Volver a mirar una foto

El fotoperiodista Santi Palacios ganó el premio Ortega y Gasset de Fotografía en 2023. Casi un año después, Palacios saca hueco entre reuniones para contestar al teléfono desde Barcelona. Raramente el fotoperiodista está en España, es más probable encontrarlo sobre el terreno, en algún lugar en conflicto. Hace casi dos años, al estallar la guerra en Ucrania, no dudó en agarrar su cámara y viajar hasta el país para dar testimonio del horror de la invasión. Una imagen de la masacre en la ciudad de Bucha le valió el galardón.

“Fue una gran sorpresa”, expresa el periodista. Más allá de que se reconociese su trabajo, vio el premio como “una oportunidad para volver a mirar una foto y reflexionar sobre ella”. En tiempos en los que las imágenes caducan pasada la medianoche, el periodista agradece que los premios Ortega y Gasset recuperasen esa fotografía tomada unos meses antes, “pero que no por ello debía ser olvidada, ni muchísimo menos”.

Tras su vuelta de Ucrania se embarcó en un nuevo proyecto de la mano de Sonda Internacional, un medio sin ánimo de lucro especializado en periodismo visual sobre la crisis climática. Si todavía alguien niega la existencia del cambio climático, las imágenes de Palacios puede que le hagan cambiar de opinión. Palacios cuenta que reunió a un equipo de periodistas con los que se está “dejando la piel para hacer periodismo visual en profundidad sobre ecología humana y problemáticas vinculadas a la crisis climática”. Confiesa que el dinero del premio –dotado con 15.000 euros- “fue una ayuda muy importante” para darle rostro y significado a lo que tanto se alerta en los informes científicos.

La imagen que preside este artículo nace de ese trabajo. En ella varios niños buscan metal en el vertedero de Bhalswa, en el norte de Delhi, entre columnas de humo tóxico generadas por un incendio. Esta fotografía forma parte de una serie que el fotoperiodista ha publicado en su página oficial, donde se puede percibir la terrible situación medioambiental y humana de esta ciudad de la India. La Organización Mundial de la Salud considera que es una de las capitales más contaminadas del planeta donde la calidad del aire empeora día a día.

Palacios es un profesional de la imagen que captura el instante más poderoso para concienciar y poner cara a aquello que muchas veces no se presta demasiada atención. Su trabajo va más allá de las fotografías. Son historias que reflejan los dramas humanos. Desde las crisis migratorias, el atentado de las Ramblas, la soledad de los ancianos en las residencias durante la COVID-19, o las catástrofes naturales vinculadas con al agua.

Hoy en día consumimos más imágenes que nunca, pero Palacios admite que esto no hace peligrar su trabajo. Precisamente el bombardeo constante hace imprescindible, cada vez más, “el sello de garantía que ofrecen los profesionales”. El gran reto al que se enfrenta su profesión, y el periodismo en general, es la lucha contra la desinformación. El periodista es consciente de que la sobrecarga de imágenes implica que haya “cada vez más riesgo de desinformación y mucho más consumo de información que no la están produciendo profesionales”.

Ha leído y escuchado miles de repuestas acerca de lo qué es una buena fotografía. Al preguntárselo, el fotoperiodista recupera la respuesta que dio a esta pregunta el fotógrafo Josef Koudelka en una entrevista para EL PAÍS: “Una buena fotografía es aquella que no puedes olvidar”. El repertorio fotográfico de Palacios está lleno de estas imágenes imborrables. Sus fotografías parecen hechas para no ser olvidadas, quizá porque sabe que son pocas las oportunidades que hay de volver a mirar una foto.