La ‘realeza’ de la televisión
Los programas para buscar parejas copan las audiencias y los comentarios en las redes sociales. 'Un príncipe para Corina' ha obtenido una gran acogida
Una chica rubia, joven y guapa quiere encontrar a su príncipe azul. Para ello diseña una estrategia en la que su hermana y su mejor amigo la ayudarán a elegir a su media naranja entre varios pretendientes. Una historia de amor como cualquiera... o quizá no. Para que una decisión tan importante sea menos compleja, los candidatos intentarán conquistarla y se agruparán en cuatro categorías: nerds, guapos, únicos y simpáticos. Pero no todo es tan sencillo y Corina tendrá que enfrentarse a situaciones un tanto peculiares.
Todo esto forma parte de Un príncipe para Corina, la nueva apuesta de Cuatro, cadena del grupo Mediaset. El programa, presentado por Luján Argüelles y producido por Eyeworks y Cuatro Cabezas, se estrenó el pasado 12 de mayo. En un principio se emitía los domingos, pero los buenos datos de audiencia cosechados han motivado el cambio del programa a los lunes en horario de prime time.
Desde sus inicios, Corina se ha posicionado en un buen lugar entre los espectadores. En sus tres primeras emisiones ha obtenido cuotas del 7% y 8%, con alrededor de un millón y medio de seguidores. Estos datos son buenos, pero no resultan devastadores. Donde sí arrasaron Corina y su elenco de pretendientes es en las redes sociales.
“En su primera emisión generó 114.000 comentarios y en la segunda, 154.000”, explica orgulloso Mariano Blanco, director del área de producción de entretenimiento de Cuatro. Pero, de momento, Twitter y el audímetro son muy diferentes. Y el hecho de crear ruido en el mundo cibernético no refleja de manera fehaciente el calado entre los televidentes.
Muchos de los personajes del programa parecen salidos de alguna película surrealista: un hombre que había probado la sangre de su anterior pareja, un chino vasco, un evangelista que practica el culturismo... Blanco explica que el casting se hizo de acuerdo con los parámetros de la realidad. “Esto es televisión y, aunque podamos jugar con los efectos técnicos, no nos alejamos del mundo real. Se trata de que la gente vea reflejada sus aspiraciones y deseos”, comenta.
La protagonista, Corina, fue descubierta en una discoteca de Málaga. Enseguida comprobaron que cumplía con el perfil que buscaban para el espacio. Con respecto a sus pretendientes, los productores aseguran que pretendían huir de los estereotipos de otros programas de citas en los que solo aparecen “chicos guapos”.
Blanco considera que cualquiera podría ser la princesa o sus singulares pretendientes. Y la fórmula del éxito de Corina es sencilla. “Yo creo que la gente encontró un refugio de entretenimiento y de desahogo para cerrar el domingo con una sonrisa. Te puedes reír sanamente”, dice el director.
Los expertos no lo tienen tan claro. “Este tipo de televisión apela a lo morboso y a lo reprimido de la audiencia”, explica Blanca Muñoz López, catedrática de Sociología de la Universidad Carlos III de Madrid. Para Muñoz, la telerrealidad es tan atractiva porque muestra como “reales” situaciones que de hecho son creadas para tener un público de bajo o nulo nivel cultural. Además, destaca que su finalidad es que las audiencias jóvenes adopten unas actitudes extravagantes y poco sociales.
Los datos aportados por la cadena reflejan que los seguidores de este programa son en su mayoría jóvenes (de 13 a 34 años), mujeres y de una clase social media (alrededor del 8.6%).
“Habría que hablar de un tipo de audiencia de nivel cultural y educativo medio-bajo. También suele haber una audiencia juvenil perteneciente al grupo de los ninis sin estudios ni trabajo”. Y añade algo más: “Hay una propensión a jugar con lo inconsciente silenciado y con los deseos ocultos de morbosidad”, asegura la catedrática.
Pero Corina no es el primer programa con este formato. Durante el año pasado, Cuatro emitió ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, un magacín en el que cinco chicos, acompañados de sus madres buscaban el amor y que también conducía Luján Argüelles. Sus dos temporadas fueron un éxito. De hecho, cerró la última de ellas con un 11,7% y más de 2,1 millones de espectadores.
Al igual que Corina, no se entiende el éxito del programa sin el efecto de un espectador que comenta y se burla en las redes sociales al tiempo que observa la pantalla. A Muñoz no le sorprende este tipo de comportamiento. “Es un público poco maduro y que copia unas conductas en gran medida anómicas y asociales”, dice.
Lo mismo ha ocurrido con Granjero busca esposa que se emitió por Cuatro en 2008. En este formato, un grupo de granjeros buscaban entre varias mujeres a la esposa perfecta. Durante cuatro temporadas y 36 episodios este reality también reportó buenos datos con los televidentes. En su última entrega, el programa terminó con 1.386.000 espectadores, el 7,4% de la audiencia, siendo una de las mejores ediciones del espacio, en el que Luján Argüelles cogió fondo en este tipo de espacios.
Muñoz defiende el espíritu crítico frente a este tipo de programas. “No nos podemos engañar, porque es lo contrario de la realidad objetiva. Es una telebasura con una finalidad malvada que consiste en engañar a jóvenes y a una audiencia de nivel social y cultural bajo”, concluye.
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