La juez reabre el ‘caso Déborah’ 17 años después del crimen
El juzgado de Instrucción 2 de Tui llama a declarar a siete testigos propuestos por la familia de la joven que apareció muerta en un escenario supuestamente ideado por el homicida para desorientar a la policía
Cuando la familia de la víctima alertaba de que el caso acabaría definitivamente archivado por prescripción del delito de asesinato en 2022, la titular del juzgado de Instrucción número 2 de Tui (Pontevedra) ha acordado reabrir la causa en busca del autor de la muerte de la joven viguesa Déborah Fernández. La muchacha de 21 años que salió a correr por la playa de Samil (Vigo) el 30 de abril de 2002 y fue hallada muerta el 10 de mayo siguiente al borde de una carretera a 40 kilómetros de distancia, apareció en medio de un escenario ficticio, según concluyó la policía nacional, un montaje repleto de pistas falsas que desorientaron las pesquisas.
Ahora, la magistrada no solo ha decidido reabrir las diligencias, sino que ha aceptado al menos parte de lo que reclamaba desde hace un año la familia de la víctima, y ha llamado a declarar, en calidad de testigos, a siete personas. El pasado marzo, un equipo de agentes de la UDEV (Unidad contra la Delincuencia Especializada y Violenta) viajó desde Madrid para retomar sus investigaciones y se convirtió así en el sexto grupo, entre policía y Guardia Civil (junto a tres jueces instructores), que ha trabajado en el caso (casi siempre infructuosamente) desde hace 17 años.
Déborah Fernández-Cervera apareció desnuda y lavada en una cuneta situada en el ángulo oscuro entre dos farolas. El cuerpo fue colocado con delicadeza entre matorrales, acostado de lado, con las piernas y los brazos en una postura propia de una persona dormida y con los genitales tapados con hojas. Y quien la puso allí también le introdujo semen en la vagina, pero de forma artificial y de un hombre que no llegó nunca a identificarse, por lo que todavía no se ha podido confirmar ni descartar que el crimen tuviese un móvil sexual.
Ante el temor de que el caso acabase definitivamente cerrado por prescripción, los hermanos de la víctima organizaron hace más de un año una recogida de firmas en internet el título Justicia para Déborah. El éxito de la campaña les aportó también novedades, la pista de una persona que después de tantos años aseguró haber visto a la chica en un lugar ya una hora que no encajaban en el puzle que años atrás habían compuesto los investigadores. A lo largo del tiempo, las pesquisas se reactivaron ya unas 15 veces sin éxito, aunque casi todo apuntase a un entorno muy próximo a la víctima.
Por medio de un auto del 7 de noviembre, la juez ha acordado la reapertura de las diligencias, y el 25 aceptó la declaración en calidad de testigos de siete personas a propuesta de la familia, aunque le denegó otras pruebas a sus abogados. Estos testigos están citados en diciembre, la mayoría de ellos el lunes 9. "Desde hace más de dos años de lucha a fin de que el caso de nuestra hermana no se olvidara, son muchas las personas que nos han ayudado y otra tantas las que nos han dado pistas que pudieran contribuir al esclarecimiento; todo ello ha sido puesto en conocimiento de la policía nacional, que por fin retomó la investigación", explican los miembros de la familia Fernández-Cervera Neira en un comunicado difundido hoy.
"Desde junio nuestros letrados han presentado diferentes escritos ante el juzgado y la policía" para la realización de "diferentes pruebas", continúa la nota. "Sea cual sea el resultado de las declaraciones testificales y de la pericial acordada, no cesaremos en el empeño de descubrir qué persona o personas fueron los responsables de la desaparición, muerte y traslado del cuerpo de Déborah", aseguran los hermanos de la víctima. "El deseo es conocer la verdad, sea cual sea, y después de 17 años, por primera vez el juzgado de Tui cita a declarar a alguien", celebran.
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