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Manuela se queda en la calle a 15 días de conseguir un piso social

Los Mossos desahucian a la mujer, de 71 años, tras cinco intentos fallidos

Alfonso L. Congostrina
Manuela junto a algunas de sus pertenencias
Manuela junto a algunas de sus pertenenciasJoan Sánchez

Manuela Núñez, de 71 años, se ha quedado en la calle. La magistrada del juzgado de primera instancia número 43 de Barcelona la ha desahuciado este martes por la mañana. Esta vecina del número 5 de la calle Obradors de la capital catalana llevaba días esperando a que los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra la echaran de la infravivienda de poco más de 25 metros cuadrados —sin agua, ni lavabo, ni cocina— donde vive desde hace unos 12 años, a pocos metros de la Rambla. A  las 7.30 de la mañana, dos furgonetas cargadas de agentes taponaron las entradas de la calle y accedieron al domicilio. La orden judicial de desahucio tenía fecha abierta. Esto es, que podía realizarse en cualquier momento. Y ha sido justo, a falta de 15 días para que Manuela entrará a vivir en un piso de emergencia del Ayuntamiento en la calle Nou de la Rambla. Por dos semanas, la mujer, de 71 años, se ha visto en la calle mientras unos operarios tapiaban la vivienda donde ha pasado los últimos años de su vida.

Núñez solicitó un piso en la mesa de emergencia el pasado 21 de enero. Casi un año después el Ayuntamiento se lo entregará. Demasiado tarde. Por pocos días, Manuela y su compañero, Juan Solano, han visto cómo las pocas cosas que tenían en su casa se acumulaban en la acera. “Solo cogeré la televisión. El resto se puede quedar aquí”, maldecía Manuela mientras un chatarrero rebuscaba entre las pertenencias. Ha sido un día agridulce para la mujer. Por un lado, la pena de perder su piso en el sexto lanzamiento del juzgado; por otro, la alegría de saber que pasará las Navidades en un nuevo hogar en su barrio de toda la vida: “El Chino”.

La entidad Resistim el Gòtic ha denunciado que el desalojo se llevó a cabo de una manera “militarizada”, con hasta cinco vehículos de los Mossos d’Esquadra. La asociación vecinal se ha enorgullecido de haber “resistido” hasta cinco órdenes de desahucio en casa de Manuela.

“Me iré a casa de unos amigos hasta que me den el piso. No puedo irme muy lejos de estas calles”, se emocionaba esta mañana Manuela sentada en un taburete en la calle Escudellers, mientras acababan de tapiar la puerta de la que hasta ahora era su casa.

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