5 fotosLa trastienda más oscura del arte contemporáneoLa trastienda más oscura del arte contemporáneo 20 dic 2009 - 19:06CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEl coleccionista Aby Rosen, en el salón de su casa neoyorkina, con obras de Basquiat, Koons y Hirst. Para el economista Don Thompson, el coleccionista es un ser inseguro, inestable. "Desconfían de sus gustos en arte y no están dispuestos a perder el tiempo o hacer un esfuerzo para estudiar el tema".Damien Hirst, el 15 de septiembre de 2008, día en que subastó 233 lotes de obras de su colección en Londres por 140 millones de euros en la casa de subastas Sotheby's. Hirst se saltó de una tacada, con esta subasta, a galerías e intermediarios. Al igual que en el caso de Andy Warhol y Jeff Koons, tienen un taller de producción: son sus ayudantes quienes rematan sus obras.Takashi Murakami, en la imagen ante su obra Kirsten Dunst & McG & Me, en la Tate Modern de Londres en 2008, posee una corporación, la Kaikai Kiki, con oficinas en Tokio y Nueva York, que genera beneficios increíbles. Murakami lanzó la idea de lo superplano y la sumisión a la tradición japonesa del manga.Una de las sorprendentes esculturas de Jeff Koons, Dirty-Jeff on top. Detrás, un retrato de Ilona, la estrella porno con la que se casó. Koons tiene un gran instinto para la autopromoción. Es autor de frases antológicas, como "La corrupción es lo que da libertad a la burguesía" o "La abstracción y el lujo son los perros guardianes de la clase alta".The American Love, una escultura de Robert Indiana, expuesta en los jardines de Chatsworth (Inglaterra). Para Don Thompson, en lo más alto del arte contemporáneo, "el valor tiende a seguir el precio". Comprar una obra caras es decirle al mundo lo rico que se es.