4 fotosLanvin: pecados y serpientesLanvin pecados y serpientes 30 sept 2011 - 19:39CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEn Lanvin las serpientes se estampan en vestidos y en conjuntos vagamente de pantalón vagamente deportivos. También se bordan con multitud de cristales y brillantes. En cualquier caso, recorren la silueta y se encuentran con grandes crucifijos. Es notable que Elbaz apuesta en esta ocasión mucho más por piezas independientes que por los vestidos que se han convertido en una seña de identidad de la firma.TEXTO: EUGENIA DE LA TORRIENTE / FOTO: JACQUES BRINON (AP)Las hombreras son un recurso constante. Aparecen en prendas sin mangas que se convierten en chalecos puntiagudos. También en forma de hombros ondulados y voluminosos en vestidos o en blusas. Hasta la serie de vestidos drapeados final, apenas hay color. El negro, el blanco y el crudo dominan la colección.TEXTO: EUGENIA DE LA TORRIENTE / FOTO: BENOIT TESSIER (REUTERS)El tono general de la temporada es mucho más agresivo de lo que es habitual en Lanvin. Los vestidos y las faldas lápiz conviven con pantalones y chaquetas de sastrería masculina. Muchas prendas se rasgan. A lo que sí es fiel Elbaz es a su gusto por la bisutería exuberante.TEXTO: EUGENIA DE LA TORRIENTE / FOTO: BENOIT TESSIER (REUTERS)La capacidad de reinvención de Alber Elbaz se demuestra al comparar los bordados de esta colección con los que poblaban sus primeras colecciones para Lanvin (llegó a la casa en 2002). Poco queda de aquellos coquetos lazos y de aquellas sedas en suaves tonos empolvados. Han sido reemplazados por una imagen de la mujer más aguerrida y poderosa que aquí encarna la modelo Saskia de Brawn.TEXTO: EUGENIA DE LA TORRIENTE / FOTO: BENOIT TESSIER (REUTERS)