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Un festival de cine de personas capacitadas para todo

El centro ocupacional Can Carreras, en Nou Barris, celebra cada dos años el festival de cortos CADI, pionero en España, producido por personas con diversidad funcional

Toni Polo Bettonica
Usuarios del centro ocupacional Can Carreras durante el rodaje de 'sketches' para la gala del festival CADI.
Usuarios del centro ocupacional Can Carreras durante el rodaje de 'sketches' para la gala del festival CADI.Massimiliano Minocri

Los 56 usuarios del Centro Ocupacional Can Carreras, en Nou Barris, están nerviosos. Unos cuantos ocupan la gran mesa de la sala de reuniones para explicar en qué consiste el festival de cortos CADI, que celebran cada dos años desde 2014 y que es pionero en España. Perfectamente organizados, mientras uno de ellos no pierde detalle de la reunión con una cámara de fotos, se dan la palabra unos a otros, apoyan sus explicaciones con fotos o con breves titulares y se muestran orgullosos de su trabajo: "Hacemos cine, no un trabajo de fin de curso", sentencia Aída, una de las integrantes del grupo.

De hecho, en este centro de Asproseat Grup, que atiende en Cataluña a 800 personas con discapacidad, a parte de las actividades generales, como cocina, una revista del centro, karaokes, juegos informáticos, excursiones por el barrio y por Barcelona o cultivar un huerto, estas personas con alguna discapacidad intelectual llevan a cabo proyectos audiovisuales a largo plazo. "Tenemos varios grupos y cada uno tiene su proyecto", empieza a explicar Pilar, desde una esquina de la mesa: "Unos hacen un programa de radio, otros hacen un calendario digital, otros una película...". Pero el proyecto estrella (con permiso) es el que realizan a lo largo de dos años: el Festival de Cortometrajes Amateur y Discapacidad Intelectual, CADI. La que toma la palabra ahora es Montse: "Participan cortometrajes que cumplan dos condiciones: que sean de ficción y que cuenten con la participación de personas con discapacidad intelectual. Por eso se llama CADI: la C de cortmometrajes; la A de amateur; la D de discapacidad y la I de intelectual", explica.

María cuenta cómo surgió la idea: "Nos encanta actuar y hacer películas y pensamos que otras personas con diversidad funcional también debían de estar haciendo cine, como nosotros, pero sin que la gente lo conociera, porque es muy difícil que la sociedad lo vea. Entonces tuvimos la idea de organizar un festival de cortos en el que mostrar al mundo toda esta creatividad y que, además, fuera un incentivo para fomentar la creación audiovisual como herramienta de inculsión".

Los usuarios llevan trabajando en la tercera edición prácticamente desde que acabó la de 2017. "Hacemos muchas reuniones", dice Dani. "Buscamos el local donde celebrar los actos del festival, preparamos el material, enviamos correos electrónicos para que todo el mundo conozca nuestra idea, invitamos a la gente a que presenten sus películas, hacemos talleres y exposiciones".

Un festival pionero

A pesar de que existen otros festivales similares más antiguos (han celebrado ediciones anuales, cuando el CADI se celebra cada dos años), el CADI es pionero en España. La primera edición se celebró en el Centre Cívic Navas a finales de 2014 y se proyectaron una veintena de cortos de centros de toda Catalunya. La segunda edición fue en febrero de 2017 en el Centre d'Arts Santa Mònica y se presentaron 56 películas, ya de centros de toda España. En la tercera edición, cuya gala se celebrará en octubre en el Casino L'Aliança del Poblenou, se han presentado más de 30 cortos, un buen resultado si tenemos en cuenta que esta vez son cortos nuevos: "Hace dos años muchos centros presentaron películas antiguas y esta vez son todas nuevas producciones", explica Gloria, una de las educadoras de Can Carreras. El festival se celebrará entre el 14 y el 18 de octubre. Las proyecciones se harán en el Centre Cívic Can Basté, en Fabra i Puig, y la entrega de premios, el día 18 en una gala en el Casino L'Aliança del Poblenou.

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"No podemos hacer el festival cada año, ¡ya nos gustaría! Vamos muy despacio porque los usuarios del centro participan en todas las tareas de la organización, desde poner un mensaje en Facebook hasta trabajo de producción puro y duro, como hacer llamadas por teléfono", explica Gloria, educadora de Can Carreras.

Cada uno hace cosas en función de sus capacidades: hay quien pinta, quien hace fotos, quien llama por teléfono, quien recorta... Otros acompañan a la gente a la gala, otros cortan entradas. Es el único festival en España en el que participan todos los usuarios del centro en todos los procesos. "¡A mí me gusta colocar sillas!", grita un chico. Por supuesto, también actúan.

A pesar de que, como centro organizador, no pueden concursar, los cortos que hacen como proyectos anuales sí han sido presentados a diferentes concursos, como el de Ampans (de cine social) o el de Ikertza (del País Vasco) y han logrado algún triunfo, com un viaje a Bruselas en un concurso de la Acell (Federación Catalana de Deportes para personas con discapacidad intelectual) sobre deporte y otro premio en el festival Vídeo Concurs del Sarau Poètic.

Sí actúan en los breves vídeos que amenizarán la gala del 18 de octubre. "Enseñamos al mundo que podemos hacer cine y que vivimos un día glamuroso, ¡como los de Hollywood!", exclama Montse. De hecho, el acto será una auténtica gala preparada al detalle por los usuarios de Can Carreras. En el centro se suceden las filmaciones, con ellos de protagonistas, tanto para incentivar a la participación, como para entretener al personal que llenará el Casino del Poblenou. Igualmente, si en la edición anterior expusieron una serie de carteles de películas universales tuneadas poniendo sus propias caras en las de los protagonistas, esta vez están preparando una muestra sobre géneros cinematográficos.

Toni, educador de Can Carreras, destaca que han perdido la vergüenza y que están orgullosos de todo lo que hacen: "Al principio había que animarlos. Ahora están encantados, se sienten capacitados. Dan charlas en institutos explicando en qué consiste el festival, también lo han hecho en la Facultad de Trabajo Social... ¡Han hablado ante más de 200 personas!"

Aída, una risueña chica del centro con sordera, demuestra un envidiable espíritu de superación: "Somos capaces de hacerlo bien si nos esforzamos y le ponemos ganas. Que no quiero decir que sea fácil, lo que pasa es que lo hacemos muy bien porque le echamos muchísimas ganas. A mí, si no se me entiende, me pongo y soy capaz de que se me entienda". Y concluye: "Somos personas con discapacidades, pero personas, por delante de todo". La situación de estas personas con discapacidad se ha normalizado, como insiste Àlvaro, tercer educador del grupo: "Ahora nos centramos en las capacidades. Hablamos de diversidad funcional. Ser sordomudo no es una limitación, es un inconveniente".

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Sobre la firma

Toni Polo Bettonica
Es periodista de Cultura en la redacción de Cataluña y ha formado parte del equipo de Elpais.cat. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la sección de Cultura de Público en Barcelona, entre otros medios. Es fundador de la web de contenido teatral Recomana.cat. Es licenciado en Historia Contemporánea y Máster de Periodismo El País.

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