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¿Ha sido 'The Newsroom' una serie fallida?

Natalia Marcos

Casi desde su estreno, The Newsroom ha estado acompañada por la polémica. El regreso de Aaron Sorkin a la televisión había levantado muchas expectativas, pero desde el comienzo de su primera temporada, el público ha estado dividido entre defensores y detractores. La tercera temporada, que se emitirá este año y que, según adelantó la actriz Olivia Munn en una entrevista, solo tendrá seis capítulos, servirá para poner punto final a una serie que con el paso del tiempo ha visto cómo se iba haciendo cada vez más numeroso el grupo crítico con ella.

Tal ha sido la situación que el guionista y creador de la serie, Aaron Sorkin, ha pedido perdón por los fallos de The Newsroom. "Creo que vosotros y yo empezamos con el pie equivocado con The Newsroom, pido perdón y me gustaría empezar de nuevo", dijo al público asistente a uno de los encuentros que han tenido lugar con motivo del festival de cine de Tribeca en Nueva York. ¿Cuáles son las razones por las que The Newsroom no ha llegado a funcionar? ¿Qué se le echa en cara a Sorkin? ¿Realmente ha sido un fracaso? Repasamos los principales argumentos que se han utilizado y abrimos el debate. ¿Ha sido The Newsroom una serie fallida?

- Los personajes femeninos.

Uno de los argumentos favoritos de los detractores de la serie desde los inicios. El tratamiento que Sorkin da a los personajes femeninos de la serie, con MacKenzie (Emily Mortimer) y Maggie (Alison Pill) al frente, ha sido tachado de machista y misógino al quedar relegados a un segundo plano detrás de los hombres y estar al servicio de sus deseos. De la quema solo se salva Sloan (Olivia Munn).

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- Adoctrinamiento político.

Las preferencias políticas de Sorkin y su inclinación hacia el liberalismo demócrata quedan claras en la serie. Él nunca ha intentado ocultarlo. Si te gusta, bien. Si no, también.

- Una visión demasiado idealizada del periodismo.

Para algunos profesionales del periodismo, la visión que se ofrece en la serie del trabajo en una redacción no se ajusta a la realidad. Además, al tratar en la ficción noticias reales se juega con la ventaja de saber cómo terminó el acontecimiento, algo que en la vida real no ocurre. Pero, ¿hasta qué punto es negativo el idealismo? "No estaba intentando y no soy capaz de enseñar una lección a un periodista profesional. Esa no era mi intención", ha explicado aprovechando el mea culpa que ha entonado por la serie.

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- "Nadie habla así".

No ocurre solo en The Newsroom. En otras series y películas de Sorkin también sucede. Sus personajes tienen siempre en su boca la frase exacta, la cita justa, la réplica perfecta. Y a la velocidad de la luz. "Nadie habla así en la vida real", suelen echarle en cara. "Sí, pero esto no es la vida real", pueden replicar sus defensores.

- El final de la segunda temporada.

En realidad, la temporada entera es un argumento más. Pero el final, esa noche de elecciones con petición de mano incluida, no hay por dónde cogerla. Cualquiera que haya vivido una noche electoral en una redacción sabe que eso no puede pasar. Además... ¿y ahora qué? ¿Puede prescindir la serie de la tensión sexual no resuelta entre Will y MacKenzie?

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- Sorkinismos.

Dícese de las frases, diálogos o situaciones que el guionista ha repetido en varias ocasiones y que ya son una seña de identidad. Este vídeo demuestra que no todo en Sorkin es tan original como parece a simple vista.

De lo que no hay duda es de que si el propio Aaron Sorkin ha considerado necesario pedir perdón por sus errores, por algo será. Ahora solo nos queda esperar a que llegue la tercera temporada y comprobar si la despedida de la serie deja a sus seguidores (tanto fans como haters) con buen sabor de boca.

