'Outnumbered': sálvese quien pueda... de los niños
Si Love Actually se hubiera estrenado más tarde, Hugh Grant tendría que haber nombrado Outnumbered en su famoso discurso patriótico aparte de Shakespeare o David Beckham. Dicen que los niños gastan a los padres antes que los zapatos, y esta adictiva serie británica, todo un descubrimiento para quien no la conozca, demuestra con cariño y surrealismo lo difícil que es criar a una panda de enanos. Ya hablamos en su momento del drama State of Play, de la comedia Spaced y de la ficción de culto Misfits, pero ahora toca pecar de ordinario -que también puede ser soberbio- y analizar la vida de Pete (Hugh Dennis, profesor de Historia) y Sue (Claire Skinner, ayudante personal)Brockman. Por si aún tienes dudas, lleva la marca BBC. Esa cadena que nadie conoce, esa.
Los Brockman son un matrimonio de clase media que reside al sur de Londres y que, de existir y no ser protagonistas de una sitcom que ya va por cuatro temporadas, recibiría todos los años una felicitación papal por su infinita paciencia. No pecan ni de soberbia ni de avaricia. Sus pecados -o castigos, según se mire- son de carne y hueso y tienen 15, 11 y nueve años. ¡Aviso! Es de esos títulos que perdería muchísimo si se doblara. La peque tiene padre español, pero se le da mejor hacer reír en inglés.
Outnumbered podría traducirse como Desbordados, un adjetivo que acompaña diariamente a estos cuarentones típicamente británicos por culpa de sus hijos Jake (Tyger Drew-Honey), Ben (Daniel Roche) y Karen (Ramona Marquez). Los tres -sobre todo los dos pequeños- pondrían en vereda a la mismísima condesa viuda de Grantham de Downton Abbey y darían lecciones de oro en un curso para dictadores. El mediano tiene más peligro que cuando Tony Soprano está furioso-además, le encanta la serie de HBO, Little Britain y Prison Break, aunque sus padres no le dejan ver ninguna- y, aunque se da un aire con Teo, comparte personalidad conChucky y elDamien de La profecía.
La benjamina, por su parte, iguala en mala leche a la enfermera Ratched de Alguien voló sobre el nido del cuco. Normal que sus padres sueñen con "acostarse y colapsarse en la cama" cuando llega la hora de dormir, o que incluso se planteen vendérselos a Angelina Jolie de vez en cuando. Esa dosis de realismo es la que muchas veces echamos de menos en las series americanas... Los yanquis televisivos, y también sus hijos, son demasiado perfectos; demasiado sofisticados. Los ingleses, al contrario, desdeñan el Olimpo del cliché y se nos vuelven cercanos, cotidianos y, en definitiva, humanos.
Teléfonos que suenan sin parar, una casa-campo de minas por tanto juguete, problemas con el consumo de horas televisivas... Hasta ahí normal pero, ¿cómo reacciona un padre cuando su hija le dice que lo quiere "como a los gatos"? ¿Y cuando exige una liendre y un león como mascotas? ¿Qué pasa si uno le jura al otro que las hadas se meten por la boca y pueden hacer que te explote el corazón? ¿Acaso existe un libro de paternidad que responda a quién ganaría en una batalla entre mil conejos y un oso hormiguero aliado con unbraquiosaurio? Al lado de los mini-Brokmans, Manny (Rico Rodriguez) de Modern Family yBrick (Atticus Shaffer) de The Middle parecen personajes ordinarios. Menos mal que Pete y Sue de estoicismo saben un rato. Aunque también cometen errores...
Como buenos británicos, los padres de Outnumbered siempre intentan entender a su prole. ¡¡Pero a veces es imposible!! "¿Por qué si Batman miente yo no puedo mentir?". "¿No puedo pegarle a alguien que intente atizarme con una pala?". "¿Van los zorros al cielo?". A veces se libran y endosan los niños a otro... hasta que la lían. En The Wedding (2x01), de lo mejorcito de la serie, Ben y Karen fríen a preguntas sobre Jesucristo a un sacerdote que no sabe dónde meterse. Y aquí, como en casi toda serie inglesa, es tan importante lo que se dice como lo que no. "¿Por qué no eliminó Jesús a Herodes aplastándolo con un hipopótamo?". "¿Por qué no cambió de formacuando le perseguían los romanos y los acuchilló mientras dormían?". "¿Qué haría si le robaran el teléfono móvil?". Vamos, que ni los chicos de Community coquetean así con laTeología.
Los españoles, además, tenemos más razones para verla; quizá, hasta empatamos con los ingleses. Como hemos dicho, Ramona Marquez tiene padre español, y el parentesco se deja notar alguna que otra vez en las tramas. Hay un capítulo en el que se fuga de casa y elige una playa española como destino y otro para destacar, The Airport (2x04), en el que los Brockman sufren un retraso aéreo en el aeropuerto Reina Sofía de Tenerife. En este último, Peter llega a nombrar a Franco porque lo miran con aire sospechoso y Karen ve abusivo que uno de los guardias civiles se lleve a su perro al trabajo. Por otra parte, Ben es fan del Arsenal -cuyos hinchas provenían tradicionalmente de la clase obrera- y se le puede ver más de una vez con la elástica deCesc Fàbregas, ahora en elBarça.
Si le das una oportunidad, no te defraudará. Su humor exige atención en el diálogo y huye del efecto cómico accidental -como cuando Ben dice que las mujeres aman a los hombres ricos que consienten de todo y Karen responde que ellas adoran los conejitos rosas-, sus guiones premian la improvisación de los actores y sus secundarios -la hermana de Sue, el abuelo con Alzheimer o la vecina llorica y divorciada- propician situaciones irrisoriasy no rehuyen del drama cuando la situación lo requiere.
Mención aparte se merecen el "Piedra, papel, tijera, velociraptor, bomba nuclear" de Ben -¿Quién dijo que Sheldon Cooper era raro?-, los dibujos de Karen sobre Satán, las comparaciones entre Solo ante el peligro y Matrix olas críticas a Gordon Brown y los guiños a Pesadilla en la cocinay elBritain's Got Talent de Simon Cowell. Los británicos la adoran tanto que ya se trabaja en una quinta entrega -y quizá una sexta- a pesar de los rumores que hablaban del final de la serie porque los niños empiezan a estar creciditos. Incluso Fox pretende adaptarla en EE UU. ¿No quieres sentirte desbordado?
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