9 fotosDiez iconos de la gran pantallaDiez iconos de la gran pantalla 12 dic 2005 - 00:00CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEl cine contemporáneo tiene una doble presencia en el top ten. En el noveno lugar figura Michelle Pfeiffer, mito sexual de los 80, cantando una sensual versión del cláscio Making Whoopee sobre un piano de cola. Los músicos eran Los fabulosos Baker Boys.El sueño erótico de Kevin Spacey con la amiga de su hija rebozada en pétalos de rosa (variedad American beauty, claro) figura en el octavo puesto de la lista.En la lista no podía faltar una de las piernas más famosas de la historia del cine en otra historia de erotismo intergeneracional. Es Anne Bancroft, Mrs. Robinson, tratando de seducir a Dustin Hoffman en El graduado.Su título no es muy conocido, pero su media hora final es inborrable: tres números musicales consecutivos a cada cual más descomunal y extravagante. Es la creación máxima del coreógrafo Busby Berkely para la película de 1933 Desfile de candilejas.El cine europeo también tiene su hueco en la lista. La turbadora imagen de Anita Ekberg bañándose en la Fontana di Trevi tentó no sólo a Marcello Mastroianni sino también a todos los que vieron la gran obra de Federico Fellini La dolce vita.Es el turno de las grandes historias de amor. Primero, la de Deborah Kerr y Burt Lancaster que dan rienda suela a su pasión en la orilla del mar en la escena más inolvidable de De aquí a la eternidad.El tercer lugar corresponde a una despedida inolvidable. Ilsa, a punto de subir al avión que la sacará de Casablanca y la arrancará de Rick para siempre. La niebla. El ruido del bimotor. La policía acecha. "Siempre nos quedará París".Otra despedida inborrable ocupa el segundo puesto. Rhett decide al fin dejar Escarlta. Ella, tras itentar retenerle en vano ("Francamente querida, eso no me importa"), decide volver a casa donde urdirá un plan para hacerle volver. La tierra roja de Tara, el viejo árbol, la gran música y el travelling más famoso de la historia. Fin.No es la mejor película de la lista ni tampoco la más popular. Pero es cierto que una de sus escenas permanece en la retina de los espectadores del mundo entero. Es Marilyn Monroe disfrutando del aire que expiran las rejillas del metro. Definitivamente, La tentación vive arriba, en la gran pantalla.