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Tentaciones

De Bono a Paul Simon, la música para Nelson Mandela

La lucha contra el 'apartheid' fue en los ochenta causa común para los músicos occidentales Una selección de los sonidos que el líder inspiró

En los ochenta la lucha contra la segregación racial en Sudáfrica, contra el régimen blanco que mantenía confinados en grandes guetos a los negros en el país más austral de África fue una causa recurrente entre los músicos occidentales. Había muchas razones para ello. Principalmente porque era una causa de pureza indudable para una generación de estrellas recién consagrada -Sting, Springsteen, U2-, que presumía de coraje y compromiso y que no tenía problemas en participar en los más variados saraos benéficos, -los granjeros, la Amazonia, la hambruna en Etiopía...-, pero que temía implicarse en luchas con contenido político. Los movimientos revolucionarios, -el palestino, la causa católica en Irlanda del norte, incluso el Sandinismo nicaragüense, tenían demasiadas luces y sombras.

Pero Sudáfrica no. Los bóeres mantenían un régimen tan claramente maligno que ni siquiera se esforzaban en disimularlo. Era una lucha casi de cómic. Policías disparando a estudiantes en Soweto. Torturas, matanzas... Estaban los malos, los blancos; los buenos; los negros. E incluso un héroe, Nelson Mandela, que llevaba preso más de dos décadas de forma injusta.

Hasta los secundarios eran de lujo. El mártir, Stephen Biko; el religioso comprensivo, El arzobispo Desmond Tutu; la madre coraje, Winnie Mandela. Y villanos magníficos; como Piter Botha.

Era goloso. Y además era una lucha que se podía ganar.

A pesar de que se celebraron grandes conciertos, -en los ochenta los macrofestivales benéficos fueron habituales tras el éxito de Live Aid en 1985- las canciones contra el apartheid fueron en mucho caso opciones individuales.  En el momento en el que se anunció el primer gran concierto The Nelson Mandela 70th Birthday Tribute, en junio de 1988, en el estadio londinense de Wembley, y televisado a todo el mundo, la causa sudafricana era la causa pop por excelencia, y la victoria se sentía cercana. Mandela sería liberado en 1990.

Free Nelson Mandela, The Special AKA.

De las cenizas de The Specials, el combo de ska más callejero de los salidos del punk nació The Special AKA. Esta canción espectacular brillante y callejera se convirtió en el himno oficioso del movimiento antiapartheid pop.

Biko, Peter Gabriel

Aunque salía de Genesis, un grupo de rock progresivo pre-punk, Gabriel se supo reorientar. Biko, su homenaje a Stephen Biko, el joven líder asesinado en una celda de la policía en 1977, fue originalmente grabada para su tercer disco en 1980, y versionado por Robert Wyatt en 1984.  Pero se convirtió en un éxito mundial con el estreno de Cry freedom, una biografía que contaba la historia del militante sudáfricano. En aquella película también se incluía una emocionante versión de Nkosi Sikelel' Afrika, Dios salve a Africa.

Sun City, Artists United Against Apartheid

Para ahondar en el boicot contra los intereses sudafricanos,Little Steven, guitarrista de la E Street Band de Springsteen, que en aquel momento pasaba por una etapa politizada, compuso este Sun City, inspirado en Biko de Peter Gabriel, que intentaba convertir en apestado a Sun City, un resort vacacional al estilo Las Vegas, que quedaba excluido por estar situado en un bantustan, un área nominalmente independiente y dirigida por un gobierno negro, pero que no era más que una marioneta al servicio de Sudáfrica. En 1985 el colectivo Artists United Against Apartheid,en el que estaban Bono, Dylan, Tom Petty, Run Dmc, Africa Bambaattaa, y así hasta 40 artistas grabaron esta canción. Por cierto U2, acaba de hacer pública Ordinary Love’, que será parte de la película sobre Nelson Mandela titulada Long Walk to Freedom.

Desmond Tutu, Kortatu

La concesión del Nobel de la paz al Arzobispo Desmond Tutu y no a Mandela sentó mal a amplios sectores que lo vieron como una apuesta por el reformismo del sistema frente a la revolución. Así lo expresaban los vascos Kortatu en su primer disco.

Rat in the kitchen, UB40

Parece mentira viendo su posterior conversión en un grupete de tonadillas para cruceros, pero al principio este colectivo multirracial de Birmingham fue un respetado combo de reggae altamente politizado. Rat in mi kitchen, era su canción antiapartheid, publicada en 1986, aunque Tyler, de su primer álbum, y que hablaba del linchamiento de un negro en Estados Unidos en los sesenta era también precedida en directo por un discurso antiapartheid.

Graceland, Paul Simon

El cantautor neoyorquino no respetó el boicot y se fue grabar su disco Graceland a Sudáfrica con músicos locales lo que generó considerable polémica. El éxito del álbum, que se convirtió en un hit mundial, no solo volvió a colocarle a él en el mapa si no que dio un nombre a los músicos que participaron, e hizo que sonidos ,como la forma de tocar la guitarra eléctrica que se llamó guitarra zulú, desconocidos para el gran público, pasaran a ser parte del pop mundial. Dos décadas más tarde su rastro aun se encuentra en bandas como Vampire Weekend.

Homeless,  Ladysmith Black Mambazo

El hacha negra de Ladysmith era un conjunto vocal que Paul Simon decubrió en Graceland. Un combo vocal de zulus, militantes del African National Congress, que recorrieron el mundo. Cuando, tras la liberación de Mandela, las luchas callejeras entre el partido zulu Inkhata y el ANC se volvieron corrientes y sangrientos, ellos apostaban por la reconciliación.

Soweto blues (South African freedom song) Miriam Makeba y Hugh Masekela

Eran ya veteranos cuando el pop volvió a hacerles renacer. El trompetista y la vocalista, conocida como Mamá África renacieron con el interés mundial por la música de Sudáfrica. Hugh Masekela editó en 1987 Bring Him Back Home, algo así como “tráiganlo de vuelta a casa”

 

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