La reina ha muerto, larga vida a la reina
La reina ha muerto. Es decir, la reina va a morir. Como en cada temporada, Isabel empieza por el final. Qué más da, la Historia está escrita y cualquiera puede saber cómo terminará cada personaje. Eso es lo de menos. Lo importante es que esta será la tercera temporada de una serie que no se alargará innecesariamente en el tiempo. Con la muerte de Isabel se acabará Isabel. Así que disfrutemos mientras se pueda.
La historia se retoma poco después de donde se dejó. Si la anterior temporada se cerró con la toma de Granada y con Colón partiendo camino de lo que él pensaba que era una nueva vía de unión con Asia, la serie regresa con el enésimo enfado (y reconciliación) entre Fernando e Isabel por los intereses de Castilla y Aragón, el regreso de Colón, que coquetea con el reino de Portugal, y nuevas estrategias para atar acuerdos fuera de las fronteras.
Además del interés por ver el devenir de esos tratos y cómo se las ingenian los reyes católicos para dejar todo atado, será interesante ver el desarrollo de los nuevos personajes. Algunos de ellos ya se han dejado ver en el primer capítulo. Especialmente interesante es la presentación del cardenal Cisneros, el nuevo confesor de la reina, una figura fundamental en la historia del momento y que llegó a ser regente de Castilla. El actor Eusebio Poncela está detrás de él, un buen seguro de calidad que da al personaje un toque inquietante y oscuro, que puede dar mucho juego. También hemos conocido ya a Fuensalida, embajador de la corona en Europa, interpretado por Fernando Guillén Cuervo. Y vendrán más. Vendrá Juana la Loca, Felipe el Hermoso, Margarita de Habsburgo, el príncipe Juan... y sus amores y desamores. La historia de siempre. La Historia de siempre.
A pesar de que en ocasiones era complicado entender lo que decían los personajes por el alto volumen de la música de fondo (queja de la que se hicieron eco decenas de tuiteros, fallo que fue explicado en Twitter por el autor de la partitura), Isabel demuestra que se pueden hacer las cosas bien en la ficción nacional y en la televisión pública. Una serie que estuvo en el cajón durante mucho tiempo, tanto que hizo que empezaran a desmontar sus decorados antes de que fuera renovada para una segunda entrega. Una serie que ahora se acerca a su fin cuando todavía está en lo alto (y sigue en forma como para imponerse en audiencia al Top Chef de Chicote y al Chiringuito de Pepe). Una serie que ha abierto el camino para otra, Carlos V, que ya prepara TVE.
La reina ha muerto. Larga vida a la reina.
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