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Por Equipo de Comunicación
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María Sahuquillo: “Putin aprovecha las debilidades de la UE para situarse como una superpotencia geopolítica”

La corresponsal de EL PAÍS en Europa del Este analiza la escalada de tensión que vive la región con la amenaza rusa de una ofensiva sobre Ucrania

La corresponsal de EL PAÍS en Rusia, María Sahuquillo, conversa con los suscriptores del diario.

Desde la habitación de un hotel en Kiev, la corresponsal de EL PAÍS para Rusia y Europa del Este, María Sahuquillo, analizó el pasado martes la escalada de tensión que padece la región. La periodista se reunió, de manera virtual, con un grupo de suscriptores con los que compartió cómo está viviendo la población ucraniana la amenaza de una ofensiva rusa, así como las claves que explican este conflicto y sus posibles conclusiones. El encuentro virtual forma parte del programa de experiencias exclusivas de EL PAÍS+.

El refuerzo militar ruso en la frontera con Ucrania y el tira y afloja que ha establecido con la OTAN y EEUU en los últimos dos meses no ha hecho más que aumentar la presión en un país que lleva en guerra 8 años. Sahuquillo recordó que la región de Donbás y todos sus ciudadanos conviven con las balas, lo que ha provocado la merma de su población y de su nivel económico. “La gente está supercansada”, aseveró compartiendo la “indignación” de la población al ver cómo hasta ahora el conflicto no ha generado mayor preocupación internacional.

A pesar de esta situación, la corresponsal relató que la población recela de la idea de que Rusia invada abiertamente Ucrania. “Piensan más en un ciberataque o en cortes de luz y gas”, explicó. Así, algunos ciudadanos se preparan para esta posibilidad almacenando garrafas de agua y otros víveres básicos y teniendo a mano su documentación.

Desde el punto de vista ruso, “la situación se ve diferente”. Sahuquillo relató que la narrativa del Kremlin presenta la guerra de Donbás como un conflicto interno, a pesar de que hay “evidencias sólidas” de que el Gobierno ruso ha apoyado a los separatistas. La adhesión de la península de Crimea la denominan “una vuelta a casa” y, así, no ha sido hasta ahora, con la escalada de tensión, que la ciudadanía se empieza a plantear la existencia de un conflicto que los atañe. “Pero un conflicto nuevo”, aclara la corresponsal.

Una de las preguntas que surge es, tras 8 años de guerra, ¿por qué justo ahora Putin lanza este órdago a la comunidad internacional? “Eso es lo que se preguntan muchos expertos”, apuntó Sahuquillo. Putin argumenta la posible adhesión de Ucrania a la OTAN y el consiguiente cerco a Rusia por parte de esta organización. No obstante, la periodista lo descartó con rotundidad: “No está sobre la mesa”. Recordó que desde que en 2008 la OTAN realizó una invitación a Ucrania y Georgia para adherirse, los países apenas han avanzado en las reformas que deben llevar a cabo para valorar su integración.

Lo que la corresponsal sí considera plausible es que Putin, que lleva “mucho tiempo intentando ponerse de nuevo sobre el terreno como una superpotencia geopolítica”, haya visto “fisuras” en la UE que le hayan impulsado a tomar la decisión ahora. “Intenta aprovecha las debilidades de la UE para lograr sus objetivos”, sentenció. Una de ellas es su dependencia del gas ruso. Aunque para España este suministro no representa un alto porcentaje, para países como Alemania supone hasta el 70%.

Una de las estrategias del mandatario ruso para lograr sus objetivos ha sido la de obviar a la UE como interlocutor y dirigirse directamente a EEUU, cuando lo que este conflicto ha causado ha sido una crisis de seguridad a nivel europeo. “Precisamente lo ha hecho para intentar dividir”, enfatizó la corresponsal.

Además, a Putin se le agota el tiempo para mover ficha. Aunque todo apunta que permanecerá en el cargo más allá de esta legislatura, lo cierto es que esta termina en dos años.

Corresponsalía desde Moscú

La corresponsalía rusa de EL PAÍS no se ciñe a este país, sino también a otros antiguos territorios de la Unión Soviética, como Bielorrusia, Ucrania o Georgia. Así, a la ya enorme fuente de noticias que es Rusia, tanto por su extensión como por su peso internacional, se suman otras muchas. Sahuquillo explicó que, más allá de la política, su objetivo desde que llegó a este puesto, a finales de 2018, ha sido darle una vertiente no solo política, sino también social. “Siempre he pensado que era interesante darle mi visión y contar cosas que no encontráis en otro sitio”, dijo señalando su experiencia previa en asuntos de sanidad o igualdad.

Trabajar en esta corresponsalía presenta otra dificultad: la opacidad de las fuentes oficiales rusas. El control por la información desde el Kremlin hace “casi imposible” la obtención de información gubernamental. La periodista denunció que el país atraviesa uno de los momentos de represión informativa más duros de las últimas décadas y esto provoca que otras fuentes, habituales hasta hace poco, como expertos y académicos de diferentes temáticas, también muestren reticencias a hablar. “Los corresponsales extranjeros no lo tenemos muy fácil, pero nuestros colegas rusos lo tienen muchísimo más difícil por la represión a la que se enfrentan”, evidenció.

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