Comentarios

Era una serie totalmente de ficción. A mi no me gustó nada la primera temporada y no sé cómo puedo tener una segunda. Normal que la tercera y última tenga seis capítulos.http://areaestudiantis.com
La mayor parte de las críticas podrían extrapolarse al resto de las series de Sorkin y, en gran medida, a las series en general. El retrato de cualquier profesión en una serie es escasamente realista, lo que pasa es que en el caso de la prensa es más evidente cuando las criticas las escriben los periodistas. Lo del lenguaje poco realista es de traca. Excepto en alguna serie tipo the wire, la gran mayoría funcionan con un lenguaje convencional y en el caso del enlace de youtube la mitad de los ejemplos sobran ya que son frases completamente normales y esperables. Lo de criticar el uso de noticias reales porque se sabe como acaban es un argumento de parvulario. La alternativa sería usar noticias inventadas. Pero entonces se acusaría al guionista de darle a la noticia el desenlace que le de la gana. Que sí que ideológicamente está muy sesgada, que los retratos femeninos son un poco histéricos...pero el problema es más de el contraste entre lo que se espera que sea una serie y lo que te dan.
Vaya, pues aunque estoy de acuerdo en que el tratamiento de los personajes femeninos deja algo que desear, en general es una serie que me gusta. Respecto a que nadie habla así... ¿Es eso un fallo en realidad? Nadie habla, y dudo que haya hablado como en las comedias screwball y siguen siendo una delicia. Sinceramente, creo que a veces nos la cogemos con papel de fumar, está bien ejercer la suspensión de realidad como espectadores si nos trasportamos a Poniente y vemos dragones en la pantalla, o sí estamos sumergidos en pleno apocalipsis zombie, y además lanzamos alabanzas al "realismo" de las situaciones planteadas, pero no está tan bien ejercer esa misma suspensión si se trata de ver la sala de redacción de un canal de noticias cuando en el fondo todo es lo mismo, ficción.
Muy de acuerdo. Esta serie se ha ido convirtiendo en una caricatura de Sorkin. Pero me alegra saber que lo reconoce porque, por mucho que me queje, veré la tercera. La versión más mediocre de Sorkin da veinte vueltas a la mayor parte de lo que se emite. Tengo West Wing tatuado en las nalgas y Studio 60 fue una joyita finiquitada de forma prematura.Gracias por la entarda!
Bueno, existe un mapa de oferta tan variado que es muy difícil captar la atención del público, y sobre todo si no se basa en algo de realidad o no es sumamente interesante, todas las series de este nivel tienen poco que decir.http://goo.gl/IqpQqi
Ya que hablamos de periodismo idealizado, Natalia, tu periódico defiende la nueva LPI, según la cual tendrías que pagar por cada enlace que has puesto en tu post. Supongo que no lo sabías.
La serie ha resultado ni tan buena ni tan mala. Si me preguntan a mí, nació lastrada por dar una importancia desmedida a las tramas románticas, que se llevaban demasiado peso y (como dicen los críticos) relegaban a las mujeres a comparsas románticos de los hombres (porque dichos personajes femeninos están mal construidos ). Una McKenzie sin el peso de la relación amorosa con Will hubiera funcionado mucho mejor, por ejemplo. Hasta el delicioso personaje de Olivia Munn acaba cargando con lastres románticos, si bien la diferencia es que al menos es ella la que lleva la voz cantante en sus relaciones. Y ese es el fallo que lo contamina todo: la serie funcionaría mucho mejor sin ese componente, centrándose mucho más en lo político (el repaso que le da al ideario del Tea Party es fenomenal y yo diría que casi casi necesario). Si al excesivo peso del dulzarrón amoroso le añadimos unas tramas profesionales cuyos finales Sorkin no perfila bien, a pesar de sus buenos inicios (en la trama de Genoa se nota muchísimo que hay un momento a partir del cual Sorkin no sabe como continuar), y un casting no siempre acertado (Allison Pill está desatada al "intesismo" de la peor manera, por ejemplo), pues sí, tenemos una serie fallida. Sin que eso quiera decir que está desprovista de interés, ojo.
