Diputados con caducidad prematura
Uno de cada cinco parlamentarios de la cámara catalana elegidos en 2017 ha renunciado al escaño por causas diversas
Un total de 29 de los 135 diputados elegidos en las elecciones catalanas de 2017 han renunciado a su escaño. En esa lista figuran los candidatos a la Generalitat de cuatro de las siete formaciones con representación parlamentaria: Inés Arrimadas, Oriol Junqueras, Xavier Domènech y Xavier García Albiol. El encarcelamiento en la causa judicial del procés, la huida al extranjero, el nombramiento como consejeros, el salto a otras cámaras o los desencuentros internos explican esas renuncias, que superan el 20% del Parlament.
Joan Rodríguez Teruel, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Valencia, considera que este proceso de “mortalidad política” afecta a todos los parlamentos europeos. No existen estudios claros sobre el alcance de las bajas, pero es menos extendido que en el caso de Cataluña, añade. La explicación hay que buscarla en el procés, pero entendido en toda su extensión, no solo en la vertiente judicial: “El proceso ha cambiado liderazgos y estrategias de los partidos en Cataluña y ha acabado con carreras políticas”.
“El procés ha cambiado estrategias y ha acabado con carreras políticas”, explica el catedrático Rodríguez Teruel
Solo se mantienen inalterables los grupos del PSC-Units per Avançar y la CUP. Esquerra es el grupo con más cambios (12 de 32 diputados electos). Junqueras está en prisión preventiva, al igual que la exconsejera Dolors Bassa y la expresidenta del Parlament Carme Forcadell. Marta Rovira se marchó a Suiza en 2018 para eludir al Tribunal Supremo y dejó el escaño. Alba Vergés y Chakir El Homrani lo abandonaron al ser designados consejeros, una decisión que no secundó su compañero de filas Ernest Maragall.
El exconsejero de Acción Exterior Raül Romeva, también en prisión preventiva, mantiene el acta, al igual que el exresponsable de Salud Toni Comín, huido de la justicia española en Bruselas. Pero mientras el primero acató la suspensión temporal, el segundo no lo hizo y por tanto su voto no cuenta en las votaciones del Parlament, lo mismo que sucede con Puigdemont. Los exconsejeros Carles Mundó y Meritxell Serret (también en Bruselas) ni siquiera tomaron posesión. Eva Baró, Gerard Gómez del Moral, Óscar Peris, Noemí Llauradó y Josep Ginesta dejaron el escaño por motivos diversos.
Salto al Congreso
Así, una parte de la cúpula de Ciudadanos renunció al sillón para presentarse el Congreso. Además de Arrimadas, lo hicieron José María Espejo y Fernando de Páramo. Del mismo modo, Mari Luz Guilarte renunció a su acta para formar parte de la lista de Cs al Ayuntamiento de Barcelona.
En las filas republicanas se han producido un total de 12 cambios
Los comunes tampoco han escapado a las bajas. Su líder, Xavier Domènech, abandonó la política activa en 2018. El liderazgo parlamentario pasó entonces a manos de Elisenda Alamany, la número dos, pero duró muy poco, también a causa de las diferencias internas del partido. Alamany después se integró a la lista de Maragall en Barcelona. En el caso del PP, se han renovado dos de los cuatro diputados. Además de García-Albiol, Andrea Levy, la número dos de la lista, renunció para integrarse en la lista del PP en el Ayuntamiento de Madrid.
En Junts per Catalunya han dejado el escaño nueve diputados. Los que están en prisión preventiva (Jordi Sánchez, Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn) y los procesados en rebeldía (Clara Ponsatí y Lluís Puig). La exconsejera de Cultura Laura Borràs dejó el escaño para encabezar la lista neoconvergente en el Congreso. Por el contrario, Elsa Artadi lo mantiene y lo compatibiliza con el de concejal de Barcelona. Isabel Ferrer dejó su escaño para ser directora general de Protección Civil de la Generalitat y Neus Lloveras no tomó posesión del cargo.
El profesor Rodríguez Teruel señala que esta “mortalidad política” de los diputados se explica también por la tendencia a buscar outsiders para las listas, que provocan “inestabilidad de los representantes electos”.
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