La calidad del aire mejora en España, pero sigue lejos de los nuevos límites de contaminación de la UE
Todas las áreas urbanas del país cumplieron el pasado año con los valores límite para el dióxido de nitrógeno por primera vez desde que entraron en vigor en 2010
La buena noticia de esta historia sobre el aire que respiramos es que por primera vez desde que entraron en vigor en 2010 los límites de concentración de dióxido de nitrógeno (NO₂) —un dañino contaminante— todas las ciudades españolas han cumplido esos topes. Lo mismo ocurrió con las partículas PM₂,₅ y PM₁₀. Trece años ha tardado el país en cumplir aquella directiva de calidad del aire. La mala noticia es que esos límites se han quedado ya “obsoletos”, como señala la organización Ecologistas en Acción. Porque las instituciones europeas se han comprometido ya a endurecerlos con la vista puesta en 2030 y tras las advertencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS). De estar en vigor ya los nuevos topes europeos, el incumplimiento de las urbes españolas sería masivo.
Ecologistas en Acción ha advertido este miércoles, además, de la falta de medidas para bajar la concentración en el aire de los principales contaminantes, responsables en 2021 de 21.000 muertes en España —13 veces más que los accidentes de tráfico—, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Un ejemplo claro de la falta de acción es la implantación de las zonas de bajas emisiones, que, aunque no son la panacea, están pensadas para mejorar la calidad de aire. Todas las ciudades de más de 50.000 habitantes debían haberlas puesto en marcha el 1 de enero de 2023. Pero “apenas una veintena han cumplido formalmente esta obligación legal, pese a los abundantes fondos públicos que están recibiendo para ello”, sostiene Ecologistas en Acción en su informe La calidad del aire en el Estado español durante 2023, que ha presentado este miércoles. Además, las ciudades “tampoco se han dotado de protocolos de actuación frente a los episodios de mala calidad del aire”, añade la organización.
Desde 2005, Ecologistas en Acción realiza estos informes de seguimiento, que se basan en los datos que aportan las estaciones oficiales de medición que hay repartidas por todo el país (en estos momentos, 785). Las normas europeas establecen límites para varios contaminantes, pero los principales son el dióxido de nitrógeno (NO₂), las partículas —las de menos de 2,5 micras de diámetro (PM₂,₅) y las de menos de 10 micras (PM₁₀)— y el ozono (O₃).
El que más dolores de cabeza ha dado a las autoridades estatales, regionales y municipales en España ha sido el dióxido de nitrógeno, muy vinculado al tráfico en las ciudades. El país ya fue condenado por el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) por incumplir reiteradamente los valores anuales para el NO₂ durante más de una década en Madrid y el área metropolitana de Barcelona. Ese expediente sigue abierto y la Comisión Europea podría enviar de nuevo a España al TJUE para que sea sancionada. Aunque si el respeto a los umbrales actuales se mantiene, ese riesgo se aleja.
Según los datos recopilados por Ecologistas en Acción, los niveles de NO₂ se redujeron en 2023 un 25% respecto a las concentraciones medias del periodo comprendido entre 2012 y 2019. Y los expertos de esta organización lo achacan a “la renovación y menor dieselización del parque circulante de vehículos”. En el caso de las partículas, el informe apunta a la implantación de renovables en el país, que en 2023 aportaron la mitad de la electricidad consumida, “limitando las emisiones de las centrales térmicas de gas y fueloil”. Además, la eólica y la solar han sido determinantes para cerrar las centrales de carbón.
Pero, de nuevo, los expertos de esta ONG advierten de que el país está lejos de los nuevos y endurecidos límites europeos, que entrarán en vigor en 2030 y para los que las ciudades deben empezar a prepararse ya debido a lo estrictos que son. Los datos de esta ONG apuntan a que las áreas urbanas de A Coruña, Algeciras, Barcelona, Bilbao, Cartagena, Ceuta, Córdoba, Donostia, Gijón, Girona, Granada, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo, Palma, Pamplona, Santa Cruz de Tenerife, Santander, Sevilla, Talavera de la Reina, Valencia, Valladolid, Vigo y Zaragoza rebasaron el nuevo límite aprobado por el Parlamento Europeo, que está pendiente de ser publicado en el boletín oficial de la UE. Si se toman como referencia todos los contaminantes analizados, dos tercios de la población española (33 millones) respiró aire contaminado por encima de esos futuros límites legales el pasado año.
Pero, además, esos topes están incluso por encima de las últimas recomendaciones de la OMS, que tras analizar toda la literatura científica en septiembre de 2021 aprobó unos nuevos umbrales de seguridad. Si se toman esos valores de referencia, explica Ecologistas en Acción, el aire contaminado afectó en 2023 a toda la población española y a 454.000 kilómetros cuadrados de superficie, el 90% del territorio nacional.
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