Me gustaría leer un análisis así de "riguroso" sobre GoT o TWD.Lo que pasa es que los periodistas tenéis ojeriza a la ficción sobre periodismo, igual que los médicos la tendrán a ER y a House. ¿Que no reflejan la realidad? ¡De piedra me dejas, oyes!La diferencia es que los médicos no disponen de medios para brasear al personal, y los periodistas sí.
Del todo, Es como la entrevista del primer capítulo de la serie cuando le preguntan si los estados unidos es el mejor país del mundo. No era la mejor pero podría haberlo sido. La serie resulto muerta de una sobredosis de romanticismo de garrafón y líos cruzados
Yo no soy periodista, y la serie me parecio un bodrio dsd el capitulo 1. Romanticismo infantil de izquierdas...
Es muy muy rígido el análisis. A casi cualquier serie le puedes achacar falta de realidad, mismamente porque son series... Como decían por ahí arriba lo peor de Sorkin da 14000 vueltas a mucho de lo que es bueno ahora mismo.El otro día viendo TWD encontré un millón de incongruencias ya no solo con algunas cosas que podrían compararse con la realidad sino cosas que en el mundo ficticio de la propia serie son imposibles...A mi me parece un buen trabajo de Sorkin, quizás todo ese melodrama sobra pero para mi en casi cualquier serie... frío que es uno
Coincido con BitchesBeLoco. Tanto rigor aplicado a una serie me parece excesivo. Si ese mismo rigor se aplicara a series de "culto" como Mad Men, Los Soprano o Breaking Bad, en mi opinión tres bodrios bastante insoportables de tufillo reaccionario (curioso que las tres compartan un mismo personaje central: el emprendedor americano; curioso que las tres tengan una vena misógina muy acentuada; curioso que las tres manifiesten formatos de capítulo muy iguales entre sí y bandazos de guión aveces muy difícilmente justificables).No puedo decir que Newsroom desate mis pasiones, pero me interesa mucho más que cualquiera de las tres series citadas, gracias a su contenido "liberal" (ya he criticado a las otras por ser aparentemente brillantes y desprejuiciadas en la superficie, pero muy reaccionarias en el fondo) y a que no me importa que moralicen con el contenido. Al fin y al cabo lo que uno pide a los autores de cualquier obra de arte es que se moje, que nos diga qué opina sobre el mundo y cómo pueden los humanos afrontar la que se les viene encima cada día. Las otras tres series no sólo no se pringan, sino que encima consiguen que personajes despreciables sean héroes. Y no me vale que me dejan juzgar: ya sé cómo es de malo el mundo, lo que quiero saber es qué opina un autor sobre cómo hacerlo mejor, esté equivocado o no, tratando de evitar la moralina: lo que ves es lo que yo opino, no lo que tú tienes que hacer (esto se da más bien en series muy reaccionarias, estilo Chuck Norris y similares, o en series con una carga dogmática muy severa).El problema para mi de Newsroom es que no ha sabido crecer: los personajes, las situaciones y las reflexiones tienen que hacerlo para que analizar la evolución de los cambios que se proponen. A cambio me gusta mucho su lenguaje acerado y certero, que no me importa que sea realista, pues queda claro desde el principio que es una representación, no un reflejo de la realidad (como no lo son tampoco ninguna de las otras series citadas).Veré la tercera temporada a ver cómo remata. No olvidemos que se trata del autor de una de las mejores series de televisión de todos los tiempos (que tampoco era realista, por cierto): El Ala Oeste de la Casa Blanca.
