TVE apuesta por lo hecho en casa
La cadena pública diseña un plan para fomentar la producción propia. La ley exigía haber puesto en marcha hace seis años un contrato-programa
Preservar la producción propia es una de las obligaciones de TVE. La ley de 2006 requería la elaboración de planes trienales en los que se diseñaran las líneas maestras de producción y programación de la cadena pública. Pero este compromiso (lo que técnicamente se llama contrato-programa) nunca se llegó a poner en marcha. Este año debería estar listo ya el tercer acuerdo de la historia de TVE. Y puede que, con suerte, se llegue a sellar el primero. En el seno del consejo de administración —que se reunirá mañana— se espera que el equipo directivo presente en breve un plan de producción. Este proyecto estaría enmarcado en la negociación del convenio colectivo, que inicialmente tenía como fecha tope para su firma el 30 junio.
Desde que, a mediados de 2012, llegó a la presidencia de RTVE Leopoldo González-Echenique han pasado, solo en teoría, dos contratos-programa. “Ahora mismo estamos afrontando la situación y tratando de enmendarla”, asegura la corporación. Este documento debería delimitar, con una proyección de tres años, lo que quiere hacer la televisión pública en materia de creación y emisión de contenidos, su coste y su plantilla.
Televisión Española distingue varios tipos de producción: la interna (realizada íntegramente con sus medios, como son los telediarios) y la propia (en colaboración con alguna compañía privada, como la serie Isabel). La crisis ha provocado que en los dos últimos años (entre 2011 y 2012), el peso de las productoras haya disminuido, según RTVE, en un 55%, y que el número de proyectos arroje un retroceso del 62%. Quizá por eso, la corporación apuesta por una tercera tipología: las coproducciones, que permiten la participación del personal y el uso de las infraestructuras de la propia cadena.
Pero el hachazo al presupuesto y la severa política de ahorro no solo tiene efectos en la producción. RTVE quiere ahorrar de la partida de personal, que absorbe unos 380 millones de euros este año. El plan presentado por Echenique al Consejo partía de un recorte de 35 millones de euros. Además, planteaba la reforma de la clasificación profesional, la movilidad interna y la modificación de las jornadas y horarios laborales. Con una plantilla de 6.400 trabajadores, RTVE ofrecía una garantía en el empleo por un periodo de dos años. Algunos consejeros, como el propuesto por el PSOE, Miguel Ángel Sacaluga, planteó elevarlo a tres y, al mismo tiempo, elaborar un plan estratégico de producción que garantizase la ocupación de la plantilla más allá de esa fecha. Marisa Ciriza, designada por el PP, consideraba que el impacto en los salarios, en torno a un 8%, era asumible en tiempos de crisis. A la hora de la verdad, este porcentaje podría ser superior si se suman los recortes en las rutas o las ayudas al comedor. Sacaluga insistió en que estas medidas fuera reversibles una vez que se superase la actual convulsión económica.
Con esos 35 millones de euros de ahorro, TVE tendría un mayor margen para producir contenidos propios o para comprar derechos en el mercado audiovisual y hacer así más competitiva su parrilla. Y, de paso, poder salir del tercer puesto de audiencia al que ha sido relegada.
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