Helloween, contra las profecías
La banda de power metal de Hamburgo presenta en Madrid su nuevo disco 'Straight out of hell'
Las calabazas han vuelto y están que muerden. Helloween, banda de power metal de Hamburgo, está de gira por España presentando su nuevo album, Straight out of hell (2013), su 15º disco de estudio compuesto por 16 temas. Junto a Gamma Ray, los alemanes visitarán varios países de Europa, Japón y Corea del Sur en la gira que les mantendrá ocupados hasta agosto.
En la oscuridad del autobús de la gira detenido frente a la sala Riviera de Madrid que les verá actuar hoy, Michael Weikath -guitarra y miembro fundador del grupo-, espera fumando. "¡Hola! La entrevista, ¿la prefieres en inglés o alemán?", comenta en un buen castellano. Con calma, entre calada y calada, arranca. "El título viene de una canción de una demo de Markus [Grosskopf, el bajista]. Pensábamos que no iba a pasar nada con la profecía maya del fin del mundo. Así que si no se acaba es que hemos escapado del infierno, venimos directamente del infierno [un juego de palabras con el título del disco]", explica Weikath (Hamburgo, 1962).
Las melodías rápidas del disco encierran unas letras lejos de los inicios cómicos del grupo. Así, canciones como Nabatea, World of war, Far from the stars e, incluso, Chruch brakes down contienen duras críticas hacia sociedades que no parecen más que encaminarse a la obsesión por el control, los problemas sociales y la guerra. "A mí me gusta la democracia alemana de los sesenta y setenta. Ya no tenemos eso, tenemos capitalismo. Pero se puede ser crítico", argumenta Weikath, ahora vecino de Tenerife como Andi Deris -el cantante del grupo-. La crítica, que es constructiva según el guitarrista, va acompañada de otros temas más en la línea del humor que siempre ha caracterizado al grupo: "Asshole es un ejemplo pero es en combinación con el coro y la música que le acompaña. Hay canciones irónicas pero tal vez no lo parezcan y están escondidas".
Directo al presente
En la oscuridad de la Riviera suenan tambores. Las luces blancas intermitentes permiten ver a un percusionista que aparece detrás de una batería blanca. "He's a man looking down on the people. He's a prick you got to really call evil". Andi Deris -cantante de Helloween- lo confirma, el concierto empieza y Wanna be God es la elegida para arrancar en Madrid.
Con puntualidad, la banda de Hamburgo comenzó su espectáculo a las 21.15. Frente a unos 1.500 espectadores, el grupo de power metal repasó 17 canciones, la mayoría de su nuevo disco Straight out hell y otros recientes. Entre los temas más aclamados estuvieron Nabatea, la balada Hold me in your arms y el numerito que Deris montó con Live now!. El cantante dividió al público en dos mitades pidiendo colaboración para cantar "Live now! a un lado y hacer una melodía del otro.
Junto a las nuevas canciones, Helloween recuperó algunos clásicos, Eagle fly free y Dr. Stein fueron jaleadas con entusiasmo, igual que las también conocidas de discos anteriores como Power del álbum con mismo título, Falling higher de Better than raw o Where do sinner go de 7 sinners.
De cara al final del concierto, todos los miembros de Gamma Ray -a excepción del batería- subieron al escenario, instrumento en mano, para colaborar en las últimas canciones como Halloween o I want out. Con ocho músicos sobre el escenario, saltaron seis globos con forma de calabaza sobre el público.
Ya en la despedida, Deris bajo al foso de fotógrafos y saludó a toda la primera fila, mientras que desde arriba el resto del grupo lanzaba púas, baquetas.
Straight out of hell ha sido grabado en el estudio que Deris tiene en Tenerife -en el que también nació The dark ride- con el consiguiente ahorro y recuerda a discos anteriores del grupo, con más garra. "Eso nos dicen. Charlie Bauerfeind no quería otro disco oscuro. Es difícil, pero yo lo situaría entre Better than raw (1998) y Gambling with the devil (2007)". Eso sí, el album mantiene una de las grandes constantes del grupo: la simbología de la calabaza. "En esta ocasión en la portada hay militares, porque de ser cierta la profecía de los maya, lo primero que hubiésemos visto hubiera sido el ejército, como cuando hay una catástrofe".
Pero como no solo de caña vive el hombre, Helloween se saca de la manga una balada más: Hold me in your arms. A pesar de que un músico no siempre puede crear la canción perfecta, Weikath apunta a que todo grupo que se precie debe contar con una en cada disco: "Es una balada típica de Sascha, no de Deris, y es perfecta para la radio en EE UU y para los directos. Un grupo de rock o heavy debería lograr traer una en cada disco si quiere considerarse alguien".
Junto a este título, destaca también una canción tributo. Se trata de Burning Sun (versión Hammond), que rinde homenaje a Jon Lord, fallecido teclista de Deep Purple. En esta canción Weikath trabajó muy duro, aunque ahora es motivo de una gran alegría y satisfacción. "Tenía siete ideas grabadas en distintos soportes y tuve que encontrar una manera de que encajasen todas melódicamente, armonizarlas. El tema parece que no quería que la acabase, me atormentaba".
Con la vista puesta en el futuro, Weikath se teme un panorama musical, cuando menos, desolador. "El gusto de la gente define cuáles son los grupos más grandes de este planeta y eso no quiere decir necesariamente que sean los mejores. Es más muchas veces no se conocen las mejores bandas", se lamenta. Desencantado y escéptico, el alemán confiesa su rechazo a la mezcla entre la electrónica y el metal. "A mí no me gusta el Nu metal, mucha gente me crucificará por eso pero... En general creo que el mal gusto manda y creó que habrá más mala música en el futuro".
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