El problema de esta serie es que lo tenía todo para ser lo que finalmente no ha sido y -creo- muchos esperábamos. Pudo ser otra obra maestra de la HBO y se quedó en un Ally Mcbeal del periodismo pero en soso y más visto que el TBO.El punto de partida es fantástico: un periodista de renombre que siempre ha vivido de su neutralidad, decide mojarse y enfrentarse a las consecuencias, reflotando su propio programa de noticias. Con guión de Aaron Sorkin y HBO produciendo, casi todos nos frotábamos las manos; por fin una serie "seria" y medianamente fiel al periodismo, o al menos al periodismo americano. Pero no. El globo se pincha desde el principio. Las motivaciones del protagonista quedan claras desde el principio pues en su reveladora reacción periodística no están, precisamente los afanes periodísticos, sino un transitorio enajenamiento romántico que le acompañará - por desgracia- durante todos los capítulos. Así, el periodismo queda de lado - salvo honrosas excepciones, como un soberbio diálogo entre los protagonistas sobre el periodismo donde citan al propio Cervantes- para dejar paso a los comentarios pícaros, las jugarretas y los malosententidos de la tensión amorosa no resuelta entre el presentador y su productora, antigua novia y objeto de amor platónico, que aparece de la nada para remover los cimientos. En general los personajes secundarios resultan previsibles y arquetípicos, sobre todo los femeninos, pero tb los masculinos, como ese becario enamoradizo y torpón,Pero sin duda, lo peor es el personaje del presidente de la compañía, el tópico periodista veterano intachable-sancho panza de chalecos de rombos y pajarita, siempre con una solución para todo, con ese buenrrollismo amoroso y romántico que sabes que resolverá cada madeja que se plantee en la trama con un chasquido de dedos o con "el fruto de su experiencia". Vamos, que de poder ser una serie de culto se ha quedado en un esperpento digno de Disney. Podría hacerse igual pero con solo 30 minutos por capítulo y Jeff Daniels haciendo el papel de " 2 tontos muy tontos" mientras suenan risas enlatadas... Gran cagada de Sorkin y la HBO, si bien ésta tiene aún crédito para equivocarse una y mil veces si miramos el catálogo de obras maestras que manejan. Saludos
Para mí los problemas han sido varios: 1) El Ala Oeste. Es imposible superarlo y las comparaciones son odiosas. 2) Una cosa es tener tendencias políticas y otra hacer propaganda electoral contínua. En el Ala Oeste formaba parte del argumento, aquí está metido con calzador en el argumento y faltando a la inteligencia del espectador poniendo a un republicano solo de nombre al frente. 3) El casting. Muy malo. Emily Mortimer, más blanda que su personaje. Dev Patel, anda chico, baja las cejas de vez en cuando, Allison Pill, no creo que la veamos mucho másDicho lo cual, a mí la estructura argumental de la segunda temporada me parece brutal. Sorkin malo siegue siendo mejor que la gran mayoría.
Entiendo que haya gente que no les guste.es una serie para un sector inteligentey si, los diálogos parecen irreales, quien piensa eso, no son rápidos en sus conclusiones. Hay que ser inteligentes, o simplemente, saber que es ahí donde uno puede aprender, porque además, son series con un diálogo tan interesante, que te entretiene y ta enseña a pensar. Algo a lo que no se está acostumbrado
Pues a mi me encanta: me parece inteligente, divertida, y no me siento ofendida por el papel de las mujeres. ¿No es vida real? No la veríamos si lo fuera. ¿Alguien piensa que los polis van vestido y calzados como Becker en Castle? Me sumo a aquello de que nadie está obligado a verla.
A mí si que me gusta esta serie. En cuanto al papel de las mujeres, bueno la dueña de la cadena y jefa es el papel interpretado por Jane Fonda (que coincidencia ¿no?), Emily Mortimer no creo que quede a la sombra de Jeff Daniela (o sus personajes) y sí Olivia Munn está muy bien. Adoctrinamiento político, bueno se trata de un presentador de telediario "republicano declarado" rodeado de "supuestos demócratas", y coinciden todos en su desprecio al Tea Party, eso no vea que sea como para quejarse, cualquiera que hay visto el telediario sabe que todos tienen eso que se llama "línea editorial". Por cierto Jeff Daniels está muy bien en esta serie. Todo lo demás probablemente sea así, pero tampoco las veo como razones para odiarla o que guste menos. Yo encuentro críticas interesante a lo que últimamente llena los telediarios, creo que es bueno, al fin y al cabo un telediario que son ¿12 noticias? ¿15? cómo se seleccionan, los periódicos traen cientos.
