Colegiala alemana. 18 años. El libro de Peter Englund comienza con la historia de esta chica de la localidad germana de Schneidemühl, que es testigo de la partida del 149º Regimiento de Infantería hacia el frente occidental y trabaja ayudando en labores de intendencia.Enfermera del ejército ruso. Inglesa. 27 años. Se encontraba en Rusia desde 1908, donde trabajaba como institutriz para un famoso cardiólogo de Moscú. Se apunta como voluntaria para luchar contra los alemanes, el enemigo común de su patria y su lugar de residencia.Artillero alemán. 20 años. De familia burguesa y de origen judío, cumple con su sueño de ser soldado y se presenta voluntario para el 63º Regimiento. Hay 1500 solicitudes para servir en ese regimiento. Solo cogen a 200, siendo uno de ellos Sulzbach.Soldado del ejército alemán. Danés. 23 años. Uno de los soldados a los que la guerra ni le va ni le viene. Desde su trinchera será testigo de la caída del as Max Immelmann. (En la foto, a la izquierda).Conductora de ambulancias del ejército serbio. Australiana. 28 años. Hija de un próspero hombre de negocios y deseosa de aventuras, se apunta a la contienda en el único lugar donde admiten mujeres: la asistencia sanitaria.Oficial de caballería del ejército otomano. Venezolano. 35 años. Aventurero universal, es un veterano de la guerra de Cuba, la guerra civil venezolana y la guerra ruso-japonesa de 1904. Buscador de oro en California y cowboy en Arizona. Es testigo de una matanza de armenios con gas clorado.Enfermera del ejército ruso. 21 años. Al igual que Rafael de Nogales, es también testigo de la matanza de armenios con gas clorado. Ve cómo huyen hacia ella centenares de soldados totalmente ciegos y vomitando.