Adaptar lo inadaptable
La adaptación televisiva de 'Las mil y una noches' es paradigmática de la banalización de la cultura cuando pasa el filtro de las 625 líneas
Guillermo Cabrera Infante enloqueció literalmente al tratar de adaptar Bajo el volcán para un proyecto de Losey. El equipo de Ridley Scott revolucionó la narrativa cinematográfica de la ciencia-ficción con su Alien. El equipo dirigido por Marco Pontecorvopara en esta miniserie tiene poco que ver con la sensibilidad del escritor cubano o el talento del británico. Es otra historia.
La adaptación televisiva de Las mil y una noches (ayer vimos, al parecer, las primeras 500) es paradigmática de la banalización de la cultura cuando pasa el filtro de las 625 líneas (si es que todavía se puede describir así a la televisión, cosa que dudo). Una coproducción italo-española, un reparto que incluye a Marco Bocci, Vanessa Hessler y Paz Vega en los papeles protagonistas, un estilo de vestuario y maquillaje que para sí quisieran los ficticios protagonistas de los cuentos de Sherezade y unas localizaciones lujosas con la virtud de no excederse en los efectos especiales.
El problema, el gran problema, es la idea inicial: tratar de adaptar la maravillosa historia recopilatoria de cuentos tradicionales de Oriente Medio a un formato que exige cierta precisión narrativa, es decir, una rotunda reducción de los relatos y, por tanto, una amputación de sus múltiples significados. En esta versión televisiva se opta por la acción y una cierta fantasía y se prescinde de su componente transgresor de la moral imperante. En definitiva: una funcional versión de un imposible.
Curiosamente, la emisión del primero de los dos capítulos de la miniserie coincide con la recuperación de la primera traducción directa del árabe al castellano del texto original. La publica Atalanta en tres volúmenes y se debe a Juan Antonio Gutiérrez-Larraya y Leonor Martínez. Winston Manrique ofrece un excelente reportaje en EL PAÍS de hoy, jueves, a propósito de la edición y de la influencia del texto en la narrativa latinoamericana y española actuales pues, al fin y al cabo, hablamos de un texto con cientos de historias encadenadas, un canto a la metaficción en las que el realismo y la magia se entremezclan constantemente.
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