Pues a mí me gustaría saber a qué se refiere la autora con lo de que "eso no puede pasar en una noche electoral". He vivido unas cuantas y hay tiempo para todo...
A mi esta serie me encanta, me hace creer que un periodismo "de verdad" es posible... Es cierto que a veces los diálogos son fantasiosos, incluso forzados, pero eso se añade a un ritmo muy rápido que encuentro muy atractivo. Con todo, creo que tres temporadas son suficientes, ya que no sería bueno alargarla sin más.
House era una serie muy buena, pero imagino que no todos los enfermos del mundo tienen Lupus.Por otro lado que es la realidad y que la ficción? y lo digo porque Pesadilla en la Cocina es una serie pero es ¿ficción o realidad?, creo que no todos los restaurantes seran así de locos; pasa igual si alguien nos contara que un periodista se ha muerto después de un juego sexual o que otro mató a su hija pequeña, etcétera, etcétera, la realidad es a veces una bestia. Lo cierto es que el periodista comprometido molesta a los que no lo son, como a mi me molesta la cocina demasiado innovadora. Es un error muy pepero pensar que ser liberal es ser de izquierdas, lo mismo que creer que los de derechas no defienden el derecho al aborto ( no es así en el mundo mundial).La serie es muy buena, con todos sus errores, pero yo la podía ver con mi mujer cosa que solo puedo hacer con The Good Wife y Juego de Tronos. El otro día viendo al juez Silva no sabía si estaba en un episodio de The Good Wife, a ver quien le saca punta a un episodio de Juego de Tronos.
La serie es de las mejores que he visto últimamente. No hay ninguna serie, sea cual fuere su temática, que pueda funcionar sin tramas personales, que a la postre son el soporte; de lo contrario no sería una serie, sino un documental. Si algo puede reprocharse es que los diálogos, a veces, son excesivamente recargados (petulantes), pero forma parte del producto. Es cierto que para seguirla tienes que tener un buen conocimiento de la realidad política y social de EEUU, pero eso no es un problema, más bien puede ser una virtud si lo que pretendes es superar el localismo español. En general, es una buena serie y a mí me entristece que se acabe.
El hecho de que Sorkin pida disculpas no tiene mas valor que el hecho de agradar a sus detractores para preparase una buena acogida de cara a sus nuevos trabajos. En cualquier caso las críticas han llegado de una profesión experta en criticar pero que no admite el más mínimo comentario en contra. Una prueba de ello ha sido el maltrato dado a sus series ambientadas en los medios -Sports Nights, Studio 60 y The Newsroom- que han sido lapidadas por los periodistas convertidos en una casta que no admite la crítica. Parece que solo les gusta las que se dedican al poder como el film El Presidente y Miss Wade, de la que salió gran parte del material de su otro gran referente, la inolvidable El Ala Oeste de la Casa Blanca, otra de las joyas de la corona del Rey-Dios Sorkin.Cada capítulo ha tenido un nivel intelectual muy por encima de la media televisiva y una auténtica clase de periodismo. PD: El papel de Jane Fonda en la serie es la guinda sublime, y sobre los que dicen que el lenguaje es de un alto nivel o que en las redacciones no se habla así me da pena imaginar el bagaje cultural de quienes así se manifiestan, y me pregunto en qué tipo de redacción trabajan o en qué facultad han estudiado. Así está la profesión.
A mi la serie me gusta porque es eso, una serie, y por definición, es ficción. Lo que no llego a entender es el comentario de los detractores quejándose de la falta de realismo... ¿que pretenden, que se les muestre la realidad? la realidad de una edición de noticias es lo mismo que cualquier trabajo de oficina (a lo mejor un poco más de movimiento): muchos trabajando delante del ordenador, escribiendo o leyendo (que pretenden, ¿que nos enseñen a un tío tecleando su ordenador durante el tiempo que dura un capítulo?), reuniones dónde se deciden cosas, que acaba decidiendo el productor, y dónde no existen esas conversaciones y discusiones tan democráticas que se asemejan a "batallas