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In memoriam
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Muere Christophe Deloire, un luchador sin fronteras

Tras ejercer como redactor jefe en la sección política del semanario ‘Le Point’ y dirigir la escuela de periodismo Centre de Formation des Journalistes (CFJ), se incorporó a Reporteros Sin Fronteras en 2012, organización de la que ha sido su secretario general

Christophe Deloire.
Christophe Deloire.efe

El secretario general de Reporteros Sin Fronteras (RSF), Christophe Deloire, ha muerto, demasiado pronto, como coronaba todas las misiones que se proponía: de forma tan arrolladora, como fulgurante. Periodista, activista, escritor, y hábil orador y negociador, Deloire falleció el sábado 8 de junio en París de un cáncer fulminante, que apenas ha permitido a quienes trabajábamos con él prepararnos para su muerte y anticipar nuestro duelo. El equipo de RSF, que Deloire impulsó en los cinco continentes, queda conmocionado, desolado y huérfano, como lo queda, siquiera momentáneamente, la defensa de la libertad de prensa, que pierde al más entusiasta y apasionado de sus defensores.

Nacido hace 53 años de padres profesores en el departamento de Saône-et-Loire, en la Borgoña, Christophe Deloire ya soñaba en el instituto con ser periodista, una aspiración que materializó después de elegir una carrera universitaria de economía, que le ayudaría más adelante a gestionar con enorme éxito la ONG próspera y en plena expansión que es hoy RSF.

Tras ejercer como redactor jefe en la sección política del semanario Le Point y dirigir la escuela de periodismo Centre de Formation des Journalistes (CFJ), Christophe Deloire se incorporó a Reporteros Sin Fronteras en 2012, donde emprendió una profunda transformación de la organización, hasta situarla, hoy, como referente global de la defensa de la libertad y del derecho a la información, querida y respetada unánimemente por la profesión periodística en todo el mundo.

Audaz, intuitivo, estratega y modelo de francés cartesiano, supo entender con olfato visionario que la defensa del periodismo se jugaría, durante las primeras décadas del siglo XXI, tanto en el barro de los frentes de guerra, como en los despachos políticos; tanto en las protestas a pie de calle, como en el caótico espacio digital; tanto en las cárceles de los regímenes opresores, como en las comisiones que preparan leyes cruciales para la democracia. “Trabajamos por el periodismo en 360 grados”, solía decir.

Esta habilidad dual de Christophe Deloire es clave en el impulso estratosférico que recibió Reporteros Sin Fronteras de su mano. Defendiendo la decisiva resolución 2222 sobre la protección de los periodistas ante el Consejo de Seguridad de la ONU, denunciando crímenes de guerra ante la Corte Penal Internacional, creando y liderando el Foro sobre Información y Democracia, participando en las legislaciones europeas sobre periodismo, promoviendo cartas éticas sobre la IA o marcándole el terreno a las grandes plataformas digitales, Deloire se movía con la misma inteligencia y habilidad que reivindicando la liberación de periodistas presos o rehenes, y señalando la responsabilidad de sus represores.

Era tan habitual verlo, megáfono y pancarta en mano, exigiendo justicia en las calles de medio mundo, como posando con altos mandatarios, a los que perseguía para que incluyeran la defensa del derecho ciudadano a la información en sus ocupadas agendas. Con unos y con otros, desplegaba la misma franqueza, la misma sencillez, la misma capacidad de persuasión y la misma energía infatigable.

Esta doble cara de Superman y el periodista Clark Kent que conformaba la integridad de Christophe Deloire le valió la admiración de todo el equipo de RSF, en el que siempre se movió como uno más y explica que a nuestra organización le consuele un alud de mensajes de afecto, procedentes de las más altas esferas, y de los lugares más recónditos y peligrosos del mundo para el periodismo. El presidente francés, Emmanuel Macron, o la Nobel de la Paz Maria Ressa compartían ayer su consternación con periodistas o familiares de periodistas que evocan, conmovidos, el papel decisivo de Deloire en sus horas más duras. Stella Assange, pareja de Julian Assange; Matthew Caruana, hijo de la periodista maltesa asesinada Daphne Caruana; Khaled Drareni, preso en Argelia hasta su liberación e incorporación a RSF; Mortaza Behboudi, periodista franco-afgano detenido y liberado por los talibanes; Olivier Dubois, secuestrado por Al Qaeda en el Sahel y puesto en libertad dos años más tarde, José Zamora, hijo del periodista preso en Guatemala Jose Rubén Zamora o la redacción en pleno de Charlie Hebdo se unen hoy a periodistas de todo el mundo para rendir homenaje y mostrar su reconocimiento a una figura irrepetible en la defensa tenaz y apasionada de una profesión en el filo.

Edith Rodríguez Cachera es vicepresidenta de RSF España y miembro del consejo de administración de Reporters Sans Frontières.

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