'Outlander' y el sufrimiento de Jamie Fraser
Quién nos iba a decir que sufriríamos más viendo el último capítulo de Outlander que con la mayoría de episodios de Juego de tronos. La competición de sadismo entre Jack Randall y Ramsay Bolton ha estado (está) a un nivel altísimo. A los premios les costará mirar hacia Outlander, una serie que mezcla fantasía, aventura y romanticismo, y, por tanto, muy poco proclive a ser reconocida en las galas de premios. Si consiguen pescar alguna nominación en los Emmy será casi un milagro. Pero lo cierto es que la serie basada en las novelas de Diana Gabaldon ha cerrado una primera temporada con muy buen nivel, muy entretenida, bien ejecutada, bien interpretada y que incluso ha superado en muchos momentos al libro en el que se basa.
En el verano pasado arrancaba la primera tanda de capítulos de la serie de Starz (que en España se puede ver en Movistar Series). Siguiendo esa estrategia que utilizan algunas cadenas de dividir las temporadas en dos partes con una separación de tiempo importante entre ambas, la semana pasada llegó el final de los 16 episodios que componen la primera entrega. Ahora tocará armarse de paciencia para esperar una segunda temporada que se encuentra en fase de rodaje.
La historia de Claire, esa viajera en el tiempo que de buenas a primeras se encuentra trasladada desde principios del siglo XX a la época de los clanes escoceses, contó desde el primer momento con el respaldo de la legión de seguidores (seguidoras, en su mayoría) de las novelas. Pero pronto demostró que no solo se trataba de una historia romántica. La segunda parte de la primera temporada ha desarrollado una vertiente más oscura que la que se vio en los primeros capítulos, llegando incluso a momentos durísimos que incluyen torturas y violaciones mostradas sin concesiones en la pantalla.
A la ambientación, con esos paisajes escoceses y la banda sonora que ya hemos comentado otras veces, se unen las notables actuaciones de los protagonistas de la historia. Desde la sufriente Claire de Caitriona Balfe hasta el atormentado héroe Jamie Fraser que interpreta Sam Heughan, pasando por el malo malísimo Frank Randall de Tobias Menzies. Personajes que han ido creciendo y llenándose de matices con el paso de los capítulos hasta llegar a momentos tenebrosos con el sufrimiento de Jamie y el sadismo de Randall como protagonistas de la recta final de la temporada.
Con estos capítulos, Outlander ha dado un golpe en la mesa para pedir paso. No será una serie de audiencias masivas y los prejuicios seguirán echando atrás a muchos. Tampoco será perfecta. Pero ha demostrado ser más que un mero entretenimiento y atreverse a entrar en campos oscuros que a otras ficciones televisivas ni se les ocurre pisar.
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