Serie busca comprador
'Las crónicas de Maia', una webserie coproducida hasta ahora por Antena 3, lanza una campaña de microfinanciación para pervivir independientemente
La accidentada carrera para hacerse con unos crípticos libros de tapas negras que tiene absorbida a la joven Maia ha alcanzado un callejón sin salida. La skater de apariencia gótica y maneras de heroína necesita ayuda para resolver el misterio que contienen los enigmáticos volúmenes. Y no solo le urge el apoyo de sus compañeros de reparto en la ficción online Las crónicas de Maia, protagonizada por Andrea Dueso, Sergio Pazos y el premio Goya Carlos Álvarez-Novoa. Le hace falta dinero, el de sus seguidores, para poder sacar adelante su investigación.
Los productores de la serie -la primera española en emitir un episodio en streaming, el de presentación-, le hacen de portavoces pidiendo un adelanto para poder desarrollar la segunda temporada: 30.000 euros, que quieren conseguir a través de una campaña de microfinanciación que finaliza en poco más de un mes: #SalvaMaia. Como en la primera temporada, la intención es elaborar un completo proyecto transmedia con materiales audiovisuales, vídeos interactivos, aplicaciones, plataformas de participación en las redes sociales, un libro, un cómic y una banda sonora, que complementan y completan la historia de la serie, realizada con imágenes reales y animación.
En la primera etapa, compuesta de ocho capítulos de alrededor de 15 minutos cada uno, Maia recibió el apoyo económico de Antena 3. “Lanzamos el primer capítulo en Youtube en febrero de 2011”, explica Bárbara López, guionista, productora y directora de la serie junto a Juan Francisco Calero, “y a las dos semanas se pusieron en contacto con nosotros varios canales”. Finalmente fue la cadena privada la que se encargó de cofinanciar los episodios, que se podían -y pueden- visualizar en su plataforma de Internet El Sótano, donde han acumulado 1,7 millones de visualizaciones.
Con el presupuesto previsto para la potencial continuación del proyecto, además de cubrir los gastos de producción, el equipo humano aspira a poder percibir un sueldo “mínimo”, cosa que no ha ocurrido hasta ahora. “En la primera temporada no cobramos nadie”, asegura López. Y eso a pesar de que los actores son nombres conocidos. “Hemos tenido mucha suerte, porque se han volcado mucho”. De cara a la nueva temporada, el modelo de financiación pasaría de la coproducción privada a la independencia que proporciona el crowdfunding. “Vamos a intentar dos vías”, matiza López. “Por un lado, vamos a contactar a marcas para ver si nos quieren patrocinar con cualquier modelo, y por el otro vamos a probar con la opción que creemos que es el futuro: el contacto directo entre creador y espectador”.
Para ajustar los gastos al máximo, ya han planificado la grabación de la segunda temporada completa, que cambia el escenario de Madrid por Cádiz, en solo dos semanas para ocho capítulos de diez minutos cada uno. Así, además, los episodios podrían retransmitirse con mayor regularidad, ya que hasta ahora se veían a intervalos de entre uno y dos meses, el tiempo que llevaba la posproducción. La emisión, en caso de conseguir los 30.000 euros, ya no sería exclusivamente en la plataforma de Antena 3. “A lo mejor probamos con un modelo mixto”. A Maia, además, la pantalla del ordenador se le queda pequeña. Tiene ganas de cine. “Estamos trabajando en el largo de la primera temporada”, confirma López. “Pensamos hacer un remontaje en el que añadiríamos cosas nuevas”. Y de ahí, a mover la cinta por festivales. “No nos limitamos solo a la trama, sino que tenemos esa intención transmedia”.
Aunque antes, el reto principal es hacerse con el presupuesto. En realidad, un desafío doble: “Por un lado, necesitamos llegar a nuestros fans, porque muchos no se han enterado de que buscamos financiación. Por el otro, quedan poco más de 30 días para que acabe la campaña”. Una carrera contrarreloj para, literalmente, salvar a Maia.
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