Tres atletas en uno
El heptacampeón mundial Gómez Noya abrillanta el triatlón de Barcelona, que se confirma como referencia europea
Javier corre, nada y va en bicicleta; Gómez Noya practica el triatlón. Son la misma persona. El primero entrena durante la semana y el segundo compite en las pruebas internacionales más exigentes, también hoy en el triatlón de Barcelona. La presencia del multicampeón mundial Javier Gómez Noya (Basilea, 36 años) refuerza el vínculo entre el deporte popular y el de élite, pretensión del Ayuntamiento de Barcelona en los últimos años en las pruebas de la ciudad.
No es la primera vez que el triatleta visita la capital. “Por eventos, competiciones o turismo”, explica. En una de estas visitas, su representante le recomendó un trayecto singular para entrenar. “Ve a la Carretera de les Aigües”. Y allí fue Javier, a correr como corren tantos deportistas anónimos. “¿Oye, tú eres Gómez Noya, no?”, le preguntaban. “Allí hay mucho triatleta entrenando y se sorprendían de que estuviera allí”, admite el gallego a EL PAÍS tras un acto de Banco Santander.
El circuito de Collserola se ha convertido en los últimos años en uno de los puntos de encuentro para practicar actividad física. Corredores y ciclistas se mezclan con paseantes. “Allí acostumbramos a encontrarnos con el grupo para entrenar”, explica Gerard López, entrenador de participantes en el triatlón.
El auge del triatlón ha sido constante en los últimos años. Quizás ayude que la natación, el running y el ciclismo son tres de los cuatro deportes más practicados en Cataluña, según el Observatorio del Deporte. “No tiene nada que ver con mis inicios”, compara Gómez Noya. “Ahora hay muchas más competiciones, más equipos y más participantes”.
En el triatlón de Barcelona competirán hoy unos 4.200 corredores en sus distintas disciplinas. “Acabar el triatlón engancha”, resume el gallego. “Una carrera popular de cinco kilómetros, por ejemplo, la puede acabar cualquier participante. Un triatlón es un reto mayor y más estimulante”. Coincide López: “Es una cuestión de superación personal”.
La mayor dificultad del triatlón es la combinación de tres especialidades tan distintas. Son tres deportes en uno, y si no se está preparado, aparecen las lesiones. “En la bici, los músculos trabajan, sobre todo, en contracción, mientras que al correr, se estiran y contraen. Son entrenamientos distintos. Y cuando pasas de la bici a correr, pareces Robocop”, apunta López. “Y qué decir de la natación, que es en el agua”. Pero si las lesiones perdonan, la competición quizás no. “En los dos últimos kilómetros lo das todo y te falta el aire. Es una agonía”, apunta Gómez Noya. “Y en un ironman vas vacío tras ocho horas y no sabes ni por dónde vas”. López explica que una vez quedó atrapado en una red de pescador. “¡Casi me ahogo!”.
A pesar del crecimiento popular, las licencias federativas han descendido en Cataluña. “Ahora hay tantas pruebas, que la gente se apunta de manera esporádica, sin necesidad de federarse”, justifican desde la federación. “Pero es evidente que es un deporte en crecimiento”. Como el triatlón de Barcelona, que iguala a aficionados y a campeones del mundo.
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