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‘Ciutat morta’ resucita el ‘caso 4F’

El documental, que denuncia torturas policiales por parte de la Guardia Urbana, fue el programa más visto de la televisión catalana el pasado sábado

Patricia Heras, la joven detenida en 2006 que se suicidó tras salir de la cárcel
Patricia Heras, la joven detenida en 2006 que se suicidó tras salir de la cárcel

Ni el premio a mejor documental en el Festival de Málaga, ni su paso por el de San Sebastián. Lo que ha hecho que el documental Ciutat morta resucite el caso 4F en la esfera pública ha sido la televisión. El pasado sábado, Canal 33 (segunda cadena de la televisión autonómica catalana TV3) obtuvo con la emisión del documental un 19% de share, cuando su audiencia media en 2014 fue del 1,6%. Esta denuncia de torturas y montajes policiales por parte de la Guardia Urbana de Barcelona alcanzó los 528.000 espectadores, superando en casi 200.000 a El peliculón de Antena 3 (365.000). Desde entonces, el filme ocupa las redes sociales, el debate público y la esfera política.

Con él, ha vuelto a ser escuchada la voz de Patricia Heras, protagonista accidental de “uno de los peores casos de impunidad que ha visto Barcelona, la ciudad muerta”, según reza la sinopsis del documental. En la madrugada del 4 de febrero de 2006, esta madrileña fue detenida en el hospital después de haber sufrido un accidente de bici. La Guardia Urbana la identificó por su pelado (un rapado que forma cuadros blancos y negros) como uno de los agresores de un agente que quedó en estado vegetativo tras el desalojo de un centro okupado. En 2011, tras años de esperas y juicios, Patricia Heras se suicidó en una de sus salidas de prisión. “Patricia pudo escoger el día de su muerte. Pero el hecho de que tuviera que gastar todo el dinero que había ahorrado en abogados, el hecho de estar en prisión, seguramente influyó en su decisión”, cuenta Xavier Artigas, codirector del documental.

El filme denuncia las torturas sufridas por los detenidos aquella noche, e incide en el hecho de que los dos agentes cuyo testimonio fue vital para sentenciar a los cinco acusados fueran condenados más tarde por torturas y falso testimonio. El Ayuntamiento de Barcelona (CiU) ha enviado a la fiscalía un escrito al que adjunta el documental para que se evalúe si aporta “nuevas pruebas”, aunque el ministerio público advirtió ayer que la película no es válida como prueba procesal. Varios grupos políticos (ERC, CUP, ICV, Guanyem) han pedido la reapertura del caso y Miquel Iceta, primer secretario del PSC (partido en el Ayuntamiento en 2006), ha admitido que “sería lo más normal del mundo” si tras la “alarma social” la fiscalía decidiera reabrir el caso.

“Para nosotros la emisión en televisión era muy importante para que la gente en Cataluña se enterara del caso”, explica Artigas por teléfono, entre dos entrevistas. La productora Metromuster llevaba negociando la programación del documental en TV3 desde su estreno en 2013. “Es un tema incómodo, y hubo gente que confió en nosotros para que se televisara, pero siempre desde algún despacho se acababa vetando esta emisión”, explica el director, que asegura que la cadena descartó programar el documental en tres ocasiones, después de negarse a coproducirlo. Finalmente, Ciutat morta se emitió en la segunda cadena de la televisión autonómica. “Ahora están muy contentos con ese share”, cuenta el equipo, que nació de la comisión audiovisual del 15-M en Barcelona.

El éxito de Ciutat morta no se ha reducido a la televisión. Un fragmento de cinco minutos fue censurado por un juzgado de Barcelona tras la denuncia del entonces jefe de Información de la Guardia Urbana, Víctor Gibanel, que aparecía en el mismo siendo amonestado por un juez. El fragmento, eliminado finalmente de forma voluntaria por el equipo, fue subido el sábado a YouTube por un usuario. Ya acumula más de 390.000 visitas.

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