De familias y choques raciales
La serie ‘American Crime’ pone el foco en los conflictos culturales y sociales en EE UU
Cada familia es un mundo. Y en las familias que protagonizan American Crime, la nueva serie escrita y dirigida por John Ridley y que en España se puede ver en Movistar Series, hay además un mundo de razas, culturas y religiones. “Lo ves todo. Blancos, negros, hispanos. Es lo que aporta John, este crisol al que hemos dado vida”, resume Johnny Ortiz. Es uno de los actores más jóvenes de un reparto coral que incluye veteranos como Felicity Huffman o Timothy Hutton. El reparto de la serie lo constituye un grupo diverso a las órdenes de un escritor y director ahora metido a showrunner como Ridley, ganador el pasado año del Oscar al mejor guion por Doce años de esclavitud.
Como es de esperar por su título, American Crime arranca con un crimen. Pero no es más que el punto en el que convergen las diferentes familias en el centro de esta historia que se desarrolla en 11 episodios. “La serie no trata de la policía, ni del sistema judicial, ni de la investigación. Habla de la familia”, subraya su creador. El crimen no es más que el lienzo en el que cada uno de los personajes irá mostrando su historia.
Llena de estereotipos raciales, culturales, sexuales, lugares comunes e ideas preconcebidas, Ridley intenta darle la vuelta a todos ellos y mostrar que en su historia no hay buenos ni malos, “sólo gente” a la que el público conocerá por sus emociones. Unas emociones en ocasiones demasiado cercanas a la realidad. Por ejemplo poco después de rodar un enfrentamiento entre la policía y uno de los sospechosos del crimen tuvieron lugar los incidentes raciales del pasado verano en Ferguson, Misuri (EE UU). “Fue una triste coincidencia. Pero este tipo de incidentes tiene lugar de manera cíclica en nuestro país”, añade.
Su creador es el guionista ganador del Oscar por ‘Doce años de esclavitud’
Lo último que quiere Ridley es predicar. Escritor de televisión en series como El príncipe de Bel Air antes de pasarse al cine, su deseo era alejarse lo más posible de la Historia con mayúsculas tras haber escrito películas como Doce años de esclavitud, Red Tails o Jimi: All Is By My Side, todas ellas basadas en hechos reales. “Mi deseo fue el de aprovechar la estructura de una miniserie y trabajar en una narrativa dramática creada de la nada donde pudiera darle forma a unos personajes trabajando con los actores”, describe quien, además de producir la serie, ha escrito y dirigido los primeros episodios.
Más que liderar una reforma social en EE UU, si hay algo que Ridley busca con su American Crime es una revolución formal, distanciándose del resto de la televisión que conocemos valiéndose de secuencias muy largas, normalmente sin música, y con un montaje diferente que desea mostrar la emoción de sus protagonistas. “No son fuegos de artificio”, subraya de su estilo. “Quiero que la serie nos dé un momento para observar lo que pasa, que nos deje ver cómo los sujetos lidiamos con las situaciones, con las emociones y que no nos distraiga de ello”, añade de su elección estilística. Pero, como dice, más allá del estilo lo que la serie quiere ofrecer por encima de todo son “buenas historias, con imágenes poderosas y buenos intérpretes que mantengan la tensión”.
Una amalgama que es realidad gracias al formato de serie limitada y que, al igual que otras series como Fargo o True Detective, quiere continuar pero con un lienzo diferente, con una historia y unos protagonistas distintos. ¿Le ayudará el pedigrí del Oscar en su aventura televisiva? “No sé si mis habilidades han cambiado pero sí sé que lo que ha cambiado es la manera en la que me ven en la industria”, asegura honesto pero cruzando los dedos a la espera de que su apuesta funcione.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.