Los superhéroes más irreverentes

Una serie juvenil que nada tiene que ver con lo que habitualmente se engloba dentro de esa etiqueta. Unos superhéroes cuyo objetivo no es salvar el mundo ni nada por el estilo. Unos personajes que no se callan, dicen lo que quieren decir y sin filtro alguno. Así es Misfits, serie británica de la que la cadena E4 ya ha emitido sus dos primeras temporadas (en España se ha podido ver en MTV). En otoño está previsto su regreso con la tercera temporada.

Los trece episodios con que cuenta la ficción hasta ahora ya la han convertido en una serie de culto que se consume del tirón gracias a ese toque fresco y descarado tan característico. En Misfits todo es excesivo. No hay censura. Sexo, vocabulario, actitudes..., el desenfado en su máxima expresión. Medicina contra el aburrimiento suministrada en píldoras de 45 minutos que enganchan sobremanera gracias a las altas dosis de humor acompañadas de toques de drama, tensión, reflexión moral e incluso crítica social. Y aderezado todo ello con una banda sonora poderosa liderada por el tema de apertura Echoes, de The Rapture.

Pura dinamita que no trata a los superhéroes como seres superiores. Esos cinco chicos enfundados en sus monos naranjas no sabían conducir sus vidas antes de recibir su nuevo don y tampoco lo sabrán hacer después. Son unos personajes que enganchan porque cualquiera se puede ver reflejado en ellos, en sus dudas, en sus miedos.

La tercera temporada volverá sin uno de los pesos pesados de la serie, Robert Sheehan, Nathan en la ficción. El descaro es su seña de identidad. Combina los insultos, la escatología y palabras malsonantes como nadie. Sus ideas siempre son las más disparatadas del grupo, y el carisma rebosa por todos sus poros. La serie tendrá que aprender a sobrevivir sin él quizá dando mayor protagonismo a personajes que al comienzo se mantenían en un segundo plano y fueron ganando brillantez con el paso de los capítulos. Y con un nuevo personaje con el que, como han explicado, no pretenden sustituir a una pieza irremplazable.

El trabajo de postproducción y de montaje añade viveza al conjunto, demostrando que no es imprescindible tener unos guiones redondos para conseguir una serie de calidad si se sabe sacar partido al resto de elementos y se consigue tratar a su público de tú a tú.

Durante agosto recomedaremos otras series británicas para ver en verano.Misfits es la segunda, State of Playfue la primera