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Fue con esta brevísima y perfecta novela que Elena Poniatowska se hizo conocer en el mundo literario. Angelina Beloff, rusa exiliada en el desolado París del fin de la Primera Guerra Mundial, agobiada por el recuerdo de un hijo muerto, escribe durante un año cartas a quien fuera su amante, el pintor Diego Rivera. Las cartas de Angelina (firmadas simplemente Quiela, el apodo que Rivera le dio durante su romance) quedarán sin respuesta, pero esa voz única, esperanzada, construirá, página tras página, el retrato de una mujer enamorada que no se resigna a la derrota. Todo en este libro es delicado, apenas dicho, apenas vislumbrado, discreto, como si lo que cuenta Quiela perteneciera ya al pasado. Las novelas de amor suelen pecar de trivialidad o sensiblería; 'Querido Diego' evita sabiamente ambas faltas y logra hacerse misteriosamente memorable
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Crónica del imaginario latinoamericano

Crónica del imaginario latinoamericano

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