Muere Patrick Macnee, protagonista de la serie ‘Los vengadores’

Era elegante. Educado. Exquisito. Patrick Macnee era británico en el sentido más profundo del término, así que parecía nacido para la serie que le dio la fama, Los vengadores, Los vengadores, donde lucía aplomo, bombín y paraguas. La extraña pareja que componía con Diana Rigg funcionó durante las seis primeras temporadas de la serie, producto de culto pop, hasta que en 1968 Rigg abandonó el show, con la llegada del color, y Los vengadores solo aguantó un año más. Ya no habrá más John Steed, al menos el espía original, porque Macnee murió el jueves a los 93 años en su casa en Rancho Mirage (California), según un comunicado firmado por su hijo Rupert en la web oficial del fallecido.

La familia de Macnee fue realmente especial. Su padre, jinete y entrenador de caballos, dilapidador del dinero familiar en alcohol y apuestas, se divorció de su madre cuando ella le anunció que era lesbiana. Macnee (nacido en Londres en 1922) y sus hermanos se criaron junto a su madre y a la que él llamó su “tío Evelyn”, la novia de su progenitora y ayuda indispensable en su educación. Estudió en el elitista colegio Eton hasta que le expulsaron por proveer y vender pornografía a sus compañeros. Y aunque hizo de extra en 1938 en la película Pigmalión, la Segunda Guerra Mundial aparcó sus inquietudes artísticas. Durante el conflicto sirvió en la Marina Real, y al acabar estudió Drama. Fue secundario en el Hamlet (1948) de Laurence Olivier, y en Cuento de Navidad de Dickens (1951). Pero se hartó de lo limitado de las propuestas que recibía, y se fue a Estados Unidos.

Al otro lado del Atlántico trabajó en Broadway con la compañía inglesa Old Vic. Tampoco allí le fue bien: se le puede ver en Las girls, con Gene Kelly, en La batalla del Río de la Plata… Poco más. Grabando una serie de televisión sobre Winston Chrchill recibió la propuesta que le daría la fama: encarnar en un nuevo proyecto, Los vengadores, un oficial de la inteligencia británica bastante excéntrico, muy listo, dandy y poseedor de un único arma: una paraguas con una espada oculta.

El éxito de la serie conllevó también su perdición porque quedó marcado de por vida. Más aún: escribió dos novelas sobre su personaje durante la grabación de la serie, presentó un documental en 1982 acerca de aquel show y su voz se oía en un cameo en la terrible adaptación al cine de 1998 con Ralph Fiennes, Uma Thurman y Sean Connery como protagonistas. Con Los nuevos vengadores, la resurrección de la serie, retornó a su espía en 1976, pero la magia se había perdido: duró dos temporadas, es decir, 26 episodios.

Macnee trabajó en mucha más televisión: Colombo, Vacaciones en el mar, Se ha escrito un crimen, Las Vegas, Galáctica, Frasier, Kung Fu, Spy game… y en un bond: Panorama para matar. Con su amigo Roger Moore como el detective protagonista actuó en el telefilme Sherlock en Nueva York (1976) haciendo de doctor Watson, papel que repetiría en Sherlock Holmes y la prima donna (1991) e Incidente en las cataratas Victoria (1992), esta vez con Christopher Lee como Holmes. El mismo Macnee encarnó a Sherlock en 1993 en otra película para televisión: The hound of London.

Aún tuvo ojo para participar en dos películas de culto, Aullidos (1981) y This is spinal tap (1984), o aceptar el papel de chofer en el videoclip de Oasis de su canción Don’t look back in anger, además de narrar innumerables making of de películas y anuncios para televisión. En 2003 hizo su última aparición como actor, y fue en el filme The low budget time machine: el título deja bien a las claras la calidad del proyecto.