‘The Americans’, espías en la familia
Fox estrena en dual la tercera temporada de la serie de dobles agentes de la KGB
Keri Russell (Fountain Valley, 1976) se acomoda en la silla como si estuviese en su casa. Coloca un pie encima del asiento, con la rodilla en alto y se muestra cálida y risueña durante la entrevista. En un principio choca, porque es todo lo contrario al frío personaje que interpreta en The Americans, la serie de espías rusos infiltrados en Washington en los años 80, cuya tercera temporada en dual se estrena en España el 5 de abril (Fox, 23.45). En la ficción, Russell es Elizabeth, una agente rusa de la KGB infiltrada en EE UU junto a su marido Philip (Matthew Rhys). Ambos personajes, que son padres de dos hijos que son americanos al 100%, compaginan su vida secreta, llena de muertes, robos de información, disfraces y operaciones secretas, con el día a día de una familia normal estadounidense.
“Lo que más me interesó al principio, y que sigue siendo lo más atrayente, es este matrimonio tan complicado. Es cuando la serie funciona mejor, incluso ante todo esto tan sexy como son los espías en los años 80”, comenta Russell en una entrevista hecha el pasado verano durante la promoción de una de las películas de la actriz. El éxito de crítica y público ha hecho que la cadena FX confirmara esta semana que la serie tendrá al menos una temporada más, la cuarta. En el momento de la entrevista Russell se mostraba ya entusiasmada con seguir varios años más con este personaje. “Siempre he estado obsesionada con los espías, me atrae que alguien pueda tener esta duplicidad en la vida, que estén entre nosotros sin que lo sepamos. Es un mundo romántico”, dice la actriz, para luego admitir que sería incapaz de llevar una doble vida así.
El matrimonio de conveniencia entre Elizabeth y Philip se complica con los años cuando, con el tiempo, se enamoran de verdad. Ambos tienen vínculos con otras personas en su faceta de espías y tienen que compaginarlo con sus sentimientos y con criar a sus hijos. “Lo que es más convincente de la serie es que es una metáfora sobre una relación realmente complicada. Sí, duermen con otras personas y salen por la noche a espiar dejando solos a sus hijos, pero los asuntos tratados están relacionados con cómo es estar en una relación y hasta dónde llegan los límites”.
La serie juega con estas relaciones y con constantes referencias a los asuntos políticos de la época de Ronald Reagan. Y con una ambientación ochentera. ¿Qué recuerda la actriz de aquella época, cuando era una niña? “¡Pero si ni había nacido, cómo te atreves!”, bromea. “Mi recuerdo más vívido de entonces es crecer a la americana, entonces todo era canciones en plan Born in the USA o el Coming to America de Neil Diamond. Era una época muy patriótica, era correcto sentirse así. Ahora son tiempos diferentes”.
Como buenos espías de ficción que son, los personajes tienen que estar constantemente disfrazándose y haciéndose pasar por otras personas. “Poder interpretar a diferentes personajes es una de las cosas más divertidas y únicas de la serie”, comenta Russell, que a lo largo de cada temporada aparece maquillada y caracterizada con una docena de pelucas diferentes. Pero la preparación para el rodaje no solo es documentarse sobre aquellos años y estar en forma para las escenas de acción. También es explicar a los actores niños que interpretan a sus hijos cómo eran los años en los que no existía Internet ni teléfonos móviles: “¡No sabían cómo funcionaba un teléfono rotatorio!”.
La tercera temporada comienza con un gran dilema familiar muy relacionado con el trabajo de espías de la pareja protagonista. Cada vez se sienten más vulnerables: “Para mi personaje, que al principio era muy directo, con una visión muy clara de lo que tiene delante, de pronto todo es gris. Se le complica cada elección que tiene que hacer, cada trabajo. Ya no le sale nada tan fluido. Es interesante cómo la hemos visto fracasar, que ya no todo es perfecto”, explica.
Russell se muestra encantada del momento actual de las series: “En EE UU hay una explosión en la televisión por cable y estoy muy agradecida de trabajar aquí, es un momento especial y creativo, especialmente como mujer, que hay papeles muy interesantes”. Su espía es uno de los personajes femeninos más completos de los últimos años en la televisión: “Sé que ella es dura y que va matando a gente por ahí y haciendo locuras, pero mis momentos favoritos son en los que esta mujer fuerte y capaz pierde los nervios porque su hija adolescente ha hecho algo que no quería que hiciera. Me encanta que sigue siendo una madre preocupada por sus hijos”.
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