Consenso sobre la realidad

¿Tu verdad?

No, la verdad;

y ven conmigo a buscarla,

La tuya guárdatela

Antonio Machado, de quien se cumple este año el 150º aniversario de su nacimiento, abría en sus Proverbios y cantares reflexiones que mantienen una evidente vigencia. Quiero pensar que el poeta me permitiría hoy la licencia de utilizar sus versos para defender el consenso sobre la realidad. La realidad, ese mástil al que estamos sujetos los periodistas para ser útiles en la comprensión del mundo a quienes nos eligen para informarse. En torno a esa elección crucial de la sociedad civil hemos celebrado que ELPAÍS ha superado la cifra de los 400.000 suscriptores, una fiesta que hemos compartido con muchos de ellos y con muchos amigos.

Las mujeres sabemos bien que la madre de todas las independencias es la económica, y la prensa escrita de los grandes medios lleva años viviendo profundas turbulencias financieras con el reto profesional de que la urgencia de ser rentables no arrase todo lo que era sólido en este oficio, parafraseando a Antonio Muñoz Molina. Resolver bien esa ecuación es capital para el futuro del periodismo. No hay nada tan grande que no pueda caer como estamos viendo en este salvaje comienzo de siglo XXI en el que los nuevos ultrapopulismos han puesto al periodismo en la diana.

Urge consolidar la sostenibilidad de la prensa digital —desplegada con corresponsales en todo el mundo, presente sobre el terreno de los grandes conflictos, comprometida con una aproximación rigurosa y honesta a los hechos, de lo local a lo global— cuando hay tantos, y tan poderosos, empeñados en romper un consenso imprescindible para la vida democrática, como es el consenso sobre la realidad. Compleja, poliédrica, pero realidad.

Todos los periodistas profesionales sabemos que la mentira y la media verdad han sido prácticas corrosivas de este oficio desde que existe, lo nuevo es la exhibición impune y desafiante de la mentira como algo defendible pese a saberse falsa, y con una potencia de distribución como nunca antes. Por eso, no puede ser más que un motivo de alegría comprobar que una parte importante de la sociedad civil sigue apostando por sostener mediante la suscripción a los periódicos que en España y el resto del mundo combinan la conservación de los mejores protocolos de este oficio con la innovación, imprescindible para ser útiles hoy como ayer.

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El discurso íntegro de Pepa Bueno en el acto 'Historias de una Redacción' de EL PAÍS