Con primavera, pero sin jazz

Uno más. El invierno cultural al que nos vemos abocados por mor de la “crisis-que-todo-lo-puede” se ha cobrado otra víctima. El ciclo “Jazz es Primavera” del colegio mayor San Juan Evangelista que desde hace 19 años venía aligerándonos los rigores jazzísticos en “temporada baja”, como es la primavera en Madrid, se cancela “sine die” ante la retirada de la marca de grandes almacenes que lo hacía posible; la misma que posibilitaba la celebración del festival “Flamenco por Tarantos” que, por tanto, también deja de celebrarse después de 21 años. Ante la disyuntiva de continuar con la programación a taquilla, siguiendo el controvertido ejemplo del Festival de Jazz de Madrid, o ser consecuente con los principios fundacionales de una institución modélica en todos los sentidos, como es el San Juan Evangelista, los colegiales han optado por lo segundo, por más que el futuro se presente “muy negro, y ya no sólo el inmediato”: “hemos aguantado 41 años”, proclama con legítimo orgullo el director de su Club de Música, Alejandro Reyes, “pero ¿nos vamos a dar por vencidos?.

"El futuro se presenta muy negro. Y no solo el inmediato. Hemos aguantado 41 años ¿Nos vamos a dar por vencidos?", dice Alejandro Reyes, director del Club de Música del Johnny.

A lo largo de su historia, el ciclo “jazz es primavera” se ha especializado en el tipo de propuestas novedosas/alternativas que difícilmente tienen cabida en las programaciones “oficiales”: dese Roscoe Mitchell & The Note Factory a Billy Branch, Yosuke yamashita, Martial Solal o, más recientemente, el pianista Vijay Iyer.