Haz de historias
En 'Por mis muertos', Flavia Company plantea las sinuosas relaciones entre vida y ficción
Con sus historias, Flavia Company siempre nos garantiza una sonrisa —cuando no abiertas carcajadas— y una perplejidad gozosa que arranca del asombro en que se resuelven las situaciones planteadas, los mínimos sucesos que enhebraron una vida. Sucesos a menudo olvidados pero que inesperadamente retornan por un golpe de azar o por una decisión ajena para rescatar un detalle que había pasado desapercibido, para mostrar otra cara —el envés que a menudo resulta ser lo verdadero— o incluso para revelar que lo que se daba por zanjado había proseguido su camino, rebotando en otras vidas. Dividido en tres partes que se comunican entre sí a partir de la reaparición de algún personaje o mediante el juego que proporciona el despliegue de diversos leitmotiv, Por mis muertos plantea las sinuosas e imprevisibles relaciones entre vida y ficción, viniendo así a desarrollar el impacto que a Andrea —narradora de indisimulado trazo autobiográfico— le produjeron las historias que de niña le contaba su abuelo, un hombre convencido de que “la vida es aquello que narramos que es la vida, es lo que la gente cuenta, el modo en que la organiza con las palabras y con la imaginación; la vida por sí misma no es nada. La realidad es la ficción que cada cual elige…”. Y así, Flavia Company despliega su haz de historias en las que la naturalidad y la fluidez de la narración —casi siempre en primera persona— puestas al servicio de un relato de sesgo trágico, absurdo o cómico subraya la potencia expresiva y el humor, que puede brotar de una importación: la grandilocuencia aplicada a un incidente cotidiano de ribetes bufos, como sucede en ‘Arte bizantino’ y en ‘Número cincuenta y cinco’. En otros relatos la intensidad procede del paralelismo, vi en el que se da entre dos sucesos muy lejanos —así, en ‘Piel de oveja’, que aborda el clásico tema de la codicia de lo ajeno— o el que procede de la repetición de un acto o de la reaparición de un tiempo. Las casualidades, o lo que aquí se llama “las sorpresas de la metafísica” tejen otras conexiones, y hasta un objeto —un falso techo— puede esconder una desconcertante historia. Además, según lo apuntado en el relato marco —y según acostumbra a hacer la escritora—, Flavia Company juega deliberadamente con lo autobiográfico, lo que propicia que a menudo estas historias hablen de la escritura y de sus correlaciones con la vida.
Por mis muertos. Flavia Company. Páginas de Espuma. Madrid, 2014. 126 páginas. 14,95 euros
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