de intelecto", hay líos (pero no tantos), hay gente que critica a otros (pero en plan cutre del estilo "que pesado ese/esa", "que pelota ese/esa"), y a veces la conversación más interesante que tendrás ese día es de la mamá novata de turno que te cuenta que no ha dormido porque el nene tiene otitis (que interesante!)lo mismo que el ala oeste no era para nada realista, porque creo que la tendencia de los presidentes de EEUU no es ser nobel de economía, ni tan leídos ni sabiondos como Bartlet, y dudo que los consejeros de cada uno sean todos (sin excepción) tan super superdotados como los de la serie... algun enchufado inútil y muy cercano al mandamás deba haber también, creo yo si quieres ver realismo, levántate cada mañana y vete a trabajar (para los que tengan suerte de tener trabajo), o lee el periódico. si te gustan las series, míralas, y sino, a otra cosa mariposa
¿Había que rellenar hueco en el blog o la autora es del Tea Party? No he visto ni un argumento convincente. Es más, sólo irradia animadversión hacia Aaron Sorkin y falta de crítica o inteligencia para interpretar ciertas partes de la serie. Hay gente a la que le molesta tener que pensar ante un televisor.
Coger cualquier listado de series en orden alfabético y analizar la cantidad de bodrios que nos intentan meter por los ojos y que sin duda no le llegan a la suela de los zapatos a Newsroom.No comparto ninguno de los argumentos que se "analizan" arriba, es más, solo he escrito un comentario en mi vida y fue al mendrugo que la puso en evidencia (ni recuerdo al listillo de pluma fácil).Si la formula del éxito es seguir el guión que marcan los detractores, estaría "chupado" hacer una gran serie.Ojo, NO todo puede ser Breaking Bad...Ánimo Sorkin, yo te sigo.
Coincido con algunos comentarios vertidos: es una polémica estéril y bastante malintencionada. Es obvio que la serie Nwesroom tiene fallos de construcción y que criticarla por ello es necesario, pero todo parece más bien apuntar a que lo que se critica es la ideología que la sustenta. Cada vez es más frecuente señalar a quienes tienen una ideología definida, más en concreto si es progresista, como un demagogo o un sectario, cuando no antiguo (véanse las críticas que se suelen lanzar al cine de Ken Loach, pongamos por caso) y que es de buen tono lanzar mensajes "equidistantes" entre posiciones ideológicas, como si los intelectuales tuvieran que ser agentes neutrales dedicados a sus excelencias técnicas o de conocimiento de la materia. Y cuando lo hacen, como en el caso de Sorkin, se les "exige" pedir perdón, nadie sabe muy bien por qué, pero todo parece indicar que le perdón es por defender sus ideas.Su exposición del periodismo es muy interesante: básicamente nos dice que quien elabora la editorial debe tener opinión y exponerla libremente, sin miedo a equivocarse, asunto para la que la solución es disculparse y presentar la información correcta, evitando tanto la supuesta neutralidad como la manipulación. Y creo que precisamente lo interesante de la serie es el contraste entre lo que debe ser el periodismo y lo que es actualmente (pásense por las principales cabeceras de medios españoles y verán que Viçenc Navarro tiene razón: tenemos medios de persuasión, no de comunicación).Es una serie que juega inteligentemente sus bazas, especialmente sus diálogos acerados y acelerados, marca de la casa, que nos ofrecen motivos para la reflexión. Es una serie que hay que ver, lo que no quita para que se la critique: un creador no puede crecer si no se le envía una respuesta para que reflexione.
No tengo tiempo para ser un hate-watching, así que vi los dos primeros capítulos y dejé de verla. Para mí es infumable, sin más. Un verdadero coñazo.
