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Tàpies, un pintor con muchas tablas

La fundación barcelonesa del artista expone su corta, pero intensa, relación con el mundo del teatro

José Ángel Montañés
'Homenatge a Wagner' de Tàpies (1969), en la sala donde se exponen sus proyectos operísticos fallidos.
'Homenatge a Wagner' de Tàpies (1969), en la sala donde se exponen sus proyectos operísticos fallidos.Carles Ribas

La personalidad artística de Antoni Tàpies se nutrió siempre del contexto político que le tocó vivir; pero también del mundo artístico que le rodeó. Es lo que le ocurrió con el teatro en el que el artista tuvo una breve pero intensa relación de apenas cinco montajes que se mantienen dentro de los parámetros de su personalidad artística por que incluyen los mismos materiales y buena parte de las imágenes que le interesan y plasma en su pintura. Son otros tàpies que poca gente pudo ver y que por su carácter efímero quedaron relegados dentro de la producción del artista pese a la radicalidad de sus propuestas y el hecho de haber formado parte de la renovación del teatro catalán de los años sesenta y ochenta. La fundación del artista recupera estos montajes en la exposición Antoni Tàpies. Teatro (hasta el 19 de abril) en la que reivindica este aspecto poco conocido del creador. “Es una exposición que suma a la lectura de Tàpies”, explica el director de la fundación, Carles Guerra.

Lo teatral está presente en sus obras pictóricas en piezas como Relieve con cuerdas (1963) en la que muestra la parte posterior de la pintura, las bambalinas que se ocultan a espectador; algo parecido a lo que hizo, dos años antes, en Or i sal, un montaje en el que “Tàpies quería que se viera la tramoya, lo que para él era el misterio del teatro”, explica Núria Homs, conservadora de la Fundación y comisaria de la muestra.

Representación de 'L’Éboulement', París, del 4 al 24 de febrero de 1982.
Representación de 'L’Éboulement', París, del 4 al 24 de febrero de 1982.© Agence de presse Bernand,

Homs ha hecho un gran esfuerzo por recuperar este tema, hasta ahora inédito, a partir del material documental que ha quedado de los cinco montajes: la mencionada Or i sal (1963), Semimaru (1966), L’armari en el mar (1978), L’Éboulement (1982), que se montó en París en colaboración con el crítico Jacques Dupin, se representó en un hangar y para la que Tàpies empleó sábanas, cuerdas y unas pocas manchas de color con huelas y números y Johnny va agafar el seu fusell (1989). Y las ha reconstruido a partir de materiales diversos como pinturas, bocetos, grabados, fotografías, programas, invitaciones y artículos de prensa que los ilustran..

Representación d’'Or i sal', en el Palau de la Música Catalana, Barcelona, 18 de mayo de 1961.
Representación d’'Or i sal', en el Palau de la Música Catalana, Barcelona, 18 de mayo de 1961.Fotos Barceló.

En la exposición queda claro lo mucho que le debe el Tàpies teatral a su buen amigo, el multifacético Joan Brossa, con textos como el mecanuscrito del poeta de Carnaval escampat o la invasió desfeta (1949), con correcciones manuscritas del pintor y la participación de ambos en veladas privadas de cabaret, las “sesiones de caligarismo”, en domicilios como el estudio de Modest Cuixart o la casa de Leopoldo Pomés, en la que se puede verse a Brossa, Joan Ponç y Pere Portabella actuaban disfrazados y maquillados y en las que es evidente la fascinación por las marionetas, la magia y la ópera.

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La muestra recoge el fracaso de Tàpies con la lírica a partir de tres proyectos fallidos. El 16 de octubre de 1973 el director de la Deutsche Oper Berlin se lamenta que el pintor no haya aceptado hacer la coreografía para un Don Giovanni. “Tengo la convicción de que la colaboración con usted podría dar al teatro musical nuevas experiencias de gran importancia”, le escribe. Sin perder la esperanza le propone que colabore en la escenografía de El pabellón de oro, de Yukio Mishima. Y Tàpies le responde que sí. Pese a su buena voluntad, el proyecto “no sabemos por qué” no se materializó. El tercero era para Barcelona. “Cap de mirar fue una propuesta de 1991 para el Liceo, pero la iniciativa de Tàpies se retrasó hasta que por diversas circunstancias finalmente no se materializó”. Por suerte, han quedado sus bocetos que ahora pueden verse en la Tàpies.

Una obra comprometida políticamente

Antoni Tapies es autor de una obra tan personal y reconocible, como desconocida. La polisemia y la ambigüedad de los signos que caracterizan sus pinturas complican su interpretación y hacen que, la mayoría de las veces, no se entienda el significado último de las mismas. En 2018, seis años después de su fallecimiento, se inauguró la exposición Antoni Tàpies. Biografia política en su fundación; una primera aproximación al animal político que fue Tàpies y que impregnó toda su obra. "Hay días en las que el pintor tiene que manifestarse como todos los otros hombres. Cuando vuelve al taller, continúa el mismo combate con su trabajo de pintor. Yo pruebo de integrar en mi pintura todo lo que se puede sentir hoy en Barcelona: el sufrimiento, la adversidad, la presión, un gesto de revuelta que reencuentra el del pintor", escribió.

Ahora, Enciclopedia Catalana ha publicado Antoni Tàpies. Biografia d'un compromis, un libro de bibliófilo (1.149 ejemplares a 990 euros). "Hemos intentado poner los hechos al lado de una obra que tiene una tradición hermética, opaca y silenciosa. los hechos quizá influyeron en su obra. En algunos casos fue así, en otros, pasaron a su lado", explica Carles Guerra, director de la Fundación, que junto al presidente de la institución, Xavier Antich, han coordinado el trabajo en el que se reproducen 213 obras del artista realizadas entre 1943 y 2011. En un segundo volumen se incluyen documentos y una docena de artículos escritos por especialistas en el pintor. Todo para dar luz a su obra y su compromiso como pintor.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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