página. Echo de menos poder ir a Internet y tener una conversación el día después”, se lamentaba en una entrevista en The Hollywood Reporter Jenji Kohan, responsable de Orange Is the New Black. Matthew Weiner, creador de Mad Men, también se postula en contra del maratón televisivo: “Me encanta esperar. Cuando ves toda una temporada en un día, seguro que sueñas con ella, pero no es lo mismo que ir por ahí toda la semana diciendo ‘Dios, Pete realmente me ha cabreado”.

'Orange Is the New Black'.
'Orange Is the New Black'.

Por otro lado, la posibilidad de ver las series cuando uno quiere y al ritmo que quiere dificulta la conversación. ¿Qué habría sido de Perdidos y todo ese movimiento fan que se alimentó en foros y páginas de Internet si cada persona hubiera ido a su propio ritmo? El maratón de series también deja sin efecto los tan apreciados cliffhangers, esos finales de capítulos que dejan al espectador pendiente de lo que ocurrirá. Y hacen que el enemigo público número uno de los seriéfilos, los spoilers, surjan por doquier.

Además de los maratones seriéfilos, el público está migrando de los televisores tradicionales a otros dispositivos para seguir sus programas favoritos. Los móviles y las tabletas están cobrando más protagonismo para ver televisión. Como explica Pablo Rivero, director de contenidos de Yomvi, la sesión media de consumo en el móvil es de 20 minutos, frente a los 56 minutos de media del televisor (la duración aproximada de un capítulo de una serie dramática). “Tenemos un hueco enorme que explorar en formatos cortos nativos digitales. La industria se mueve y están girando los parámetros sobre los que se mueve”, explica Romero, que apunta al desarrollo de la narrativa para móvil como uno de los retos de la televisión en el futuro inmediato.

En esta misma idea ahonda Jacinto Roca. “Se están creando productos mediáticos en función del dispositivo en el que se consume, series pensadas para un consumo de movilidad”, con duración más corta y que no requieren de un seguimiento exhaustivo. La forma de ver televisión cambia y la forma de hacer televisión también.

¿Maratones o capítulos semana a semana?

Rocío Ayuso | Los Ángeles

El atracón televisivo se ha convertido en la nueva forma de ver televisión. El placer de devorar temporadas enteras de una sentada es irresistible. "Yo es que ni me molesto en poner la tele a menos que tenga más de un episodio a mi alcance", confesó a EL PAÍS Taylor Schilling, protagonista de Orange Is the New Black, una de las series que no sólo se consume de una tacada, sino que se emite así. "Es un placer ver televisión de esa forma. Me da igual la serie. The Good Wife o Mad Men. Yo me espero sin ver los episodios para luego darme el atracón", admitió también a este diario Julian Fellowes, creador de Downton Abbey. "Es el público el que ha creado esta nueva forma de ver la televisión y somos nosotros quienes debemos darles los arcos de 12 horas de historia que quieren ver", sentencia Tim Robbins, protagonista de la serie de HBO The Brink.

Sin embargo, ahora son muchas las voces que defienden la televisión serializada de toda la vida. Hay razones de nostalgia en la defensa de ver televisión "como toda la vida". Pero hay otras económicas que hablan de un cierto cansancio de los espectadores, especialmente en un mercado tan lleno de series como el actual. Como recordó el presidente de la cadena Fox, Gary Newman, parte del éxito de la serie Empire en EE UU se debe a la conversación que se traen semana a semana sus seguidores en las redes sociales. "Hacen el marketing por nosotros", afirmó.

Presentar todos los episodios de una serie a la vez conlleva problemas de producción así como de promoción dado que el público o se engancha a la primera o la serie se ve olvidada. "Yo prefiero la entrega serializada. Me gusta que cada capítulo deje su poso antes de pasar al siguiente", afirmó Pizzolatto a EL PAÍS. Claro que como resumió Colin Farrell, a cada uno lo que le plazca. "Y si te preocupa la indigestión que te vas a dar, puedes buscarte el antiácido televisivo o aprender para la próxima", bromeó el actor de True Detective.

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Sobre la firma

Natalia Marcos
Redactora de la sección de Televisión. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en Participación y Redes Sociales. Desde su fundación, escribe en el blog de series Quinta Temporada. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Filología Hispánica por la UNED.

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