Incluso el genio fue joven (y alocado)
'Da Vinci's demons', la nueva serie de Fox presenta a un pintor que tenía tiempo de fumar opio
Leonardo da Vinci fue un genio. Pintor, dibujante, ingeniero, anatomista, arquitecto, escritor, inventor, poeta, urbanista, científico… Poca materia quedó fuera del alcance del artista total del Renacimiento. Aunque con tal cantidad de quehaceres uno podría imaginar su agenda más bien apretada, para los responsables de Da Vinci's demons —la nueva serie que Fox estrena el próximo jueves a las 22.20—, entre apunte, boceto y reflexión —y eso sí, siempre en su época de juventud, exiguamente documentada— aún le sobraba tiempo para fumar opio, tener sus escarceos amorosos y participar en intrigas cortesanas. Todas estas, claro, son licencias que los creadores se han tomado para construir una historia de fantasía y aventuras muy lejanamente inspirada en hechos reales.
En una fastuosa presentación ante decenas de medios internacionales en Florencia, cuna del autor de La Gioconda, comparecieron tanto el joven reparto —encabezado por Tom Riley, Laura Haddock, Blake Ritson, Elliot Cowan y Lara Pulver—, como el director, David S. Goyer, más conocido por sus trabajos como escritor de la más reciente trilogía de Batman o la de Blade. “Da Vinci es uno de los personajes más celebrados de la historia, es una figura mítica, y a mí me gusta hacer que las figuras míticas parezcan cercanas y reales”, explicó Goyer, más ducho en las historias de superhéroes que en las de superdotados, sobre su participación en la producción.
El también creador de videojuegos, productor y guionista (pareciera que nos encontramos ante otro hombre del Renacimiento) quiso aclarar que cuando, hará dos años y medio, recibió la llamada de la cadena estadounidense Starz (que ha producido la ficción) para desarrollar una serie histórica, enseguida declinó la oferta. “No creía que fuera el tipo adecuado, pero luego me dijeron que lo que querían era una revisión de la historia”. Y ahí sí entró, aunque después de considerar la figura de Cleopatra. “Me sentí muy atraído por Leonardo porque inventó el tanque, la ametralladora… y porque además odiaba a su padre, algo con lo que me sentía identificado”.
Enmarcada en la capital de la Toscana, los ocho capítulos de la primera temporada —que prometen un serio alarde de moderna visualidad— se grabaron en realidad en Gales. Como anécdota sobre la localización, Riley, el álter ego de Da Vinci, contó que con la cantidad de lluvia que suele caer por aquellos lares, tuvieron que inventarse frases justificativas del tipo “qué tiempo tan raro para esta época en Florencia”. Para recrear la señorial ciudad, a base tanto de decorados (se han usado más de cien) como de gráficos por ordenador, el equipo pasó meses en Italia recopilando hasta 20.000 imágenes, que han usado como referencia.
En torno a Leonardo, la trama involucra a toda una retahíla de nombres de las altas esferas florentinas del siglo XV, desde el de Lucrezia Donati y su amante Lorenzo de Medici, a los de Girolamo Riario, Clarice Orsini, madre del Papa León X, el artista Verrocchio... Y si los personajes son italianos, la producción y dirección estadounidenses y el set galés, el elenco pone otro toque de variedad al provenir, casi en su totalidad, de Inglaterra. “Se está dando un renacimiento de la televisión británica en EE UU”, apuntó Goyer, “pero además existe la convención de que si algo es histórico, tiene que tener acento de allí”.
Prácticamente desconocidos fuera de su país, los jóvenes intérpretes se mostraron tan entusiasmados como intimidados ante el estreno de la ficción, que se emitirá en 220 países. “Pero probablemente no voy a visitar todos esos sitios, así que con que sepan quién soy en Inglaterra, me conformo”, dijo Riley, muy diferente de esa visión del Leonardo barbado y maduro con la que se conoce al artista. “Pero como no hay imágenes de él cuando era joven, nunca se sabe”, dijo entre risas, para acto seguido desentenderse de confirmar (aunque pareció claro que la respuesta era sí) si se le verá protagonizando escenas homosexuales, una muy especulada circunstancia sobre el artista.
Su compañera a la cabeza del elenco, Laura Haddock, que en principio carga con la cruz de ser la pérfida, quiso subrayar la ambigüedad del tono de la narración, en la que ni los malos son necesariamente malísimos, ni los buenos, excelentes. “Mi personaje (Lucrezia Donati) utiliza su sexualidad como arma”, adelantó sobre la inclusión de numerosas escenas de tono erótico en la producción, “y en ese sentido es muy distinta a mí”.
Concebida con ínfulas de superproducción, Julie Gardner, la productora, solo quiso revelar que el presupuesto con el que han contado para la serie, de la que ya hay confirmada una segunda temporada, es “saludable” para una cadena por cable. “Hay muchas escenas de acción, un reparto enorme, un montón de localizaciones…”, señaló. “No es un presupuesto como los de HBO, pero aun así no nos podemos quejar”.
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