Viaje en vídeo por el legado de Gibb

Eran tres. Barry Gibb, el hermano mayor, Robin (Douglas, Isla de Man, 1949), y su gemelo, Maurice. Juntos eran los Bee Gees, es decir uno de los grupos con mayor éxito del pop mundial, desde que fundaron la banda en Australia en 1960. Estuvieron activos durante 43 años, hasta que en 2003 Maurice murió de un paro cardíaco mientras se encontraba en el quirófano por una operación del intestino.

Robin, el cantante de Bee Gees, falleció ayer con 62 años. Detrás de si el músico deja una larga y conocida herencia que llevó a él y a sus hermanos a ocupar un lugar destacable en la historia de la música.

 Era 1967 cuando los hermanos Gibb abandonaron Australia rumbo a Londres. En abril, sacaron su primer sencillo en Gran Bretaña, New York Mining Disaster 1941, que entró directamente en la lista de los 20 más vendidos.

Del mismo año es To love somebody, uno de los temas más famosos del grupo.

En 1969 Robin decide abandonar el grupo para intentar un camino en solitario. Tarda poco más de un año en volver a reunirse con sus hermanos. En 1971 los Bee Gees están otra vez juntos y sacan How can you mend a broken heart, con la que alcanzan la cima de la lista de los sencillos más vendidos de EE UU.

En Estados Unidos, y más concretamente en Miami, graban los Bee Gees su undécimo álbum, Main Course, en 1975. El disco contiene canciones tan conocidas como Nights on Broadway, donde empieza a aparecer el falsete que se convertiría en el sello inconfundible de la casa.

Al mismo álbum pertenece Jive Talkin', otro tema histórico de la banda. 

Pasa tan solo un año y los Bee Gees ya están listos para regresar al mercado con su álbum número 12, Children of the world. El disco vende más de dos millones de copias y su primera canción, You should be dancing, llega al número 1 de las listas de ventas de los sencillos.

En 1977 les piden temas para Fiebre del sábado noche. La película convierte a John Travolta en un mito y el doble elepé vende decenas de millones de copias. Así lo recordó Robin en EL PAÍS: “Nos pidieron urgentemente cuatro canciones, tras contarnos por encima el argumento. Aprovechamos cosas que teníamos grabadas y les mandamos cinco: Stayin’ alive, Night fever, How deep is your love, Jive talkin y You should be dancing. Lo curioso es que no les gustaron demasiado, pero ya no tenían otra opción. Pusieron pegas incluso al título de Stayin’ alive”.

Pasan dos años y los hermanos Gibb vuelven con su decimotercero álbum, Spirits Having Flown, y con otras 30 millones de copias vendidas. El sencillo Too much heaven llega, como no, al número 1.