Paul McCartney, 'Kisses on the Bottom'

Cole Porter escribió en Let’s do it, “los chimpancés en el zoo lo hacen, algunos canguros valientes lo hacen”. Lo que hacían estas y otras criaturas citadas por Porter en la canción era enamorarse; si hablamos de discos con versiones del gran cancionero previo al pop, podríamos decir que Rod Stewart lo hace, que Michael Bubblé lo hace, y ahora Paul McCartney también lo hace. Con el matiz de que, a diferencia de Stewart, Bubblé o cualquier otro artista con la mirada puesta en el mercado, McCartney ha evitado canciones estándar, tanto que incluso ha evitado los del gran Porter.

De este modo, el hombre que abrió una nueva era para la música popular con los Beatles, reivindica a los autores previos a su reinado, compositores que formaron parte de su educación sentimental y que, en algún caso, incluso McCartney y Lennon intentaron usar como modelos. Kisses on the bottom es, más que un recurso comercial, un sentido homenaje y como tal suena. Las canciones, originales de compositores como Irving Berlin, Harold Arlen, Frank Loesser, son tratadas con exquisita reverencia, al igual que los tres temas del álbum firmados por McCartney. La idea es rescatar unas canciones y hacerlas a la manera clásica, con músicos curtidos en el jazz, con el piano de Diana Krall como acompañamiento estelar, y colaboraciones de Eric Clapton y Stevie Wonder. El ex Beatle, que es muy versátil cuando quiere, bien podría haber buscado una producción menos lujosa, menos adulta, pero es obvio que la intención del disco no era andarse con experimentos y ejecutar este rescate emocional al viejo estilo que, por otra parte, le sienta muy bien al estilo vocal de McCartney.

Valoración: 0 ABERRANTE, el mundo sería mejor sin él; 1 PRESCINDIBLE, nadie se acordará de él; 2 PASABLE, para incondicionales; 3 ACONSEJABLE, en su estilo merece la pena; 4 INDISPENSABLE, un éxito asegurado; 5 OBRA MAESTRA, uno entre un millón.