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ANA ROSA QUINTANA Presentadora y empresaria

“Nunca emitiría una entrevista con Ricart”

La presentadora del matinal de Telecinco se queja de la “censura preventiva”

Rosario G. Gómez
Ana Rosa Quintana.
Ana Rosa Quintana.

Tras nueve años y 10 temporadas en antena, El programa de Ana Rosa lidera con comodidad una franja televisiva, la matinal, donde la rivalidad entre cadenas es máxima. Llegar y mantenerse en la cima no ha sido fácil para una periodista que se considera “muy obrera”. “He hecho de todo: presenté musicales, he sido redactora, reportera, corresponsal... He trabajado sin cobrar y he sido, no mileurista, sino milpesetista. En la Inter nos pagaban unas 15.000 pesetas y cuando presentaba el telediario en TVE tenía un contrato artístico, ¡como si fuera una cantante!”, recuerda Ana Rosa Quintana, convertida ahora en una presentadora y empresaria de éxito.

Cuarzo, la productora de la que es accionista, da empleo a 200 personas y además del magacín de Telecinco firma programas de actualidad, series de ficción y formatos de entretenimiento como Herederos o El pueblo más divertido. Quintana separa claramente su doble faceta profesional —presentadora y empresaria— y no deja de sorprenderse de que las mujeres sean una minoría en los puestos directivos de la industria audiovisual. “Hay compañeros, como Emilio Aragón, que ha sido actor, presentador, director de orquesta, productor... Y nadie le ha puesto en cuestión. Al final, en esta sociedad la igualdad es una entelequia. ¿Cuántas consejeras hay en las empresas del Ibex? Muy pocas. A veces voy a reuniones empresariales y soy la única mujer”.

A lo largo de estas 10 temporadas en las mañanas de Telecinco, los contenidos del programa han ido evolucionando al mismo ritmo que la propia sociedad. “En los años de bonanza había mucho más entretenimiento. La mesa política no funcionaba; la manteníamos con audiencias muy bajas. El curso pasado la gente empezó a hablar de la prima de riesgo y el bono alemán. Por eso ahora el programa pone el foco más en la actualidad y menos en el entretenimiento. En los primeros años se explotaba todo lo que rodeaba a Gran Hermano y la crónica del corazón. Ahora este tipo de noticias casi siempre tienen que ver con los juzgados”.

Con cuotas de audiencia que han llegado al 22% esta temporada, Quintana afirma que su objetivo es llegar al gran público. “No hago el programa para mí y mis amigos. Hay que escuchar a las audiencias y analizarlas con humildad. A nosotros nos va bien, pero cuando te van pisando los talones, fuerzas más los contenidos. Las cadenas de televisión no son ONG. Son empresas que viven de la publicidad y la publicidad vive de la audiencia. Si un programa no funciona acaban quitándolo. Yo no he vivido esa situación. Desde que empezó el programa, en 2005, hemos sido líderes todos los años, con lo cual no hemos sentido la presión de la audiencia. Además, hemos trabajado con absoluta libertad. Telecinco jamás nos ha dicho por dónde teníamos que ir”.

Las cadenas de televisión no son ONG. Viven de la audiencia”

Aunque no exenta de polémica, Quintana defiende la utilización de cámara oculta para sacar a la luz prácticas de pederastia o malos tratos en centros de acogida, como se ha visto en su programa. Y sostiene que arremeter contra esta forma hacer periodismo es una manera de coartar la libertad. Aunque percibe otras: “Con el tema de Miguel Ricart [el asesino de las niñas de Alcàsser, que salió en libertad a finales de noviembre] hemos vivido censura preventiva. Se ha criticado algo que no se había producido y que no se iba a producir. Hemos sido objeto de una campaña de infundios en las redes sociales, cuando en realidad teníamos muy claro que nunca entrevistaríamos en el programa a Ricart. Todos tenemos en la memoria lo que fue Alcàsser”, afirma Quintana, convencida de que ninguna cadena se va a atrever a sentar en un plató a autor del triple crimen. Y pese a que como productora asegura que “nunca emitiría” una entrevista con Ricart, admite: “Si yo fuera la periodista que está esperando a la puerta de la cárcel, claro que le entrevisto”.

Sabe bien lo que es estar en el ojo del huracán mediático. Y del judicial. En 2011 declaró ante el juez como imputada por una entrevista emitida en su programa a Isabel García, la esposa del condenado por el asesinato de la niña Mariluz. “Sentí el apoyo de la cadena, aunque la que fue al juzgado fui yo. Lo pasamos mal porque todo era falso. Aquello me generó más rabia e indignación que preocupación, pero al final se resolvió pronto y bien. Yo sí puedo decir que no pagamos. Está judicialmente investigado”.

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