'Falling Skies': Luchar, perecer o convertirse
Y de repente llegaron del cielo. La humanidad, atónita y asustada, no pudo hacer frente al ataque de los visitantes que provenían de más allá de las estrellas. Y el cielo cayó, cambiando el mundo que conocemos. No obstante, débiles aún por la situación, los supervivientes decidieron levantarse contra su poderoso enemigo y luchar. Luchar por la continuidad de la especie humana y asegurarse su lugar en la historia. Este proceso de derrota, fuerza y convicción marca el camino que han vivido los protagonistas de la serie de ciencia ficción Falling Skies. Una descripción que apenas se aleja de la situación por la que ha pasado esta producción en sus tres años de vida. Pese a una primera temporada más bien floja con una trama lineal y simple, que partía de un gran proyecto ideado por nada más y nada menos que Steven Spielberg, la segunda temporada consiguió enganchar a los fans que tuvieron las fuerzas suficientes para volver a verla. ¿La clave? Una historia con más intrigas, conspiraciones humano-alienígenas y un final con el que, si uno debía esperar seis meses para la tercera parte, lo haría. La tercera temporada ha llegado de la mejor manera posible, enganchando al espectador con una trama llena de secretos e historias que desconoce y que podrá descubrir capítulo tras capítulo.
Los fans de Falling Skies probablemente coincidirán en que el último capítulo de la segunda temporada títulado 'Una unión más perfecta' fue el mejor de la serie hasta el momento. En los últimos minutos del episodio fuimos testigos de cómo los Espheni (la malvada raza humanoide cuyo principal objetivo es la dominación absoluta sobre el ser humano) construía junto a los Skitter (los alienígenas verdes de cuatro patas) un gigantesco cañón láser que apuntaba al cielo. El plan fue frustrado por el heroico Tom Mason (principal protagonista de la serie, interpretado por Noah Wyle, el joven doctor de Urgencias) y su grupo de la Resistencia en una arriesgada intervención. Tras la exitosa misión, el grupo humano decide establecer de manera permanente su base en Charleston (un amplio refugio de supervivientes) y plantar cara a los invasores. Pero cuando todo parece perfecto, un numerosos grupo de naves extraterrestres aparece en la zona con nuevos alienígenas a sus mandos... ¿Amigos o enemigos?
El primer capítulo de esta nueva temporada (que se emite en España en el canal TNT) arranca contestando a esta importante cuestión que nos dejó en vilo. Aunque nuevas preguntas nos surgirán, ya que los creadores de la serie (Spielberg y Robert Rodat) decidieron arrancar siete meses después de la llegada de la nueva raza de alienígenas. En ese tiempo Tom Mason se ha convertido en el absoluto líder de la resitencia y espera un bebé junto a su compañera sentimental, la doctora Anne Glass (Moone Bloodgood). Un nacimiento feliz que traerá consigo a un enigmático y extraño angelito... Además está Ben (Connor Jesup), el hijo mediano de Mason, que continúa con su extraña unión sensorial y de lealtad con los skitters rebeldes. Y tampoco podemos olvidarnos del primogénito, Hal Mason (Drew Roy), quien, extrañamente postrado en una silla de ruedas, lleva dentro de él una sonda alienígena implantada por Karen (la malvada humana dominada por los alienígenas e interpretada por Jessy Schram) que nos hará duda de qué lado está.
Una presentación llena de dudas, esperanzas e intrigas con un escenario postapocalíptico como telón de fondo. Y la familia siempre como protagonista. Ya sean los Mason, o la relación del capitán Dan Weaver (ahora coronel, encarnado por Will Patton) con su reencontrada hija Jeanne. Esta institución están tan presente en todas las firmas de Spielberg, como un primer plano de unos pies en una película de Tarantino. Y no nos referimos a un fetiche por supuesto. Sino a una simbología constante que es fundamental para el director: la de los niños con sus familiares. Desde el joven Elliot arropado por su familia en E.T. (1982), pasando por los dos jóvenes sobrinos de John Hammond en Jurassic Park (1993), hasta el niño robot que quiere tener una madre de verdad en Inteligencia Artificial (2001), la familia ha sido un broche en las obras de Spielberg que también le ha significado varios fracasos o reinvenciones.
Y ya que este es un blog de series, pongamos como ejemplo dos ficciones televisivas. La primera, Falling Skies. En la primera temporada, el núcleo familiar, las escenas de afecto, enfado y protección entre el padre y sus hijos eran tan constantes y monótonas que dejaban casi en un segundo plano una historia tan titánica como es la resistencia a una devastadora invasión extraterrestre. Los creadores, por suerte, fueron quitando importancia a este vínculo en la segunda temporada y fidelizaron a los seguidores que continuaron viéndola. El segundo ejemplo, es una serie que se extinguió del mismo modo que las criaturas de su historia. Se trata de la malograda Terra Nova.
Esta ficción, que emitió Cuatro en 2012, narraba las andanzas de un grupo de humanos del año 2149 que, huyendo de la contaminación global, viajaban 85 millones de años en el pasado para crear una nueva civilización en la época de los dinosaurios. La trama prometía, sin duda, y más aún si Spielberg, padre de los dinosaurios modernos con Parque Jurásico, se encontraba en la producción. Sin embargo, las constantes situaciones y enredos de los Shannon (la familia protagonista) acabaron aburriendo tanto a un amplio sector de la audiencia como a los críticos (y eso que el final de la temporada mostraba una interesante continuidad con el enigma que planteaba...).
No obstante, en Falling Skies la familia Mason sigue unida y con múltiples secretos que hace más interesante su historia. La resistencia humana sigue consolidándose con personajes conocidos como Johon Poppe (Collin Cunningham) o Margaret (Sarah Carter) y con la llegada de caras nuevas: la actriz Gloria Reuben (Urgencias) y Robert Sean Leonard (que pese a que nos cueste reconocerlo a primera vista con su nuevo aspecto, interpretaba al buenazo del doctor Wilson en House). Él, que no llegará a colgar la bata en su participación en esta serie, interpretará a un científico obsesivo que vive en los sótanos de Charleston rodeado de ratones.
La estrategia parece estar lista y el plan detallado, aunque las sombras siguen acechando entre conspiradores y la oscura mirada del enemigo de otro mundo. Tom Mason, que se irá asemejenado a un Abraham Lincoln moderno, estará al cargo de que la raza humana pueda sobrevivir. La batalla por la Tierra continúa...
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