La tercera guerra mundial es cosa de risa

Jack Black creció con un único póster en su habitación, el de su película favorita ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú. Y tanto Roberto Benabib, productor de la serie Weeds, como su hermano y novelista, Kim, se criaron adorando comedias como M.A.S.H. Por eso a sus ojos tomarse la posibilidad de una tercera guerra mundial a risa no tiene nada de raro. “Desde el momento en que el guion de The Brink cayó en mis manos me encantó. Tiene ese toque de comentario político donde nuestros líderes parece que están locos. Pero es que lo están. Es un mundo de locos y todos estamos en el mismo barco”, certifica Black a El PAÍS.

Junto a Tim Robbins son los protagonistas de esta comedia (que emite en España Canal + Series)  de HBO que, con un formato de media hora y un total de 10 episodios, se toma a risa una crisis política en Pakistán que puede servir de detonante para un nuevo conflicto mundial. Una crisis que puede ser un titular más en las páginas de Internacional de los diarios pero que vista desde la ficción de la serie incluye un secretario de Estado mujeriego, un piloto llamado a una misión de alto riesgo mientras está drogado y un diplomático de escaso rango emporrado y ligón al que la crisis le pilla en la casa de su chófer y desde donde aspira a hacer de James Bond. “Es una historia de ficción, pero en la paleta que utilizamos para dar forma a nuestro lienzo todo es real”, recuerda Aasif Madvi, otro de los protagonistas de esta antología satírica que piensa llevar cada temporada su foco de conflicto a una nueva zona del globo.

Los puntos de contacto entre la realidad y lo absurdo fueron tales que The Brink incluyó una historia centrada en unas niñas que buscan refugio en la ficticia Embajada estadounidense en Pakistán tan solo semanas antes de que las fuerzas del extremista Boko Haram secuestraran un autobús con más de 200 jóvenes.

Un contrapunto

The Brink quiere servir de contrapunto cómico a series como Homeland, House of Cards o The Americans, esas que se hacen sentir como reales con todo el dramatismo de unas tramas que podrían estar sucediendo en la realidad. Lo mismo ocurre con The Brink. “No seré yo quien diga que ofrecemos una réplica exacta del Pentágono, pero lo que sé seguro es que reflejamos a la perfección a nuestros líderes cuando se ponen gallitos”, añade Jack Black.

La extraña pareja

Rodada con tan solo una cámara, la serie deja muy claro su tono desde su primer episodio, dirigido por Jay Roach, más conocido por comedias como Los padres de ella, al que le sigue el trabajo de Robbins haciendo doblete como realizador y actor. Bajo una apariencia de total realismo dramático, con una Embajada estadounidense en Islamabad que parece salida de Homeland, The Brink desencadena una comedia más parecida a La extraña pareja de Jack Lemmon y Walter Matthau. “Lo genial de The Brink es el equilibrio con el que camina entre lo absurdo y lo real”, confirma Aasif Madvi.

El momento no puede ser más delicado para tomarse a broma una situación como la crisis política en Pakistán, demasiado cercana a la realidad. El productor de cine y defensor del Partido Demócrata en Hollywood, Jerry Weintraub, también al frente de esta producción, se encargó de buscarse sus aliados en la arena política para conseguir información con la que hacer que la serie se sienta real pero sin levantar suspicacias. En cuanto a las represalias, Robbins, siempre fiel a sus convicciones políticas, asegura que no tiene ningún temor. Black se ríe. “No creo que nos pasemos de la raya, que hagamos nada por lo que nos quieran cortar la cabeza”.