Eskubi deshuesa la realidad

La obra del artista vaso Joseba Eskubi —hoy día vive y trabaja en Bilbao donde da clases en la Facultad de Bellas Artes— se caracteriza por "la representación de elementos orgánicos que nos remiten a una especie de naturalezas muertas imaginarias donde se enfatiza en la carga matérica de la pintura" nos cuenta Eskubi. Cuadros matéricos en los que la abstracción y figuración se enfrentan en escenas oníricas, de pesadilla. Cuerpos, vísceras, ojos, formas blandas, amorfas, masas, horizontes… Con trazos gestuales y chorros de pintura Eskubi da forma a las obras de Hipnosia su última serie que expone en la madrileña galería Paula Alonso.

Una parte importante de su producción parte de intervenciones realizadas sobre reproducciones de cuadros clásicos, obras que el artista distorsiona con sus pinceles, borrando planos y derritiendo sus rasgos. "Hace unos años que he empezado a modificar reproducciones de pinturas clásicas con el fin de experimentar las diferentes posibilidades que ofrece la intervención en la obra de otro autor. Es como una necesidad de abrir la imagen y explorar ese campo de sensaciones; pintura sobre pintura que desencadena un laberinto de interferencias y colisiones. Me interesa manipular obras donde las formas aparezcan claramente definidas y haya un uso del claroscuro, irrumpir gestualmente en el espacio ilusorio del barroco. De momento no he intervenido en una obra de Picasso o Van Gogh, pero quizás sólo sea cuestión de empezar".

Figuras semihumanas centradas en el cuadro sujetadas en el paisaje por la línea del horizonte. Rojos, violetas, rosas… los colores de la sangre, de la carne... Composiciones que inevitablemente remiten a Francis Bacon. Le preguntamos si le molestan las comparaciones. "No me molesta en absoluto. Siempre ha sido un referente que ha estado ahí. Me fascina cómo conjuga unas composiciones rigurosas con la pulsión expresiva de las figuras".

Pintura sobre pintura en un proceso de trabajo que pedimos que nos explique. "En los collages utilizo pintura acrílica sobre hojas de revistas o catálogos de arte. La elección de estas imágenes generalmente responde a estímulos visuales: un color, una forma; detalles que sugieren una posible continuidad.  En las obras de óleo sobre lienzo no empleo bocetos previos, me interesa que la propia mancha vaya marcando el camino. Los cuadros se agrupan en series, a modo de flujo visual donde todas las imágenes se complementan en una redundancia obsesiva. También utilizo otros materiales como plastilina, residuos orgánicos, etc. en la elaboración de unos objetos que posteriormente fotografío".

Los cuadros miran al espectador desde las paredes de la galería a través de ojos que sugieren miedo o angustia. ¿Qué miran esos ojos? "Son una especie de pequeñas aberturas de acceso a ese magma pictórico en el que las figuras se encuentran aprisionadas". Escenas de aire apocalíptico, fantasmagórico, a medio camino de la abstracción y la figuración que Eskubi nos explica. "El vértigo surge en el propio proceso, la sospecha de que la imagen se puede derrumbar en cualquier momento y desaparecer arrastrada por el frenesí de la materia".

En un futuro próximo la editorial Belleza Infinita publicará una serie de collages agrupados bajo el nombre de Insomnia, título de la muestra que el pasado año ocupó la sala Rekalde en Bilbao. "Los títulos escuetos y ambiguos remiten a una cierta alteración sensorial donde la pintura aparece y desaparece como algo fantasmagórico".