Una de las imágenes de la serie realizada en el hospital psiquiátrico del Ministerio de Sanidad Pública, Mars and Kline, en el centro de Puerto Príncipe. En la instantánea, una de las internas permanece maniatada.CRISTÓBAL MANUELUna de las imágenes de la serie realizada en el hospital psiquiátrico del Ministerio de Sanidad Pública, Mars and Kline, en el centro de Puerto Príncipe.CRISTÓBAL MANUELUna de las imágenes de la serie realizada en el hospital psiquiátrico del Ministerio de Sanidad Pública, Mars and Kline, en el centro de Puerto Príncipe.CRISTÓBAL MANUELUna de las imágenes de la serie realizada en el hospital psiquiátrico del Ministerio de Sanidad Pública, Mars and Kline, en el centro de Puerto Príncipe.CRISTÓBAL MANUELEn plena calle del centro de Puerto Príncipe se prende fuego a los cadáveres.CRISTÓBAL MANUELUn hombre porta un saco con mercancías recuperadas entre los escombros.CRISTÓBAL MANUELEl cuerpo de una mujer yace en una calle del centro de Puerto Príncipe.CRISTÓBAL MANUELDistribución de ayuda humanitaria en una comisaría de Cité du Soleil.CRISTÓBAL MANUELUn haitiano ondea la bandera a su paso junto a las ruinas de la catedral, destruida durante el terremoto.GORKA LEJARCEGIUn policía empuña su arma mientras observa el saqueo de una tienda en la zona comercial de Puerto Príncipe.GORKA LEJARCEGIUn grupo de haitianos huye por los tejados de las tiendas con su botín.GORKA LEJARCEGICualquier objeto, por insignificante o inservible que fuera, provocaba peleas entre la gente.GORKA LEJARCEGILas carreras para escapar de la policía y los militares se suceden a cada instante. Cualquier botín, por pequeño que sea, es algo muy preciado.GORKA LEJARCEGILa destrucción no había finalizado con el terremoto; los saqueadores prendían fuego a las tiendas una vez se habían llevado todos los bienes.GORKA LEJARCEGILos hospitales de campaña no daban abasto para atender a las víctimas.GORKA LEJARCEGILa aglomeración de supervivientes en los campamentos provocó el miedo al contagio de enfermedades; quien tenía una mascarilla era un afortunado.GORKA LEJARCEGICientos y cientos de haitianos se hacinaron en los barcos atracados en el puerto en busca de cobijo.GORKA LEJARCEGI
