Xavier Vidal-Folch defiende el compromiso periodístico con los valores europeos al recibir el premio Ernest Udina
El galardón de la Asociación de Periodistas Europeos de Cataluña (APEC) reconoce la trayectoria del periodista de EL PAÍS por su cobertura de informaciones europeas y por su estilo didáctico
Las decenas y decenas de carpetas y archivadores que Xavier Vidal-Folch (Barcelona, 1952) guarda en un despacho de la redacción de EL PAÍS en Barcelona apenas cogen polvo, pese al amenazante desorden. Con títulos tan exóticos como “UEM/BCE Stress Test” o “UE Migrations Schengen”, las usa prácticamente a diario para pasar los datos y afirmaciones que expone actualmente en sus columnas por el tamiz de la verificación y el rigor. También para lanzar, a las diferentes generaciones de periodistas con las que ha convivido en el periódico en el que empezó a escribir en 1982, sus lecciones afiladas sobre qué es la información veraz, documentada y didáctica, y sobre qué es Europa. Este empeño, y el compromiso con el proyecto europeo, es el que ha premiado este viernes la Asociación de Periodistas de Cataluña (APEC), con la entrega del premio Ernest Udina en la Trayectoria Europeísta 2024. “El periodismo tiene que estar comprometido con los valores europeos de democracia y libertad”, ha dicho el periodista en la sede de las instituciones europeas en Barcelona, abarrotada de amigos, colegas y autoridades. En el acto también se ha entregado la mención honorífica al programa Tot a Europa, de Ràdio 4.
El premio reconoce “el estilo y tono didáctico” de las informaciones de Vidal-Folch, que logra hacer “comprensible la compleja realidad de la Unión Europea”, y que es “crítico con las carencias y generoso con los avances”. Esto, y un sinfín de anécdotas de cuando el comunicador fue corresponsal de EL PAÍS en Bruselas entre 1994 y 1999 —cuando se construía la Europa del euro—, es lo que han destacado los distintos compañeros que han participado en el homenaje. “Pertenece a una generación de periodistas europeos que representa los principios fundacionales de la Unión Europea. Es un incondicional de Europa, en un momento en que combatir la desinformación y fomentar la verificación de datos son objetivos clave”, ha señalado Sergi Barrera, el jefe de la oficina del Parlamento Europeo en Barcelona. También la directora de EL PAÍS, Pepa Bueno, ha destacado la capacidad de trabajo de un periodista que puede ser “todo a la vez y en todas partes”. “Es el becario que entra con los ojos brillantes a contar una noticia, el regulador de flujos de contactos que comparte conocimientos con los compañeros, y el tipo que ha estado en todos los sitios y puede hacer un análisis exprés o bucear durante meses en jurisprudencia y archivos para sacar oro informativo”, ha enumerado. Walter Oppenheimer, quien coincidió con Vidal-Folch en la delegación del periódico en Bruselas, ha sugerido que la vida bruselense de los corresponsales da para muchas historias, y ha señalado al homenajeado como portador de algunas de las mejores cualidades del periodismo: “Es de los que cuentan su verdad a partir de la verdad, es un periodista subjetivo y con agenda, y que distingue la información de la opinión. Y tiene conocimiento del oficio, capacidad de trabajo y ambición”.
En el acto, en el que han participado, entre otros, la teniente de alcalde de Barcelona Maria Eugènia Gay y el consejero de Unión Europea y Acción Exterior de la Generalitat, Jaume Duch, se ha puesto de relieve el compromiso de Vidal-Folch, director adjunto de EL PAÍS desde 1989 hasta marzo de 2009, con la democracia y la verdad, y su participación en momentos clave de la construcción europea: “La implementación del tratado de Maastricht o la Europa del euro, con todas las dificultades que hubo hasta el último momento”, ha dicho Duch, quien coincidió con Vidal-Folch y ha subrayado su papel de liderazgo en la comunidad de corresponsales en Bruselas: “Era un referente, pero también les ponía las cosas muy difíciles, porque siempre tenía las informaciones antes que los demás”. El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que durante su etapa como eurodiputado también ha coincidido con el periodista en muchas ocasiones, ha destacado su “nivel de conocimiento técnico de los debates europeos, su gusto por discutir y su intención para influir en la agenda europea”.
No es el primer galardón que recibe por sus informaciones sobre Europa: en 1999 obtuvo el premio Ortega y Gasset. Tras recibir el premio Ernest Udina, la intervención de Vidal-Folch podría haber sido un ejercicio de autocomplacencia, pero se ha parecido más a una de las columnas europeístas que escribe casi a diario. “Europa es el aire que respiramos, y el sustento de este aire es la libertad y la democracia. El periodismo no puede ser neutral, tiene que ser una actividad comprometida con estos valores, que ahora están en peligro”, ha dicho ante compañeros de profesión y políticos. Vidal-Folch ha expresado que se siente afortunado por haber vivido “en primera línea algunas de las etapas más brillantes de Europa, como la etapa de Jacques Delors o la post-Delors, que fue el ensanchamiento de Europa, hacia dentro y hacia fuera”. “También se cometieron errores, sobre todo con la resolución de la crisis de 2008, pero desde hace unos años, bajo el mandato de una conservadora alemana, hemos asistido a un proceso de refundación de la unión”, ha apuntado, defendiendo, como ha defendido en el diario, los planes de recuperación de la Unión Europea por la pandemia o los eurobonos. “Nuevas políticas que superaron el síndrome de la austeridad, y la maravilla de los eurobonos, que hasta el día antes nadie pensaría que saldrían adelante. En momentos oscuros tenemos que recordarlo, porque si no tenemos memoria estamos perdidos”, ha dicho, entusiasmado.
“Vivir intensamente”
“He tenido mucha suerte de vivir intensamente, desde el periodismo, la lucha por la democracia y la entrada en Europa”, ha dicho el periodista, que ha puesto en valor la capacidad de los corresponsales de “competir y al mismo tiempo colaborar”. Este roce también es lo que ha hecho que la normativa europea sea “mejor que las nacionales”: “Porque es el conjunto de todo y el ir puliendo las diferencias y prejuicios”. Vidal-Folch se ha mostrado partidario de que el periodista defienda sus valores y sus ideas, “e ir modificándolas cuando toque”.
Con todo, ha recordado sus inicios: el primer artículo que escribió fue el derrumbe de un edificio ocupado en 1974 para la revista Mundo Social. Y ha centrado su agradecimiento en tres generaciones: los jóvenes, “que mantienen el compromiso en un oficio cada vez más precario”; los de su quinta, “que ha sabido aportar muy buen material humano a Europa”; y la generación de sus padres: “Esta Europa es la Europa federal, y con seis hermanos, de forma implícita he aprendido el federalismo por la práctica doméstica. La unión de diversos y la libertad de todos”.
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