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OBITUARIO

Hebe Camargo, la magia de la televisión brasileña

La presentadora contagió su alegría durante 60 años en diferentes emisoras

Juan Arias
Hebe Camargo, en un programa de televisión en 2010.
Hebe Camargo, en un programa de televisión en 2010.PAUL BUCK (EFE)

Hebe Camargo, que falleció a los 83 años el pasado 29 de septiembre, divirtió a los brasileños desde su programa de televisión durante 60 años. Por ello fue llamada La Reina de la Televisión. Camargo (São Paulo, 1929), que antes de llegar a la fama trabajó como empleada de hogar y solo pudo cursar la educación elemental, confesó que no hay nada más triste “que negarle a alguien el derecho a estudiar”. Y ella, sin estudios, se convirtió en la maga de la televisión. Realizó más de 6.000 entrevistas como presentadora de programas en todas las emisoras por las que pasó y conquistó el cariño de todos los hogares, que le perdonaban todos sus fallos en compensación por las horas de diversión que repartía.

Su éxito fue motivado, sobre todo, porque ella, antes que nadie, había inventado en la práctica lo que un día se denominaría “técnica de la comunicación de masas”. Para Camargo era natural comunicarse con el público. Hacía reír de cualquier manera. Era irrequieta y vanguardista, incluso cuando aún vivía en los pisos bajos del interés social. Católica, pero no escondió que había abortado tres veces, cuando aún era un crimen.

Tuvo frases célebres como: “Aquí la tristeza da saltos de alegría”. Y de la alegría había hecho el fulcro de su vida, incluso cuando en 2010 le fue diagnosticado un cáncer contra el que luchó sonriendo hasta el último día. Días atrás, cuando salió por última vez del hospital, aún sin voz, se fue derecha a su programa acompañada de otro locutor. Como si fuese un milagro, con la fuerza del amor por su público, recuperó la voz por unos momentos. Fueron su últimas palabras públicas.

Ninguna mujer ha conseguido nunca en Brasil envolver al público con esa simpatía arrolladora. Y a pesar de su escasísima formación, ningún famoso quiso quedarse sin sentarse en el banquillo de su programa para ser entrevistado. Sin conocer idiomas, se las arreglaba para conversar con jefes de Estado, médicos y actores. Nadie que quisiera un suplemento de fama dejaba de aparecer en su programa.

Tanto las celebridades como las personas anónimas de la calle han sido unánimes en poner de relieve la magia televisiva de Camargo. “Mi vida sin las carcajadas de Hebe no va a tener gracia”, apuntó la famosa actriz Rita Lee. Otra artista, Regina Duarte, afirmó: “Ella fue siempre una referencia de espontaneidad para mí. Hoy Brasil llora”.

Ese contraste de un Brasil que llora por la presentadora que hizo reír durante 60 años al país, ha sido subrayado ampliamente. “Hebe estaba por encima del bien y del mal”, comentó uno de los periodistas más famosos de la televisión, Jõ Soares.

Hasta la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha enviado un mensaje a la familia de Hebe en el que expresa su tristeza por la desaparición de su “querida amiga”. Hasta la exguerrillera se dejó seducir por la magia de Hebe Camargo cuando esta la entrevistó.

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