‘El cubo’: concursantes encerrados en un poliedro de 4x4 metros

Un cubo transparente de 4x4 metros, omnipresente en el centro del plató. Esa es la impactante máquina que pondrá a prueba los recursos técnicos e intelectuales de los participantes en el nuevo concurso que esta noche presenta Cuatro en horario de máxima audiencia (21.30), producido por la cadena en colaboración con Europroducciones TV.

El cubo es la adaptación española de un formato éxito internacional, que acumula cuatro temporadas en antena en la cadena ITV del Reino Unido, y que se ha emitido también en países como Alemania y Portugal. Su dinámica compromete a los concursantes a encerrarse dentro del mencionado cubo, con el fin de poner a prueba distintas habilidades como la destreza, la memoria, la puntería o el equilibrio, para superar siete desafíos estructurados de menor a mayor dificultad; su resolución conlleva un premio en metálico que oscila entre los 1.000 y los 150.000 euros del último reto.

Mario Briongos, director de Entretenimiento de Europroducciones TV define al inquietante cubo como “El malo a batir, el enemigo contra el que deberá luchar el concursante”. El concurso, afirma Briones, “pretende llegar a todos los públicos; en sus entregas en el extranjero los targets aseguraban la presencia como espectadores de jóvenes y niños, quizá porque lo han visto como un formato cercano al videojuego”. Y es que la mayor apuesta de El cubo llega de la mano de su faceta técnica, que se promete espectacular: “La imágenes del concurso están puestas al servicio de la emoción, de la tensión que crea la puesta en escena”, afirma Briongos. El cubo cuenta con sistemas de realización inéditos en programas de entretenimiento, como es el caso del game freeze, técnica utilizada en el cine y los videojuegos y conocida popularmente como “efecto Matrix”; el game freeze permite congelar la imagen y hacerla rotar más de 180º, todo ello por medio de 90 cámaras de fotos que rodean el poliedro central y recogen fotograma a fotograma cada movimiento de su interior; por otra parte, el concurso utilizará por primera vez un programa televisivo en España la técnica slow motion, con la que puede ralentizarse artificialmente una acción, al grabar las imágenes de los concursantes desde distintos ángulos, y mezclarlas posteriormente combinando diferentes velocidades de imágenes por segundo.

Un alarde tecnológico que, a juicio de la presentadora del programa, Raquel Sánchez Silva “supone un salto cualitativo, un antes y un después en los concursos de pruebas. Las innovaciones técnicas consiguen que la tensión en la resolución de la acción se multiplique, como si fuera una secuencia de una película; El cubo es un paso adelante sí o sí, nunca se ha visto nada realizado de esta manera”. Sánchez Silva asume el absoluto protagonismo del turbador poliedro, “una máquina que tiene personalidad propia y que quiere devorar al concursante, quien tendrá que sobreponerse a su poder; mi papel es el más humano, consiste en apoyar al participante, en ser su vínculo”.

De esta manera, El cubo se suma al momento dulce que viven los concursos televisivos, y llena en Cuatro la franja que ocupaba Jesús Vázquez con Uno para ganar.