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Las intimidades de los edificios La vida secreta de los edificios relata la historia oculta y pormenorizada de 13 grandes edificios repartidos por el mundo, desde el Partenón, la Alhambra de Granada o el Muro de las lamentaciones, hasta el muro de Berlín Según Edward Hollis, Venecia es una ciudad que al flotar en el agua no tenía arquitectura propia. Para lograrla, los venecianos robaron la arquitectura de otros, en concreto de Constantinopla. Por eso dice, que esta ciudad es una "Constantinopla transfigurada", como esta fue antaño una Roma transfigurada y Roma una Grecia transfigurada...y así un ciclo sucesivo. FABRIZIO BENSCH (CORDON PRESS) La Santa Sofía que hoy conocemos es al mismo tiempo iglesia (la gran iglesia del Imperio Romano y el lugar donde aquel imperio presentó su última batalla) y mezquita. Un edificio híbrido y ejemplo tardío de la apropiación de un edificio antiguo, que fue polémica entonces y ahora, según el autor, ya que "implicaba nada menos que trasladar en centro del mundo". MURAD SEZER (AP) "Una rareza exótica”, según el arquitecto Edward Hollis, cuya historia empieza con Boabdil, sigue con los Reyes Católicos y con Carlos V, de quien cuenta cómo pasó su luna de miel en este lugar que se convirtió para el emperador en un refugio exótico de infinitos secretos. PEPE MARÍN (REUTERS) Este lugar donde todo empezó. 'La vida secreta de los edificios' recorre las veces que fue destruido. Llega al presente y a las discusiones sobre qué hacer con él. Tras 11 años se resolvió destruirlo y levantar una réplica, que debía de haberse acabado en 2010. El autor nos cuenta que después de sacar sus piezas y las esculturas trasladadas a otro museo, la réplica, un gran atrio de cristal proyectado por el francés Bernard Tschumi, sigue vacío. Osea, un Partenón fantasma. OLI SCARFF (GETTY IMAGES) Donde la Historia llega a su fin. Según Edward Hollis, el muro, cuya espectacular destrucción marcó el "fin de la Historia" de Fukuyama, no fue borrado de la faz de la tierra y, a pesar de haber sido tan odiado, pronto alcanzó tanto valor con el mármol del Partenón. Extraña vida. LIONEL CIRONNEAU (AP)