El trabajo comienza sobre las 9 de la mañana en una de las zonas de investigación activas en el yacimiento de Las Hoyas en Cuenca, la cata "Naranja". Las condiciones son duras. Bajo la pequeña sombra que proyecta un toldo atado, dos estudiantes pican la misma roca en la que se sientan. Aitor SolUno de los restos fósiles de mayor tamaño del yacimiento de Las Hoyas es un helecho Weicheselia reticulata de más de un metro de longitud.Aitor SolLa investigadora Ángela D. Buscalioni, especialista en Paleontología de Vertebrados y Profesora Titular de la Universidad Autónoma de Madrid en el Departamento de Biología, estudia una pieza encontrada. Buscalioni ha estudiado el yacimiento de Las Hoyas desde hace más de 30 años, cuando era alumna del paleontólogo y divulgador científico Jose Luis Sanz, pionero en la investigación en este yacimiento. Buscalioni es ahora la responsable del proyecto de investigación que se lleva a cabo por la Universidad Autónoma de Madrid.
Aitor SolEl equipo de trabajo en la Cata Botánicos se esmera en extraer capas de sedimento fosilizado con el objetivo de documentarlas y elaborar bases de datos para el posterior estudio.Aitor SolLos voluntarios rodean con pintura de cera los hallazgos fósiles de la capa descubierta durante el día. Cada tipología de resto encontrado corresponde a un color para su posterior clasificación. En la capa de roca descubierta de la imagen se aprecian restos de Austropotamobius, un cangrejo que pertenece al mismo género que las especies de cangrejos actuales.Aitor SolLa oficina en el yacimiento de Las Hoyas se encuentra a la sombra de un toldo. Allí se lleva el material encontrado y se documenta para conservar todos los datos. El número de fósiles encontrados es tan alto que solo se guarda y conservan los más relevantes.
Aitor SolMuestras seleccionadas para estudiar encontradas en los cuatro primeros días de los doce que dura el proyecto de estudio de la UAM en el yacimiento de Las Hoyas en 2022. Aitor Sol (EL PAÍS)Un espécimen de Montsechia vidalii, uno de los registros más antiguos de angiospermas (plantas con flor) del mundo.Aitor Sol (EL PAÍS)El equipo de la campaña se compone de estudiantes voluntarios de biología, geología y ciencias ambientales e investigadores del Insituto Geológico y Minero Español y el CSIC. Aitor SolEl perímetro de extracción es limitado, así que dos voluntarios trabajan con el material que se retira de una de las catas, denominado escombrera. Las piezas de caliza, llamadas lajas, se abren y separan en láminas para buscar fósiles entre las hojas de piedra.
Aitor SolLara de la Cita, bióloga de la excavación, documenta una de las muestras de manera tradicional, con un bolígrafo y un papel. En las fichas se registra el tipo de fósil encontrado, su tamaño, las características de su preservación y una sigla que permitirá clasificar y facilitar la búsqueda de los ejemplares una vez se incorporan a la colección.Aitor SolEl profesor Marugán, codirector del proyecto de investigación de Las Hoyas, observa un fósil a través de su lupa de joyero. Aitor SolMarugán muestra una laja de piedra caliza y la lupa con la que se estudian las piezas en el terreno. El segundo día de campaña de este año los estudiantes del yacimiento hicieron un pedido por internet con entrega en la residencia de Cuenca en la que se alojan para poder disponer cada uno de uno. Aitor SolLa sombra de dos paleontólogos de Las Hoyas se proyecta sobre uno de los restos de las primeras investigaciones del yacimiento. Aitor SolLos investigadores aprovechan las horas de más calor para descansar y comer a la sombra de las sabinas que abundan en la Sierra de la Cierva, donde se ubica el yacimiento de Las Hoyas.Aitor SolDos estudiantes descansan frente a la Cata Botánicos mientras el dron sobrevuela la superficie descubierta para documentarla. La sombra del aparato se aprecia en la izquierda superior del perímetro de estudio. Aitor SolLos materiales de trabajo se amontonan cerca de la zona de estudio antes de despedirse hasta el día siguiente. Aitor SolEl paleontólogo y profesor de biología de la UAM Jesús Marugán supervisa el trabajo de la Cata Botánicos, denominada así por la cantidad de restos vegetales extraídos en ella.
Aitor Sol (EL PAÍS)