En cuanto a la acusación de machismo, tal comentario me parece marciano. Que el autor tenga una visión masculina parece hasta razonable, pero afirmar que los personajes femeninos va a rebufo de los masculinos es cuando menos incierto. Precisamente la serie destaca por dar protagonismo similar a personajes de ambos sexos, repartiendo muy bien el protagonismo de cada uno de ellos, pesando más, incluso, el valor de las decisiones y opiniones vertidas por los personajes femeninos sobre los masculinos (véanse los episodios en que el personaje de Alison Pill se enfrenta a la realidad de los países del tercer mundo y como su superación tiene más trascendencia moral que los asuntos referidos a su oponente masculino), con unas actrices que dan mucho juego (precisamente la denostada Alison Pill es una excelente actriz de comedia que sabe encontrar muchos registros a sus expresiones).De hecho la serie incide en un asunto que recorre gran parte de las expresiones artísticas contemporáneas: la posición del nuevo macho surgido de la liberación femenina. Como digo no es original en este asunto, pero si se sitúa en un plano interesante. Me parece que Sorkin opina que no es necesario perder las "tradicionales esencias" masculinas (arrojo, velocidad,..., pongan uds. las que quieran), sino que es necesaria una reubicación en plano de igualdad de las relaciones entre sexos. Compruébese que casi todos los personajes masculinos con oponente femenino siempre toman la última decisión según lo que necesitan sus oponentes femeninos, en una apuesta por la empatía decididamente muy interesante. Pero no les obliga a cambiar radicalmente ni a comportarse como personajes bufos ante el otro sexo, repartiéndose las situaciones de vergüenza ajena entre todos los personajes, si bien los cambios más radicales se producen en los personajes masculinos.La acusación me recuerda a aquellas tesis que se abonaron hace algunos años acusando a Marx de machismo porque ignoraba a su mujer y se acostaba con su criada, siempre ignorando que los seres humanos somos fruto de nuestro tiempo (los "muy avanzados o avanzadas" son excepciones históricas que el tiempo ha ido consolidando como ejemplos a seguir, según los cambios sociales producidos) y solemos actuar según las claves con que aprendimos. Por otro lado, la relaciones sentimentales nunca se verán libres de los cambios de opinión o de los giros del destino, por lo que si un personaje como Marx cambió su gusto sexual, conservando su apariencia de matrimonio me temo que no respondía más que a lo que todos y todas respondemos: nuestras pulsiones y las convenciones en las que vivimos. Podríamos sospechar resistencia al cambio si Marx hubiera negado a su mujer la misma posibilidad que se concedía para él, pero no tenemos confirmación al respecto. No se puede acusar a nadie de anticipar lo que no vive ni lo que no ha aprendido ni se puede decir que nuestros antepasados eran más tontos que nosotros. Esto es, simplemente, falsear la historia.
En cuanto al lenguaje empleado, pues vaya, no creo que utilice un inglés del siglo XVII ni que la traducción al castellano lo haga igualmente. Que se diga que la gente no habla así, pues menuda novedad. Toda representación adapta el lenguaje a sus intenciones con la intención de ser veraz, no verídica, que no es lo mismo. Es más: en la serie se identifican distintos tipo de inglés según quien hable (ha ingleses e hindúes frente a americanos, que además son de estados y niveles sociales distintos y se nota en la construcción de los personajes). El mensaje que lancen será el que la intención del autor tenga.Esto me recuerda una discusión que tuve en relación al estreno simultáneo de dos películas de igual temática, Salvar al soldado Ryan (Spielberg) y La delgada línea roja (Mallick). Y era a propósito de la verosimilitud del lenguaje empleado. Opinaba que me parecía más creíble la de Spielberg (también me parece infinitamente mejor película), pues a través del lenguaje identificaba la extracción social y territorial de los personajes (esto me lo hicieron notar personas que saben), mientras que la de Malick el lenguaje es el del autor en todos los personajes. De hecho, mi queja fundamental estaba en le personaje interpretado por Sean Penn. Me decía mi interlocutor que no aceptaba algo que Mallick había introducido: ante las grandes catástrofes, los seres humanos filosofamos, que era lo que hacía dicho personaje. Mi