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'Olive Kitteridge' y el dolor existencial

Natalia Marcos
"Este mundo me desconcierta".

Olive Kitteridge es una mujer intratable. Siempre dispuesta a soltar una impertinencia, lo primero que se le pase por la cabeza, siempre de mal humor. Maestra de matemáticas en la escuela de un pueblo, sus alumnos la temen y sus vecinos no parecen tenerla en demasiada estima. Ni su propio hijo es capaz de despertar en ella una pizca de compasión. Solo su marido se preocupa por ella. Olive es borde, arisca y dura por fuera, pero más blanda de lo que parece por dentro.

Los cuatro capítulos de la miniserie de HBO (emitida en Canal +) recorren 25 años de la vida de esta mujer y las vidas de las personas que la rodean, su familia y vecinos de esta tranquila localidad de Nueva Inglaterra. La producción, de la que Frances McDormand es protagonista, productora y principal impulsora, está basada en una novela ganadora del premio Pulitzer en 2009 escrita por Elizabeth Strout.Una producción impecable impregnada de una tristeza existencial, una amargura y un dolor con los que al principio puede costar identificarse pero que termina por calar en el espectador.

Frances

Olive Kitteridge arranca en el momento en que la protagonista se dispone a quitarse la vida. Un salto temporal nos lleva 25 años atrás para mostrarnos a lo largo de cuatro horas las razones y la forma de ser de la mujer que ha llegado a tomar esa decisión. Un viaje de 25 años en los que la cotidianeidad es la protagonista, con ciertos momentos que van marcando el resto de la existencia: marchas, muertes, regresos, enfrentamientos verbales... La vida. Y mientras, los problemas mentales sobrevolando en todo momento por encima de los personajes que habitan ese universo gris y triste en el que hay pocos rayos de sol que aporten esperanza.

La interpretación de Frances McDormand, sutil y meticulosa, impecable, está acompañada por las impecables actuaciones de Richard Jenkins (el sufrido marido Henry Kitteridge), Peter Mullan (el amor frustrado), Zoe Kazan (la protegida de Henry) y Bill Murray (solo al final de la serie, brillante).

"Estoy esperando a que se muera el perro para darme un tiro", confiesa Olive a uno de los vecinos del pueblo poco antes de preguntarle si está muerto. Frases que golpean como puñetazos en una mujer con una vida interior y exterior que intriga y conmueve. Olive Kitteridge es una historia de amor y de tristeza, de pérdida y de ternura. Una historia de lo incomprensible y dolorosa que puede ser la vida. Otra pequeña joya de HBO que marca la diferencia y que sigue alimentando ese viejo eslogan de la cadena: "no es televsión, es HBO".

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Sobre la firma

Natalia Marcos
Redactora de la sección de Televisión. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en Participación y Redes Sociales. Desde su fundación, escribe en el blog de series Quinta Temporada. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Filología Hispánica por la UNED.

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