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Morente vive

Enrique Morente fue, además de un intérprete genial, un creador audaz, brillante, certero y perturbador, tanto en un estudio de grabación como sobre un escenario. No hay que darle vueltas: se pongan como se pongan doctores y talibanes (esos que sistemáticamente le negaron el pan y sal y que tras su desaparición derramaron lágrimas de cocodrilo) ha marcado en el cante un antes y un después. En el cante y en su concepto, pues todo cuenta.

Su voz prodigiosa y arrebatadora mostraba en los últimos tiempos un pulso que te encogía el corazón. Y ahí seguía su posición visionaria de la jugada flamenca resplandeciendo con incandescente luminosidad. Todo eso, como quien no quiere la cosa: sin aspavientos, con la humildad del sabio y la sencillez del genio. Morente, el doble CD que recoge el último concierto que dio Enrique (Teatro del Liceo de Barcelona, 24 de septiembre de 2010) es contundente paradigma de todo lo afirmado. Editado tal cual se grabó, sin grabaciones añadidas, Morente, con un repertorio excepcional, es el testamento más vivo de quien murió demasiado pronto.

Enrique Morente. Morente. Universal

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