reparo, que sigue siendo el mismo, es que no tengo nada que decir a esa tesis, pues hay muchos testimonios de conversaciones entre combatientes en conflictos bélicos que reflejan esa circunstancia (como parece razonable deducir de una situación en que alguien se enfrenta todos los días a la extinción), sino que el personaje no parecía creíble precisamente por el lenguaje que utilizaba. El personaje en cuestión era de extracción muy popular del barrio de Brooklyn, en Nueva York y, por lo que nos cuentan, no había pasado de la primaria, pues era un trabajador que no había llegado a la Universidad. Pero en sus parlamentos filosóficos se expresaba con una mezcla lingüística entre Schopenhauer y un predicador cualquiera, lo cual convertía su reflexión en inane, pues no transmitía sensación de veracidad, sino de representación pura y dura, ya que no estaba apoyado ni en las características del personaje ni en otros elementos expresivos que nos indicaran que el autor estaba jugando a dicha representación.En el caso de Nwesroom no tengo nada que decir al lenguaje empleado y sigo opinando que la forma de emplearlo, acerada y acelerada, es un acierto.
Personalmente, no veo muchas diferencias en el tratamiento moral de la historia en "The Newsroom" que en otras series de Sorkin, como "El Ala Oeste". Aún recuerdo que en uno de los capítulos de ésta, dos de los personajes (uno de ellos era Tobey) andan trabajando sin descanso para sacar adelante un proyecto de ley que permita a los más desfavorecidos llevar a sus hijos a la universidad, y la idea salío de una conversación en la barra de un bar con un tipo alicaído porque no podrá llevar a su hijo. Me pareció un tratamiento de lo más populista, y elevaba a sus protagonistas a la altura de buenos samaritanos. Nadie pensó que por ello debiera aniquilar a la serie. Sorkin ha sido Sorkin toda la vida. Simplemente, ésta vez, su producto se le ha atragantado a más de uno y ha comenzado una bola de nieve que ha supuesto el fin de la serie en una precipitada tercera temporada (demasiado corta, por cierto). Eso sí, a partir de ahora, al pobre Sorkin le van a caer tortas por un tubo, y los que vamos a perder vamos a ser sus aficionados, que no tenemos problemas con "The Newsroom", que hemos disfrutado mucho viéndola , y que nos vamos a quedar sin muchos de sus productos porque la gente los va a hundir. Por cierto, evidentemente que la gente no habla como en las series de Sorkin. Y los meteoritos aún no se han chocado con la Tierra, ni hemos sido capaces de revivir dinosaurios, ni nada de nada. Es ficción. Y es genial. Los diálogos de Sorkin son simplemente geniales. Y no necesito que haya nadie que hable así para disfrutarlos. Lo que hay son ganas por un tubo de meterse con Sorkin. Ricardo.
La he visto completa pero sabiendo desde los primeros episodios que no me iba a enganchar. A ratos desconectaba porque me costaba un poco seguirles el ritmo.Eso sí, regala algunos escenarios neoyorkinos estupendos.http://mynewyorkblog.com/
Me encanta la serie y ya quiero ver the newsroom 3, se ve buenísima.
Normal que la machaquen, critica a dos sectores tabú, el Tea Party y los periodistas. Me parece genial, fantástica, necesaria, original, realista.Cientos de series misérrimas siguen y esta la cortan, terrible.
Muchas personas prefieren las series de acción y policiacas pero para mí The Newsroom con Emily Mortimer es perfecta ya que mezcla el suspenso y hechos reales que han sucedido en todo el mundo
Buen ataque a las series sobre periodistas ¡que se enteren esos!Y lo de que en la vida real no hablan así ha sido sublime, donde esté "La que se avecina" que se quite Sorkin.

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Sobre la firma

Natalia Marcos
Redactora de la sección de Televisión. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en Participación y Redes Sociales. Desde su fundación, escribe en el blog de series Quinta Temporada. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Filología Hispánica por la UNED.

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